El 6 de junio de 1961 el Consejo de Ministros de Cuba promulgó la "Ley de Nacionalización General y Gratuita de la Enseñanza", una de las piedras angulares del totalitarismo cubano.
Los antecedentes
Un conjunto de hechos previos a la aprobación de la Ley facilita la comprensión de sus objetivos, entre ellos los siguientes:
- El 13 de enero de 1959 el líder de la revolución declaró a la prensa: "No he sido nunca ni soy comunista. Si lo fuese, tendría valor suficiente para proclamarlo".
- La Ley de Reforma Integral de la Enseñanza, aprobada en diciembre de 1959, declaró al Estado "como único organismo con capacidad legal para crear centros de enseñanza", extinguió las escuelas de patronato fundadas por instituciones privadas y prohibió la creación de nuevos centros docentes por este sistema.
- Los medios de prensa de la Iglesia Católica fueron clausurados en 1960, y el 16 de diciembre de ese año, Fidel Castro pronunció un discurso en la Universidad de La Habana contra la jerarquía católica.
- En 1961, antes del desembarco por Playa Girón, las instalaciones de las organizaciones católicas fueron ocupadas, figuras del clero detenidas y los sacerdotes extranjeros, junto a algunos cubanos, fueron obligados a salir del país, como ocurrió con el rector de las Escuelas Pías de la Víbora, Antonio María Entralgo.
- El 16 de abril de 1961, en medio de los ánimos exaltados por el bombardeo aéreo del día anterior —sin mediar una consulta nacional—, el líder de la Revolución expresó: "Eso es lo que no pueden perdonarnos, que estemos ahí en sus narices ¡y que hagamos hecho una revolución socialista en las propias narices de los Estados Unidos!". Es decir, se declaró el carácter socialista de la Revolución.
La nacionalización general y gratuita de la enseñanza
Lo primero es que no hubo una nacionalización, sino una intervención, pues la enseñanza en Cuba no era extranjera.
Entre los por cuantos de la Ley se argumenta que la supresión de la educación privada y el traspaso de sus establecimientos y bienes a propiedad del Estado se realizan porque "en muchos centros de enseñanza se explotaba a los que en ellos trabajaban como maestros y empleados; porque esos centros privados, especialmente los operados por órdenes religiosas católicas, venían realizando una activa labor de propaganda contrarrevolucionaria; que dichos centros favorecían la división de clases y fomentaban el privilegio"; y porque "la Revolución cubana estaba empeñada en poner todos los medios de la educación y la cultura al servicio de todos los niños y jóvenes cubanos, sin distinción ni privilegio". Por tanto, la Ley declaró pública la exclusividad del Estado para ejercer dicha función y el derecho de apropiarse de los bienes, derechos y acciones pertenecientes a los citados centros.
Además, para extender la enseñanza gratuita y obligatoria hasta el noveno grado y llevarla hasta las zonas más apartadas del país no se requería eliminar la escuela privada, sino más bien su existencia como complemento de la escuela pública en ese propósito.
Un ejemplo del papel desempeñado por la enseñanza privada fueron las Escuelas Pías, cuyo lema era "Piedad y Letras". En ellas, como en el resto de los establecimientos docentes religiosos, se aplicaba el Programa Oficial de Enseñanza de la República; mientras a la instrucción religiosa dedicaban dos horas semanales: en la primaria, al catecismo, y en la secundaria, comercio y bachillerato, a la teología. Los libros de texto empleados por estas escuelas eran los mismos de la educación oficial. Se enseñaba y respetaba la historia nacional, las fechas patrias se celebraban solemnemente, lo que coadyuvaba a la formación de ciudadanos comprometidos con su nación, no con una ideología, un gobierno o un partido político.
Los resultados
Desaparecida la enseñanza privada, el derecho natural a disentir fue calificado como propaganda contrarrevolucionaria; la división de clases y el fomento del privilegio regresaron con la red de repasadores privados, a la que no pueden acceder los estudiantes procedentes de las familias de bajos ingresos; y el propósito de poner los medios de la educación y la cultura al servicio de todos terminó con "la Universidad para los revolucionarios". Todo lo cual ha generado un daño antropológico de incalculables consecuencias.
Separados por más seis décadas de la "nacionalización" de la enseñanza, el propósito de educar e instruir desde la ética y no al servicio de un poder, de una ideología o de un partido, ideales presentes desde el padre Félix Varela hasta Enrique José Varona, en Cuba continúa siendo una asignatura pendiente.
Con la sustitución de la educación por la instrucción y la subordinación a una ideología, el civismo se esfumó y el concepto de ciudadano desapareció: un atentado contra la cultura y contra la identidad nacional, entendidas a partir de la definición de Jorge Mañach como "el cultivo de lo humano en el hombre" y por José Ortega y Gasset como "sistema vital de las ideas en cada tiempo".
La Ley de Nacionalización marcó el giro del programa anunciado en el Moncada —por el que lucharon y murieron profesores y estudiantes, incluyendo los que se formaron en las escuelas privadas y religiosas— a una educación monopolizada por el Estado.
El sistema educacional convertido en baluarte del modelo totalitario en 1975 se plasmó en la Plataforma Programática del Partido Comunista de Cuba, en la cual la política educacional quedó signada por la concepción marxista-leninista y por los principios ideológicos y morales del comunismo.
De esa forma la revolución, un hecho temporal cuya duración termina cuando la misma se institucionaliza, en Cuba asumió carácter permanente. Los que arribaron al poder por las armas, sin legitimarse por las urnas, se atribuyeron la potestad de decidir por un pueblo desposeído de libertades y de los derechos a poseer propiedades y a la resistencia contra esa imposición.
Dos de los daños ocasionados por la subordinación de la enseñanza al control absoluto del Estado han sido: 1- la conversión del cubano en masa subordinada al poder del Partido-Estado-Gobierno; 2- la expulsión de la enseñanza de los que, por su formación democrática y principios sólidos no se sometieron, fueron reprimidos y/o obligados a abandonar su patria, como se puede comprobar consultando los informes mensuales del Observatorio de Libertad Académica (OLA).
La próxima entrega de esta serie estará dedicada a la desaparición de la autonomía universitaria en Cuba.
Me doy cuenta de que en poco espació el autor se detenga necesariamente en lo más esencial. Pero hay hechos insoslayables. La 'ofensiva revolucionaria' de 1968, p. ej., que implicó la expulsión masiva de profesores no integrados, no puede pasarse por alto en ningún análisis sobre el desastre de la educación en Cuba en la década de 1960. Gracias, Dimas, por esta entrega.
Un articulo conciso. Gracias por publicar lecturas como estas qué serán necesarias de digerir por toda nuestra sociedad cubana.
Los primeros Tibores en el Campo, cómo le llamábamos a las ESBEC, contaban con profesores “viejos” y la educación era mejor, Ceiba Uno fue la mejor escuela de todas, después aparecieron maestros jóvenes sin ninguna experiencia, ni vocación al magisterio y la enseñanza se convirtió en una porquería, gracias a que FC exigía “promoción” a las escuelas en el campo el Fraude académico fue promovido hasta por los directores; no estoy exagerando, ni es un chiste, la educación, cómo “la revolución”, se convirtió en un gran Fraude.
FreeCuban—- Que no lo oiga Papo que saldrá diciendo que la educación de su “generación formada por la revolución” y la de Abel Enrique eran la mejor del mundo.
El Papo fué desde chico un privilegiado, lo educaron en la Escuela del DOR del Partido por Humbertico Pérez, después lo envíaron a Moscú para convertirlo en espía, pero se enamoró de la rusa, que lo obligó venir al yuma por los papeles y terminó convirtiéndose en chofer del Go-Go de Opalocka, dónde su esposa Valentina Paloescoba es una estrella del tubo; él se hace el espía pero abandonó el curso de la KGB.
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Mis hermanos y yo estudiamos en Baldor, hasta su intervención, un colegio al que mayoritariamente iban niños de la clase media: hijos de profesionales, artistas, dueños de pequeños negocios, como era el caso nuestro, también había becas y no había racismo, en mi guagua iban varios niños de color, así que ese cuento de que los negros no tenían acceso a la enseñanza privada es un cuento de caminos.
En cuanto a los libros de Baldor, que efectivamente fueron prohibidos, algunos profesores seguían sacando de ahí los problemas para los exámenes, lo que para mí era una ventaja ya que tenía los textos en casa.
En las clases de Moral y Cívica, entre otras cosas, se estudiaba el pensamiento de Martí, sin meter el componente comunista que le han endilgado con eso de ser "el autor intelectual del Moncada".
Las maestras iban vestidas decentemente y no utilizaban el lenguaje soez que tan de moda está ahora en la isla.
Ciertamente Cuba ya no es lo que era, "gracias" a F.C.
Pim__ Precisamente la existencia de la enseñanza privada demuestra el bienestar de una nación que opta por otras alternativas educativas. Es la libertad de elegir que es lo que Nosferatu acabó de un machetazo.
Nosferatu tenía muy claro que su proyecto marxista tenía que empezar por la nacionalización de la enseñanza, aún cuando la educación privada era en comparación, insignificante con sólo dos centros importantes: Baldor, los Maristas y la Universidad de Villanueva, esta última más elitista. La mayoría de los cubanos que pasaban por la universidad, la hacían por la de La Habana.
Monopolizando la educación comenzaba el adoctrinamiento con los „principios socialistas y revolucionarios“. Total, de nada sirvió porque los primeros que hoy se marchan de Cuba son los mismos jóvenes que ha descubierto que no hay futuro en ls Isla, por mucho matutino, la bandera y "seremos como el Che" que le den todos los días.
Excelente artículo. Yo soy uno de los "desgraciados" por ese aberrante sistema. Aún con un título "universitario" paso trabajo para escribir con buena ortografía.
Gracias por el consejo
Liberto__ Si le gusta leer, lea mucho y eso le mejorará la ortografía sin darse cuenta. Todos cometemos errores ortográficos. Alejados de la lengua materna el español se va oxidando.
La educación ideológica no es necesariamente mala, el problema es qué ideología se imparte a los estudiantes y cuánto de independiente de intereses específicos de poder. Un pueblo mejor preparado políticamente en el ejercicio democrático jamás hubiera dado un cheque en blanco a un "aventurero burgués" como gustaba definír mi amiga Edith García Buchaca a Castro.
Deberían volver a las escuelas cubanas asignaturas como la de Moral y Cívica. Tampoco estarían mal algunos cursos emergentes y transitorios de reparación ciudadana, donde se traten de mitigar los daños antropológicos del cubano para que pueda fucionar eficazmente en un escenario de libertades civiles, derechos plenos y respeto al otro y sus ideas.
La tarea educativa futura es enorme y conquistar la toleracia ciudadana sólo será posible con una educación adecuada. Gracias al señor Dimas Castellanos por sus siempre magníficos artículos.
Le recuerdo que Lina Ruz ... y el viejo Argis ... movían los postes de sus propiedades ... robaban reses ... entre otras lindezas ... como pagar con vales a sus peones. La nefasta encarnación satánica que nació en Birán, se educó en esos vaivenes esclavistas y de relajamiento de las leyes ...
Aventurero, pero no burgués. Burgués sería Vilma Espín, pero los Castro eran otra cosa--había dinero, pero no respetabilidad, por no hablar de clase. En parte por eso los bastardos salieron tan torcidos.
Adoctrinar niños inocentes e indefensos con mentiras venenosas para poderlos utilizar y controlar mejor equivale a abusar de ellos sexualmente. Es absolutamente criminal.
En los diferentes blogs que tratan de Cuba uno siempre puede adivinar con bastante exactitud quienes son los comentaristas escolarizados en la Cuba de los últimos treinta años porque, parafraseando la cita bíblica, “por su ortografía los conoceréis”.
A los jóvenes de ahora les cuesta trabajo expresarse. Las únicas lecturas que leen son las publicadas en Cuba por personas de escaso dominio del español. Los de la cúpula gobernante son como el rey Midas al revés. En la mitología griega este rey todo lo que toca lo convierte en oro. Los oligarcas de Cuba todo lo que tocan lo convierten en mierda. La educación actual en Cuba deja mucho, pero mucho que desear. Da pena oír hablar a un joven cubano. Si hay dudas oigan hablar a Elián Gonzáles, a ver si se entiende lo que dice.
Y sobra decir que Elián Gonzáles tuvo una "educación" muy, pero MUY esmerada--o sea, lo "educaron" con todos los hierros, aunque evidentemente se les fue la mano. El resultado es una suerte de zombi.
La Robo-Involución necesitaba esa perfecta maquinaria para lavar cerebros ... para re-escribir la historia de Cuba ... para anular la voluntad del Soberano ...
Proceso que ha terminado trágicamente, estimado Alcalde, con un pueblo de rodillas ante un grupo de señores obesos, absolutamente incompetentes en la administracion del Estado y con los pies de barro, pués comenzando por el "presidente" Díaz-Canel y terminando por los lacayos y otros mozos de espuela, porteros y amanuenses de servicio en Palacio, ninguno tiene el pescuezo seguro, dada la maquinaria de terror circular puesta en vigor. Saludos.
Gracias por este artículo. No conozco las cifras de la cantidad de escuelas privadas católicas, quizás eran mayoría. Pero lo que sí sé es que con la "nacionalización" de las escuelas privadas, la opción de contar con programas avanzados que ofrecían determinados centros en asignaturas específicas quedó anulada y no solo para los católicos. Fue el caso de la escuela laica Baldor, y de la prohibición de sus libros de texto de matemáticas. Fue el caso de las escuelas laicas bilingües con el inglés; el caso de escuelas metodistas con posibilidades de estudios superiores en EEUU; o el caso de escuelas laicas que ofrecían para los graduados de sexto grado posibilidades de estudios de Secretariado y Comercio. Los programas docentes controlados por el Estado omnisciente dieron pie a una enseñanza "de túnel", sin opciones, en la que otras visiones y desarrollo no fueron ya posibles, con el consiguiente déficit en la formación del alumno.