La crisis sanitaria que vive Cuba con el incremento de casos y fallecidos por Covid-19, el colapso hospitalario y la falta de recursos para tratar a los pacientes, provocó la suspensión de las sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, previstas para comenzar el 14 de julio. En dichas sesiones debieron aprobarse cuatro proyectos de leyes, elaborados por el Tribunal Supremo de Cuba (TSP).
La Asamblea Nacional, órgano supremo del Estado, que representa el poder legislativo en Cuba, según la Constitución, se reúne dos veces al año de manera ordinaria. De manera extraordinaria puede sostener otras sesiones. El último período de sesiones tuvo lugar en diciembre de 2020.
Pese a que cinco días después del anuncio de la suspensión comenzó una ola de protestas en varias regiones del país que motivaron al gobernante Miguel Díaz-Canel a llamar a "los revolucionarios" a enfrentar en las calles las manifestaciones", el presidente de la Asamblea, Esteban Lazo, no consideró oportuno realizar las sesiones, ni siquiera de manera virtual, debido presuntamente a la pandemia.
Sin embargo, el aumento de casos y fallecidos no impidió que el Gobierno convocara multitudinarios actos de reafirmación revolucionaria para contrarrestar las protestas en las que el pueblo gritó 'Abajo el Comunismo' y 'Patria y Vida'.
Tras las críticas que recibió por su llamado a la violencia de unos cubanos contra otros y el fracaso en el intento de cambiar el significado de sus palabras, Díaz-Canel ha emprendido una operación limpieza de imagen que lo ha llevado a saltar con jóvenes, caminar por barrios marginados de La Habana y reunirse con representantes de denominaciones religiosas.
El 5 de agosto, un día después de que se confirmaran 8.399 nuevos casos, de ellos 1.461 en La Habana, el gobernante saltó en un acto organizado por el régimen en la Universidad de La Habana, sin guardar distancia social con los jóvenes que le rodeaban.
Una semana más tarde fue al barrio San Isidro, donde nació el Movimiento homónimo liderado por Luis Manuel Otero Alcántara, preso en una cárcel de máxima seguridad por participar en las protestas del 11J.
El 20 de agosto, un día después de que se reportaran 9.764 casos positivos, el gobernante no vaciló en recorrer las calles del barrio La Güinera, en Arroyo Naranjo, donde la Policía mató a Diubis Laurencio Tejeda, única víctima mortal reconocida por el Gobierno durante las protestas.
Aunque la situación es ahora peor que cuando se suspendieron las sesiones de la Asamblea Nacional y según los propios medios oficiales se han diagnosticado más de 134.000 casos solo en los últimos 15 días, el designado gobernante ha seguido reuniéndose hasta con los santos. En la Güinera visitó incluso el altar de una practicante de la religión Yoruba.
Durante el fin de semana, la meteórica agenda del gobernante incluyó encuentros con periodistas oficialistas, con jóvenes del sistema de la banca estatal, con estudiantes y profesores de la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría (CUJAE), del Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI) y con mujeres militares de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y el Ministerio del Interior (MININT).
Además, encontró tiempo para asistir a una ceremonia de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) donde recibió un sello conmemorativo por los 60 años de la organización oficialista. También se quedó con el otorgado al general Raúl Castro, según publicó el diario oficial Granma.
El 24 de agosto les llegó el turno a líderes abakuás, hebreos, espiritistas, islámicos y de otras religiones y asociaciones fraternales. Los masones también estaban invitados a esta reunión en la que Díaz-Canel afirmó que con el encuentro se estaba "fortaleciendo el respeto con el que siempre nos hemos tratado (...)", pero se negaron a participar.
Hasta el momento, el itinerario del gobernante cubano no ha incluido los centros de aislamiento ni los hospitales, al menos no los hospitales destinados a la población. Los médicos que enfrentan sin recursos la pandemia en las zonas rojas no han tenido el privilegio de sostener uno de estos encuentros con Díaz-Canel.
Mientras, el presidente de la Asamblea Nacional no ha informado cuándo se llevarán a cabo las sesiones suspendidas desde el 6 de julio, que podían haberse llevado a cabo de manera virtual. La aprobación de los cuatro proyectos de leyes continúa postergada por tiempo indefinido. Entre estos se incluye el de la nueva Ley de Proceso Penal que, pese a las deficiencias señaladas por DIARIO DE CUBA, contiene avances respecto a la vigente Ley de Procedimiento Legal.
Pero no toda la actividad legislativa ha quedado paralizada por la pandemia en Cuba. Aquella que responde al interés del régimen en cercenar cualquier vestigio de libertad ciudadana marcha viento en popa y a toda vela, pese al Covid-19. La prueba más reciente es el Decreto-Ley 35 y el conjunto de normativas que lo complementan.
A ESTE no lo limpian ni con Lejía...
Para toda la familia de estos foros que quiera firmar, lean primero. Campaña de Change org dirigida al EXCELENPÉSIMO, CRIMINAL Y PREPOTENTE PRESIDENTE DE CUBA: https://www.change.org/p/pr…
hay una con 37000 firmas para juzgar a Canel, pero estas peticiones no pasan de ser un ejercicio de consuelo... https://www.change.org/p/ci…
Ya, le entiendo. Comprendo que ellos como tienen el poder, les da igual todo, pero por los menos que se avergüencen al ver como les llaman por su nombre o les cantan algunas verdades públicamente y en colectivo los cubanos que pueden hacerlo. Aunque para ellos la vergüenza es algo inexistente. La verdad, que no tienen equivalente en el género animal..., de lo asquerosos que son. Acaso ¿reptiles, ratas, perros, alimañas, parásitos, puercos? o algo que fusione a todos esos animales... Martí se quedaría corto, que era dado a establecer ese tipo de equivalencias entre personas y animales..., para resaltar lo arrastradas y viles que resultan algunas personas.
En resumen, la revolución -que es lo mismo que la familia mafiosa de los Castro- convirtió a Cuba en una República Bananera, y Díaz Canel contribuye con su esfuerzo a sostenerla e iluminarla -sin luz claro, porque el servicio eléctrico está muy mal-. Al menos antes de 1959, Cuba contaba con un Parlamento con partidos heterogéneos, que hacían oposición, que examinaban las leyes, que aprobaban un presupuesto... Hay una diferencia tan grande, que en el caso de Cuba, vale la frase: "Cualquier tiempo pasado fue mejor", menos con los Castro, desde luego.