A la artista cubanoamericana Coco Fusco le dicen Coco porque al nacer su madre dijo que "tenía una cabeza redonda que parecía un coco seco. Juliana solo servía cuando ella estaba brava conmigo. Mucha gente piensa que es Coco Chanel y no, es coco seco". La escritora, curadora y el largo etcétera que acompaña su nombre dice que no se le da bien pintar y habla de la situación en la Isla en entrevista con DIARIO DE CUBA.
Los inicios de Coco en el mundo del arte, en el que destaca por su cuestionamiento constante de las verdades que se toman como incambiables, no fueron aplaudidos por su familia.
"Cuando era niña me gustaba el teatro, la danza y la escritura, pero mi madre estaba muy en contra", cuenta Fusco que recuerda lo importante que era la compostura para su madre. "Para ella las mujeres que se subían en el escenario no eran respetadas y siempre pensaba que me iban a perseguir como a una puta".
Fusco comenzó a viajar a Cuba como adulta en 1985 y lleva más de 36 años interactuando y trabajando con artistas de la Isla e inmersa en investigaciones sobre la cultura cubana.
"La primera vez que fui a Cuba me pusieron a Natty Revuelta como guía. Nunca me voy a olvidar de ese viaje. Logré, a través de mis amigos, escaparme de ese circuito y entender cómo era el proceso. Yo lo que quería era entender por qué había crecido con una idea de Cuba en blanco y negro. Fidel era el demonio o era el salvador, Cuba era el paraíso socialista o era el infierno y yo quería saber cuál era la verdad. Los primeros artistas cubanos que conocí me impresionaron por su inteligencia, su sentido del humor, su escepticismo y la calidad de sus obras; así que yo fui a Cuba como una persona curiosa y empecé a entender esa sociedad", dice Fusco.
Poco a poco, la artista se fue adentrando hasta la médula en la realidad de la Isla y su trabajo inquieto trajo consecuencias.
"Yo no soy de la banda de extremistas de Miami para nada; de hecho, por mucho tiempo mi punto de vista no era aceptado en el contexto de Miami. Estuve en una lista de Mas Canosa y fui expulsada de Cuba más de una vez. Eso viene de mi actitud escéptica con respecto a las verdades oficiales de los dos lados".
Para Fusco, un "papel que puede jugar un artista hoy en día es el de servir con una visión crítica y darle a la gente la oportunidad de reflexionar sobre elementos de sus realidades que toman como si fueran incambiables". La artista hace poco se reunió con Yotuel Romero, Tania Bruguera y otras personalidades cubanas del mundo del arte para hablar de la situación en la Isla.
"Yo sentí que lo que podía aportar eran algunas ideas acerca de la solidaridad porque yo no vivo en Cuba. Escribo principalmente en inglés para un público no cubano o cubanoamericano que ya ha dejado el español como lengua materna y he enfocado mis esfuerzos en hacer entender la situación de los cubanos de la Isla fuera de Cuba", afirma Fusco, quien se ha centrado en esa labor no solo porque es donde trabaja, sino porque entiende que "una tarea muy importante del Gobierno cubano ha sido la creación de una imagen de lo que es Cuba y de lo que ha sido la Revolución cubana".
"Lo primero que me preguntan cada vez que doy charlas es sobre la salud, la educación, el embargo y la imagen gloriosa del Che Guevara. La postura de que no se puede criticar se mantiene en el sector cultural y el espíritu crítico que normalmente domina en los intelectuales desaparece en el momento de hablar de Cuba", añade.
La artista, que ha tocado en su obra otros temas candentes para la sociedad americana como la multiculturalidad, el racismo, las problemáticas de género y las relaciones de poder dentro del sector cultural, está trabajando en varios proyectos, que confiesa, la tienen muy ilusionada.
"Estoy enfocada en una exposición retrospectiva (…) Antonio José Ponte tiene un ensayo en este proyecto y estoy muy contenta de que haya aceptado la invitación porque para mí su escritura es muy importante para entender Cuba. Yo quería que un cubano con un entendimiento tan sofisticado de la cultura cubana opinara sobre mi obra", dice la artista, quien también está incursionando en el mundo del cine.
"Es la primera vez que estoy haciendo una película de ficción. Está basada en el testimonio de mi amigo Néstor Díaz de Villegas sobre su experiencia en la Isla de joven, cuando es condenado a seis años de prisión debido a un poema. Cumpliendo su condena conoce a un actor y juntos deciden montar un cine en la cárcel. La película trata sobre esa historia", cuenta la artista.
En cuanto a la representación que dan de Cuba los medios de comunicación en EEUU, Fusco opina que van cambiando lentamente.
"Estamos en una batalla semiótica acerca del significado de Cuba. Mi punto de vista es que Cuba no es el Estado, Cuba no se reduce a la Revolución, Cuba es también el pueblo cubano. Un pueblo que está disperso por muchos países (…) y hay 11 millones de cubanos dentro del país que todavía no han tenido voz y hay que entender mejor esas perspectivas", concluye Coco Fusco.
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Ja, Ja, Ja ... Con los zurdos hemos topado Sancho ...