Un estudiante universitario denuncia actos de violencia policial desmedida contra los manifestantes bajo arresto

El estudiante de la Facultad de Física de la Universidad de La Habana Leonardo Romero Negrín denunció las brutales golpizas recibidas por él y varias de las personas que se manifestaron en la capital cubana el pasado 11 de julio a través de una entrevista con el portal La Joven Cuba.

Romero Negrín, quien se encuentra a espera de juicio por protestar con un cartel que decía "Socialismo Sí, Represión No" el pasado 30 de abril en la calle Obispo, contó que no participó de las protestas del 11J, pero cuando iba caminando por La Habana Vieja vio a un alumno suyo siendo agredido por la Policía e intentó protegerlo, por lo cual lo detuvieron.

"De pronto, cuando miré hacia el lado, vi que a mi alumno le estaban dando golpes cuatro civiles. Él estaba tirado en el piso en posición fetal, para proteger la cámara, y estas personas le daban golpes y pisotones. Lo único que hice fue tirarme sobre él para que no lo golpearan más. Me cogieron varios oficiales, me hicieron una llave, me dieron golpes, pero no fue ahí donde me golpearon de verdad", contó Romero.

Tras el arresto el joven fue trasladado a la estación policial de Dragones, donde al entrar le dieron "un estrallón entre cuatro personas", quienes a continuación lo patearon.

"Me cubrí la cara con los antebrazos y siguieron dándome patadas, por eso tengo un antebrazo hinchado, un médico lo vio. También una costilla me duele, no llegó a fracturarse, pero me duele y eso el médico también lo vio", dijo el estudiante universitario.

Luego, según su testimonio, fue llevado a un patio donde un agente policial le dio golpes con una tabla de madera en las piernas, lo que le dejó cicatrices. Romero afirmó que un periodista de la revista universitaria Alma Máter fue testigo del suceso.

"Cuando iba a salir de allí vino otro oficial, el 03912 de la estación de Dragones, y le dijo a dos personas que me aguantaran, me cogió con las dos manos por el pelo y me dijo: '¡Por mercenario!'. Me dio un cabezazo por la nariz, casi me desmayé, y siguieron dándome golpes antes de trasladarme a la estación de Zanja", añadió el joven, que estuvo bajo arresto poco menos de una semana.

Tras ser trasladado a la prisión de menores del Cotorro, conocida como Ivanov, el estudiante universitario fue visto por un médico, pero cuando mostró el hematoma que tenía en la nariz por el cabezazo del policía fue expulsado del consultorio por un oficial.

No obstante, Romero afirmó que otras personas sufrieron agresiones más fuertes aún: "Había gente que tenía un moretón en el ojo, la cara hinchada, otros con yeso, con dedos fracturados. A un viejito lo trajeron el viernes, lo fueron a buscar a su casa porque lo vieron en una cámara. Lo bajaron en Ivanov esposado y lo hicieron pasar por algo que se conoce como Somatón. ¿Qué es eso? Pues los bajan del camión y hay una hilera de militares a la izquierda y otra a la derecha, y tienen que pasar todos los reclusos por el medio de esas dos hileras para que les caigan a tonfazos".

"Esas personas no estaban haciendo nada, solo caminando esposados y les cayeron a golpes. Ese viejito de 74 años tiene un hematoma en toda la barriga, en las costillas. Por eso digo que lo que me hicieron no fue nada en comparación con lo de otros. A mí el brazo me duele, pero no tengo tanta hinchazón, lo de la nariz casi no se nota, pero tengo la cicatriz detrás de la pierna y el dolor en la costilla", agregó.

Romero también dijo que intentó denunciar a los policías que cometieron los actos de violencia, pero no se lo permitieron alegando que él estaba "en medio de un proceso".

Según el joven, los oficiales aprovechan la noche para cometer agresiones impunemente, entre las que relató la sufrida por un recluso que "a la hora de dormir se sentó en la cama porque le dolía la espalda y no quería acostarse. Le dijeron que se tenía que acostar, él explicó que tenía dolor. Le dijeron horrores, entraron y se lo llevaron. Todo el mundo lo vio (…). Le cayeron a tonfazos y a golpes delante de todos, la unidad se despertó".

"Cuando llegamos a la unidad nos desnudaron a todos. Nos decían que nosotros éramos unos maricones, chupa p… y que nos iban a coger el c…. Nos tuvieron contra la pared durante dos horas, llevábamos cuarenta minutos desnudos esperando, venían por detrás y me halaban el pelo —lo tengo largo—, y me decían: 'Chinita, con este pelito se puede hacer tremendo peluquín'. Me tocaban las nalgas, a mí y a otros también", agregó Romero.

"En una ocasión dieron con una tonfa en la mesa, José, el panadero, se viró asustado y le dijeron que qué miraba. Le cayeron a galletas. Él estaba esposado y solo gritaba: '¡Yo no he hecho nada!'. Ellos le decían: '¡Cállate y no me mires la cara!'. Eso lo vieron todas las personas del colectivo 5 y 6 de Ivanov, ellos pueden contar exactamente lo mismo", añadió.

Actualmente Leonardo Romero se encuentra en reclusión domiciliaria acusado de "desorden público", además de los cargos que le fueron levantados por participar el pasado 30 de abril en la protesta de Obispo.