Carta respuesta a Miguel Díaz- Canel sobre sus dudas económicas

Estimado Miguel:

Perdona el tuteo, es que eso de llamarte presidente sin que nadie haya votado por ti me cuesta… En fin.

Te escribo con tristeza pues me parece que cuando públicamente preguntaste: "¿Cuál es la fórmula mágica por la que creen que podemos, con un decreto presidencial, hacer que todo funcione y broten bienes y productos del cuerno de la abundancia?", estabas siendo irónico. Creo que piensas que no hay respuesta adecuada para esa pregunta y eso me entristece. Si el jefe del partido único no puede hacer nada… ¿entonces quién?

¿Será acaso que no eres el jefe? ¿Será que crees que Cuba ya no tiene remedio?

Sobre tu jefatura no hablemos, es cuestión entre tú y quien ahí te puso; pero como pides que te aconsejen sobre cómo remediar los males de Cuba, me arriesgo adelantándote algunas ideas básicas para ese decreto que quizá no podrá "hacer que todo funcione" —porque somos humanos y en nuestra obra no cabe perfección—, pero sí hará que, comparado a lo que hay hoy, Cuba parezca ese cuerno de la abundancia que deseas.

Perdona la redacción, no conozco las formalidades para decretar, supongo que sería algo así:

Yo, Miguel Díaz-Canel…. decreto que en 15 días a partir de la publicación de esto se debe:

• Eliminar toda restricción para que desde Cuba se pueda importar y exportar libremente y por cualquiera.
• Aprobar en el territorio nacional todas las personalidades jurídicas mercantiles existentes para que cualquiera pueda constituir una empresa.
• Abrir todos los sectores económicos del país a la inversión nacional e internacional en igualdad y sin restricción.
• Prohibir solo aquello que constituya una agresión directa contra los derechos ajenos y esté especificado en el Código Penal (que revisaremos)
• Permitir la libre circulación de toda moneda en la que las personas quieran hacer sus transacciones.
• Eliminar toda restricción a la movilidad ciudadana dentro de las fronteras del país.
• Constreñir la fiscalidad durante cinco años a impuestos al consumo y en fronteras.
• Con pocas excepciones, privatizar las empresas estatales comenzando por las que en un entorno de justa competencia se demuestren ineficientes.
• Eliminar toda restricción a la compraventa de tierras.
• Eliminar toda restricción al comercio interior.
• Quedan como obligatorias únicamente licencias técnicas (sanitaria, urbanística), se cesa el acoso de inspectores y policías a vendedores ambulantes y microempresarios.
• Un sistema de ventanilla única inscribirá en un Registro de Empresas Públicas aquellas que se creen libremente y sin más restricciones que las aquí expuestas.

Puedes terminar con una coletilla que diga algo como: el Estado cubano se compromete a respetar y proteger la propiedad privada y fomentar la libre competencia no privilegiando agente económico alguno.

Tú sabrás mejor que yo como redactar eso, pero la idea central es sencilla: deja que la gente haga lo que le de la gana con su vida y su propiedad mientras no perjudique a terceros. Esto desataría el cuerno de la abundancia que reclamas. Además, Miguel, ¿qué derecho tienes para impedirlo?

Ahora por favor, no te me enroques en etiquetas, no te tapes con el socialismo ni me lances la piedra neoliberal. Tú querías saber cómo con un decreto hacer que haya más bienes y servicios, y ahí está. Si es más o menos socialista o liberal no es importante, lo fundamental es que sirva, y oye, funciona. Si no me crees a mí, pregúntale a tus amigos chinos y vietnamitas.

Con los impuestos que recaudes en esa Cuba próspera podrás hacer verdadera política social. No sé, sufragar escuelas que no den vergüenza y pagar dignamente a sus maestros; incluso habrá medicinas en los hospitales y de verdad no quedará nadie abandonado. Podrás incluso proveer a aquellos que no puedan hacerlo por sí mismos.

Y no te agobies preocupándote por eso que llamas bloqueo. Los empresarios privados cubanos pueden comprar y vender en EEUU todo lo que quieran. Siempre han podido, ¿no lo sabías? Lo que pasa es que ustedes, caprichositos, no dejaban que existieran los empresarios cubanos privados.

Ah, y olvídate del problema del dólar en efectivo. En cuanto permitas la inversión directa los bancos internacionales trabajaran tranquilamente en Cuba, cumpliendo tu ley sí, pero no "asociados" a ti… Ya sabes que el problema de los yanquis es con el Gobierno, contigo, con los Castro y toda esa banda. Cuando ustedes dejen de meterse en todo florecerán mil oportunidades para que los cubanos, libremente, puedan negociar con la mayor potencia económica del mundo… ¡Compadre, que son nuestros vecinos! ¿Hasta cuándo vamos a estar perdiendo esa oportunidad?

Y si ya de paso te embullas y haces una reformita política real para darle libertad y dignidad al pueblo, y así de carambolas dejar sin argumento al imperialismo para que no pueda justificar ese "bloqueo", pues aun mejor. Quedarías como un señor y muchos te llamaríamos, entonces sí, nuestro presidente.

Te dejo, ojalá reflexiones. Como ves, no es tanto lo que tienes que hacer. En realidad, lo que tienes es que dejar de hacer y permitir que el pueblo tome sus propias decisiones. Es hora de que las cosas en Cuba mejoren de verdad y no solo en el noticiero. Después de tantas colas, Miguel, los cubanos merecemos algo más que regresar a la normalidad de los últimos 60 años. Estaría bien comenzar una etapa buena, sin miedo a que te quiten lo tuyo, sin miedo a que te quiten la libertad.

Un abrazo revolucionario.