Alejandro Gil, titular de Economía y Planificación, proyectó hace pocos días su cada vez más voluminosa anatomía en los televisores de Cuba para defender la Tarea Ordenamiento.
Deseando mostrarse ecuánime y objetivo, comenzó diciendo que "sobre la Tarea Ordenamiento existen diversos criterios de la población", un elaborado eufemismo para evitar reconocer las críticas de la inmensa mayoría de los cubanos, para quienes la susodicha tarea es un desastre monumental, cuya sola mención despierta las iras colectivas —y aun contenidas— en cualquier cola del país.
Y no es de extrañar el sentir popular. Más allá de tecnicismos y proyecciones, la Tarea Ordenamiento era la esperanza de mayor poder adquisitivo.
El Gobierno aseguró que, eliminando el CUC, aumentando los salarios y permitiendo la distribución de beneficios entre trabajadores, el peso cubano ganaría protagonismo.
Muchos cubanos creyeron al Gobierno cuando afirmaba que, aun cuando les subía electricidad, agua, gas, transporte, medicinas, alimentación y todo lo imaginable, por primera vez en 30 años vivirían de su salario. Así se aseveraba en programas de máxima audiencia, donde se ventilaban cálculos sobre una mítica canasta básica que nació desfondada.
A día de hoy, la inflación ya se merendó el aumento salarial, las empresas no tienen beneficios que repartir y las jubilaciones indignan. En resumen, a los cubanos solo le faltaban apagones prolongados para estar peor que nunca… sí, que nunca.
Pero Alejandro Gil defiende la Tarea Ordenamiento como gato panza arriba, según él: "ya se aprecian impactos favorables de la implementación del sistema de medidas, no solamente en el empleo, sino en el desempeño del sistema empresarial. Por ejemplo, hay incentivos a las exportaciones, al tiempo que se encarecen las importaciones".
Ante estas afirmaciones uno se pregunta qué economía sabe este señor, pero luego recuerda que todo ministro cubano debe pulirse en la Escuela Superior del Partido Comunista y todo queda aclarado.
Aumentar el empleo es objetivo de cualquier Gobierno y puede hacerse de dos maneras: con incentivos positivos, estimulando el sector empresarial mediante un marco institucional adecuado, o con incentivos negativos, reduciendo la redistribución de rentas para forzar a todos a trabajar.
Una política coherente para Cuba haría ambas cosas: primero, crear un ambiente de libertad de mercado, propiedad privada, libre contratación y competencia que estimule las inversiones y la creatividad —casi bastaría con no entorpecerlas— y, con posterioridad y gradualmente, reducir las insostenibles redes de "dádivas" sociales —pagadas por los propios cubanos— con las que el castrismo atrapó la voluntad ciudadana.
Lo inadmisible y que supera en maldad esas políticas "neoliberales" que tanto critica el neomarxismo tercermundista propagado en Latinoamérica por Cuba, es quitar las redes de sostén económico de las que dependen muchos cubanos sin antes facilitar el emprendimiento y la inversión privada para crear nuevos empleos económicamente justificados.
No es secreto que lo que busca el grupúsculo que controla la Isla es fortalecer el sector estatal de la economía —lo repite Raúl Castro cada vez que habla y está sellado en la Constitución—, pero no por su probado desempeño como creador de riquezas, ya ni siquiera por cuestiones ideológicas, sino porque es la única manera de salvar el castrismo… perdón, el socialismo.
De un plumazo minimizaron el reparto igualitario al que antes obligaron al pueblo, y ahora, despacito, permiten ciertas libertades económicas a ritmo y profundidad palmariamente insuficientes. En el ínterin, millones de cubanos —en muchas orillas— sufren las consecuencias de este régimen egoísta y cobarde.
El otro argumento del viceprimer ministro es anticuado e infantil, se sustenta en un sistema económico que la historia denomina Mercantilismo y que murió en el siglo XVIII ante el empuje de las ideas liberales que finalmente desataron el milagro económico de los últimos 300 años, milagro al que ya se han sumado China y Vietnam, pero del que en el PCC no quieren ni oír hablar.
Cualquier manual de iniciación a la economía enseña que manipular el valor de la moneda para aumentar las exportaciones se compensa automáticamente con el encarecimiento de las importaciones, algo que el propio ministro reconoce... ¡y celebra!
Exportar no es un fin en sí mismo, la única razón para exportar es poder importar, vender para comprar. En una economía sana daría igual que una empresa cubana venda en Hong Kong o en Camagüey, la obsesión castrista por las exportaciones se debe a los imperativos perversos del sistema centralizado y al arraigado desprecio que siente el Gobierno por un pueblo que produce, pero no puede fumar el mejor tabaco del mundo… porque "es de exportación".
Terminaba el ministro su panegírico mencionado "el déficit de oferta", tecnicista eufemismo, cínico como todos, con que evitó mentar la despiadada escasez que sufre la población, de la cual responsabilizó íntegramente al "bloqueo" y al coronavirus, salvando de toda culpa a la Tarea Ordenamiento: ¿le creemos a este Gil?
Abandonados a su suerte ... que en estos momentos es miserable ... Igual ya el Chocho dijo que les va a llenar Labana de turistas .... cuando se acabe la pandemia ... que parece no tener fin ....
La causa primigenia de todo el desastre economico es que no hay sentido de pertenencia desde la cumbre, de la cual "el gil" es un tonto util descartable, hasta los dirigentes que estan "rente al piso". Todos lo que tienen es sentido de permanencia.
Para muestra un boton, preguntenle al zar del "desordenamiento", cuantas empresas estaban quebradas cuando el era ministro del MINCIN, cuantas empresas cerraban los balances mensuales entre los dias 15 y 20 del mes siguiente, cuantas veces le pregunto en public a los directories de empresas los resultados del balance y todos estaban "perdios en un campo de lechuga".
El sabia que todo era un desastre antes de empezar.
No estoy contando lo que me dijeron, todo lo digo lo vi y lo vivi, incluso mas.
De la Gran Escena...Hoy presentando "Gil de Abril".
Y todavía la hermana que se dice honrada lo defiende este es un leon vestido de doncella estos son todo una bola de HP patria y vida
Arreglar a Cuba del desastre comunista va a costar miles de millones de dólares y años limpiándole el cerebro a los cubanos de la isla, tarea que el gobierno estadounidense no se va a meter sobretodo después de las malas experiencias que han tenido en otros países. Esa labor tendrá que caer sobre los hombros de los cubanos emigrados que inviertan su dinero y conocimientos en la reconstrucción de Cuba pero nada de esto ocurrirá mientras siga gobernando la isla el partido comunista y su destitución está solamente en las manos de los cubanos que viven en Cuba y nadie más.
La desvergüenza de estas personas no tiene límite. Es una muy mala señal que sujetos de esta naturaleza se reproduzcan de modo tan generoso. Otra barriga sin cerebro a alimentar.
Las tonterías que dicen los que mal-gobiernan Cuba ya las conocemos. Cada vez veo con mayor alarma que fuera de Cuba las naciones de Occidente no solo no quieren saber nada del sufrimiento de los cubanos sino que defienden la implantación de regímenes parecidos en otros paises, como el actual Perú ¿Pensarán estos civilizados países de Occidente que la miseria debe difundirse en toda America central y sur? Yo si tengo la sospecha que detrás de las vacilaciones del gobierno de los EEUU con respecto a la situación de las dictaduras de Venezuela y Cuba, esté el temor de hacerse cargo de la enorme miseria que han generado los comunistas en estos dos países. La recuperación sera muy costosa y además muy desagradecida, como se demostró en los países centro-europeos afectados por esta plaga.
Y no será que permiten el desastre cubano para que sirva de ejemplo de lo mal que le va a un país latinoamericano cuando su gobierno decide enemistarse con los Estados Unidos e implantar una economía antimercado?
El departamento de estado de los EEUU no suele ser tan sofisticado, no hablemos de las agencias de información. Lo que pasa es que desde hace un tiempo no le interesa meterse a hacer de Quijote en otros países después la triste experiencia de las primaveras árabes, que por otra parte no se metieron directamente, tan solo dieron un poco de apoyo más bien moral a unas poblaciones muy oprimidas por auténticos tiranos. No hay duda que una intervención aunque sea tan solo de apoyo moral a una sublevación contra las tiranías castrista y chavista implica proporcionar ayuda económica para simplemente mantener con cierto decoro las futuras administraciones; tengamos cuenta que el deterioro de las infraestructuras, de las pensiones, de todo es tan enorme, que supondría unos gastos bestiales para la administración de los EEUU. Por supuesto no bastaría y surgirían quejas de la gente dando lugar a un gran descontento y al terrorismo.
Interesantísimo. Gracias por su reflexión. Solo en DDC uno puede tener estás discusiones
Estos socotrocos quieren participar en una economía globalizada, donde los parámetros y leyes son las de la economía de mercado, con las reglas del CAME.