La población cubana ha experimentado un descenso progresivo del número de nacimientos desde comienzos de este siglo. Durante dos décadas, las autoridades han observado cómo la natalidad se desploma, sin que se haya podido hacer algo para contrarrestar la tendencia.
Los datos son más que elocuentes. En 2000 el número de nacidos en la Isla ascendía a 143.528, y en 2018 la cifra había descendido a 116.333, una reducción en términos relativos del 19%. En España, donde el número de nacimientos se encuentra en proceso de descenso, la reducción de la cifra de nacidos en el mismo periodo ha sido solamente de un 5%.
Estos datos han situado a Cuba como uno de los países del mundo con tasas brutas de natalidad más reducidas, un 10,4 por mil (frente al 33,4 por mil registrado en 1965). El balance que ofrecen estos resultados es claramente desalentador y, al mismo tiempo, arroja severas dudas sobre la evolución futura previsible de la población cubana, en la medida que estos procesos una vez que se desatan resulta difícil su reversión por medio de políticas económicas y sociales.
La situación de la natalidad en Cuba es preocupante y responde a un escenario de crisis económica, social e institucional que provoca sus efectos más negativos sobre la dinámica de la población.
El problema no es nuevo, ni mucho menos. Las primeras señales de alarma llegaron en 2006 cuando la tasa bruta de natalidad en Cuba bajó del 10%, y desde entonces se ha situado en valores medios en torno a esa cifra, que no ha hecho sino agravar aún más la situación, frente a la cual no parece que las autoridades hayan sido capaces de cambiar nada.
A nadie se le oculta que este comportamiento de la natalidad obedece a un amplio conjunto, y además muy heterogéneo, de causas, pero lo realmente importante, es que presenta unas consecuencias muy concretas, sobre todo, financieras y económicas. En el caso concreto de Cuba, además, se produce una combinación de baja tasa de natalidad con una cada vez mayor esperanza de vida de la población, que se ha situado en 78,4 años, que representa una bomba de relojería demográfica para cualquier país, a la vez que supone un gran reto de sostenibilidad financiera para una economía asentada en un modelo como el castrista, en que todo pasa por el Estado.
La explicación que se puede ofrecer del bajo número de nacimientos en Cuba tiene que ver con la valoración de la situación económica actual (el salario medio mensual apenas alcanza 30 dólares), pero también con las previsiones y expectativas que tiene la población del futuro (en Cuba no se puede acumular patrimonio y por tanto este componente de la riqueza es inexistente, lo que rebaja la tendencia a futuro de la renta permanente).
A todo ello es preciso añadir las razones que, sobre todo para las mujeres, se presentan desde el punto de vista laboral y económico para afrontar la crianza de los hijos. A pesar de que en Cuba el régimen hace alarde de su modelo intervencionista estatal, que ofrece importantes ventajas para conciliar la vida familia y laboral, así como sanidad y educación gratuita y un especial tratamiento a la maternidad y al nacimiento de los niños, la natalidad no despega.
Este es un aspecto a destacar. Resulta evidente que, a pesar de las gratuidades del régimen comunista, la situación económica es uno de los principales motivos por los que las familias cubanas tienen menos hijos de los deseados. En suma, los condicionantes sociales y económicos en la sociedad cubana son el principal obstáculo al crecimiento de la natalidad.
Al contrario de lo que ocurre en otros países, las autoridades comunistas no se han querido percatar de que para resolver el problema de la natalidad en Cuba las políticas compensatorias y asignativas existentes no sirven. Más bien al contrario, en Cuba no se han implementado políticas adecuadas para paliar el problema, al menos hasta la fecha, a tenor de las tendencias observadas.
Políticas que deberían ir orientadas a favorecer de forma efectiva el crecimiento económico, la prosperidad y la mejora del nivel de vida de todos los cubanos, la acumulación de capital y de patrimonio, el ahorro y la inversión.
Ya se ha comprobado que las gratuidades del régimen comunista, como la conciliación del trabajo, la salud, el cuidado familiar, la emancipación de los jóvenes o la existencia de garantías de acceso al empleo o vivienda, no sirven para promover el aumento de la natalidad. Los resultados lo confirman.
En el caso de Cuba, las políticas estatistas, que probablemente sean necesarias en otros países para estimular los nacimientos, no funcionan, porque la base del sistema económico está rota y no se dan las condiciones para un Estado de bienestar próspero, como el que existe en otros países del mundo.
Los cubanos han debido acostumbrarse durante seis décadas a unos niveles de racionamiento, escasez y falta de lo más necesario, que explican el retroceso demográfico. Un país que presenta una tasa de nacimientos equivalente a la que puede existir en una época de catástrofes o crisis, y que, además, en dos décadas no consigue mejorar el comportamiento de la natalidad pese a otorgar a este segmento de población unos estándares de protección social y bienestar propios de países de un nivel de desarrollo superior, tiene un serio problema de futuro.
El problema no se puede resolver arrojando más leña al fuego, más prestaciones, conciliación y más protección del Estado, sino con una auténtica reforma económica que mejore realmente las capacidades y potencialidades de la sociedad cubana para incrementar los niveles de vida y bienestar, por medio de la libre elección.
En definitiva, el retorno a un sistema de economía de mercado, en la que el capital productivo y la riqueza, el ahorro y la inversión, sean los ejes del sistema económico. Mientras que los dirigentes comunistas no se quieran dar cuenta de que esas reformas económicas constituyen la base necesaria para afrontar, posteriormente, una política demográfica sensata y racional, que tenga en cuenta los retos de una sociedad cada vez más envejecida y que permita una asignación más eficiente de los recursos del Estado, nada o muy poco se podrá hacer.
Los cubanos deben saber que otra política es posible.
Este artículo apareció originalmente en el blog Cubaeconomía. Se reproduce con autorización del autor.
Pero bueno...hasta dónde va a crecer? Para qué? Esas noticias "desalentadoras"... En el 59 había 6 millones de habitantes, con una esperanza de vida de 64 años, ahora hay 11, casi el doble y una esperanza de 78 años...Esas cifras no cuajan, la Revolución lo que hizo fue duplicar la población, en la misma cantidad de tierra y ser lo más ineficiente para asegurar un abastecimiento. Lo único que ha evolucionado el homo sapiens es en la tecnología, por lo demás somos una tremenda plaga para el planeta...
Importación de chinos...
Quien va a querer tener hijos en el cochinero aquel
Ese es el tipo de daño que no se soluciona solo con inversiones. Una vez que se decide corregirlo se necesita tiempo. Ese momento ni siquiera ha comenzado. Un sistema saludable de seguridad social en un pais de alta productividad necesita un mínimo de tres trabajadores cotizando por cada beneficiario. Cual será la relación que hará falta en Cuba? Baja natalidad sumado a la emigración significa más carga para el cotizante. Más carga para el cotizante implica menos ingresos para este. Menos ingresos trae como consecuencia aún más baja natalidad y más emigración. Es una bola de nieve cuesta abajo. Sucede en paises desarrollados y estos lo regulan abriendo las puertas a la inmigración pero, quien querrá emigrar hacia Cuba? He llegado a pensar que el plan del gobierno cubano es lograr que Venezuela se deteriore tanto que a los venezolanos le sea atractivo emigrar hacia Cuba. Luego he desechado la idea: implicaría que esa gentuza es capaz de llevar un plan a buen puerto.
¿Algún comentario sobre la tasa de abortos? ¿Algún estudio serio acerca de cómo ven los cubanos el aborto? Si encima de lo descrito en el artículo los cubanos siguen viendo el aborto como un método anticonceptivo, aprobado y estimulado desde el poder, el mal es aún peor.
Efectivamente el aborto como método anticonceptivo, pero nunca podremos confiar en ninguna estadística suministrada por el mayoralto de Biran.
// No hay fórmulas mágicas para resolver el problema nacional cubano ni ningún otro //
- - Solo se requiere PENSAR y TRABAJAR.
- - Tres propuestas, que no son obligadas ni únicas y que **ESTÁN Y SIEMPRE HAN ESTADO ESTRICTAMENTE EXCLUÍDAS DE PUBLICACIÓN POR TODOS LOS MEDIOS CUBANOS IMPORTANTES**:
Hacer a cada activista social, disidente u opositor cubano la pregunta que está en
http://mhecnet.org?Pregunta…
ASAMBLEA NACIONAL REPRESENTATIVA PROVISIONAL CUBANA
Propuesta de movimiento hacia su instauración (¡1992!!!)
http://mhecnet.org?ANRPC
Difundir entre los cubanos
Aspiraciones sociales cubanas, ¿sí o no? (2010)
http://mhecnet.org?Aspiraci…
La única que encuentro plausible y util es la primera, las demás no les veo el pico, los mayorales de Biran tienen impunidad absoluta y una maquinaria represiva suficiente para impedir que ningún mulato se organice en ninguna institución que no sea organizada por ellos.
No hay buena alimentación, no hay viviendas, no hay respeto a la familia como institución básica de la sociedad, se pasa trabajo para encontrar medicinas, transporte, servicios sociales eficientes, no hay forma de reclamarle al Estado cualquier anomalía, ¿quién así quiere traer hijos al mundo?
// "Mientras que los dirigentes comunistas no se quieran dar cuenta..." NO //
- - NOSOTROS, el resto de nosotros, somos tan o más (un castrista ES un castrista, no se puede esperar otra cosa) responsables por ese y todos los problemas nacionales.
- - NO TRABAJAMOS CON EFECTIVIDAD **NI HABLAMOS DE CÓMO HACERLO** PARA PARAR QUE CUBA SE NOS SIGA HUNDIENDO Y ENCAMINARLA BIEN.
- - Por cierto, no es solo que no nacen muchos, es que se van los jóvenes. Pero eso no es gran problema. Todos los cubanos fuera somos Cuba también, con juventud, recursos, preparación y natalidad normal.
Querido Trelles y cuando nos vas a acabar de dar la formula mágica.
Culpa del bloqueo, lo dice Canel.
Hay que añadir que el fondo de viviendas esta muy por debajo de la demanda, los mulatos viven hacinados, el regimen cubano es un parásito profesional y con mucha suerte, muchos cubanos mayores de 65 años han comenzado a emigrar en masa hacia Estados Unidos a donde he aqui que les otorgan Medicare y Medicaid, mas una humilde pension de el Social Security y resulta que la vida les cambia radicalmente comparada con el infierno que se ha convertido ser un jubilado en la plantación propiedad de la familia Castro. Estudios demuestran que en Cuba a partir de los años 70s los matrimonios empezaron a tener un solo vejigo. La crisis causada por la familia Castro no solo abarca el crecimiento demográfico, también ha afectado la estatura del cubano y ha creado una marea de ex pioneritos oligofrenicos y acomplejados que ha llegado también a afectar las costas de la Florida, arrastrando hacia acá una morralla intragable de seres resentidos y envidiosos.
Hace casi una decada, aparecio un lergo articulo en granma expllicando este tema y tenia un extraño titular no muy propio de la gris prensa oficialista: ¿Se acaban los cubanos? o algo asi.
La realidad es que ese es el verdadero tema: se acaban los cubanos.
Lo mas jodido es que aquel articulo solo fue un boton de muestra. El resto de la prensa oficial solo habla de esto en tono triunfalista, diciendo que el envejecimiento es un indice propio de los paises desarrollados, y felicidades porque tenemos indicadores de paises desarrollados.
El tema va a ser un tremendo obstaculo para la hora en que todo se destrabe y se quiera hacer avanzar la economia. Aunque empiecen a parir todas las mujeres a la vez, va a haber un gap en las fuerzas productivas.
Por ahora los cubanos se estan acabando.
Gracias Fidel!