Odalys y Maritza cortaron su amistad de más de 30 años en medio de una cola para comprar las cuatro libras de papas correspondientes a cada miembro de las familias cubanas residentes en La Habana.
Alimentarse en Cuba hoy no solo implica "chaquetear" el dinero y el tiempo invertido en las enormes colas, sino que también pasa factura a las relaciones interpersonales en cada comunidad, e incluso dentro de los núcleos familiares.
La escasez de alimentos, de medicamentos y de una variedad de productos de primera necesidad, sumada a la expansión del Covid-19, que obligó al cierre de las fronteras y ha implicado una caída de las importaciones, ha ido resquebrajando los últimos vestigios de tolerancia en la convivencia.
"Se podrá decir que somos las personas quienes hemos perdido los valores y demás, pero eso sería una verdad a medias", señala Martha Barreto, exprofesora de secundaria y testigo del altercado entre sus dos vecinas.
En Cuba "llevamos demasiados años de racionamiento de absolutamente todo. Más de 60 años sin poder comprar todas las libras de papa que se nos antoje, y con la misma promesa de que habrá más cuando la situación mejore", añade.
"El coronavirus simplemente añadió más hacinamiento, más proximidad, pues el aislamiento ya existía en nuestra condición de Isla bloqueada, según el lenguaje del Estado. Lo sucedido entre Maritza y Odalys no fue consecuencia de la chusmería ni de la cacareada pérdida de valores, sino de una acumulación de desesperanza y un país cayéndose a pedazos", opina Barreto.
Habaneros consultados coincidieron en que la papa, uno de los alimentos históricamente racionados en la Isla, está siendo politizada a través de las llamadas organizaciones de masa.
"En mi barrio, la delegada del Poder Popular, que solo aparece para convocar y nunca para resolver, se tomó el trabajo de advertirnos que 'el enemigo está utilizando las colas para tergiversar la realidad del país y desacreditar a la Revolución'", relata Sonia Montero, vecina de Nuevo Vedado.
"Le respondí que en una cola para la papa no hay revolucionarios, sino personas con hambre y sin dinero, y que eso no era consecuencia del 'enemigo'. Basta ya de hacer ver que los cubanos hacemos colas porque nos gusta la molotera. Basta ya de creer que si dos mujeres se halan los moños o dos hombres se caen a trompadas en la cola de la papa es porque somos chusmas y porque no tenemos educación", critica.
"Eso, a 60 años de angustia por todas partes, es una ofensa. Si hago una cola de dos horas para comprar dos míseras libras de papa es porque no tengo otro modo de resolverlas", añade Montero al borde del llanto.
Después de casi 30 años de trabajo, "y de creer en la Revolución", Montero se cuestiona si fue "para esto que trabajé y me entregué: para pasarme el resto de la vida en una cola de papa o de pollo, que para el caso es lo mismo".
El surtido de papa en cada municipio habanero varía en cada envío, que suele ser quincenal. En ocasiones, "tocan" dos libras por persona del núcleo familiar, y en otros envíos cuatro o cinco libras. Las colas en cada comunidad van acompañadas de quejas contra el Estado por la calidad de la papa, altercados entre vecinos y delaciones a presuntos coleros.
En marzo de 2020, el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, dijo que solo la vianda —dentro de la tradición alimentaría cubana "de arroz, frijoles, vianda y proteína"— estaba garantizada para la alimentación de los cubanos. De esos productos, "hoy alcanzamos total soberanía solo en uno: las viandas", aseguró Marrero Cruz.
Sin embargo, un año después impera en Cuba una dolarización de la economía y una severa escasez en las redes de comercio en moneda nacional, que incluye a las viandas. Las colas para comprar papa son la síntesis del panorama de un país en el cual los ciudadanos sobreviven atrapados entre la pandemia sin esperanza de divisar esos "tiempos mejores" prometidos por tres gobernantes seguidos.
"La procesión va por dentro: cuando llegas a la casa y te das cuenta de que te has pasado tres horas en una cola, discutido fuerte con tu mejor vecina por cuatro libras de papa, te vas en llanto", confiesa Adelaida Espinosa, residente en el Cerro y trabajadora de una imprenta.
"Te invade una rabia que te corta el aliento y ni siquiera sabes a quién culpar: si a ti misma, a tu vecina, a la papa, al coronavirus o al Gobierno. Aunque me disculpé con mi vecina, y lloramos juntas, no tengo paz conmigo misma. Me pregunté a mí misma qué país es este, donde además no puedo hacer fotos o publicar todo este calvario porque estaría colaborando con el imperialismo y me buscaría un problema gordo", añade.
La escasez, la libreta de abastecimientos, las colas, ... todo eso son eficaces instrumentos de control y distracción. Combinados con el temor y la represión, constituyen la dictadura perfecta.
No existe "el enemigo": todos somos amigos y enemigos de alguien. Y la máxima "el enemigo de tu enemigo es tu amigo" o viceversa, es para la gente que ve la vida en blanco y negro. Puedo detestar los EEUU y amar Rusia, sin que eso me haga amigo de Díaz Canel.
Tampoco existe "la Revolución": etimológicamente es un eufemismo por partida doble: a la revolución del 59 le ha sucedido un proceso de involución que dura hasta hoy.
40 anos me las pase en Cuba haciendo cola hasta para mear en un bano publico ,de los pocos y sucios que habia por La Habana ,el cubano promedio gasta la tercera parte de su vid haciendo cola para sobrevivir,eso es el socialismo Castrista.Pura miseria ,para asi tener doblegado al pueblo ,solo hay una mano para comer ,LA DEL MALDITO GOBIERNO.Por suerte me fui de Cuba .PATRIA Y VIDA.
La familia Castro se jamó ese pueblo " con papitas fritas " ... A llorar a Maternidad de Línea ... o a empezar por lo menos a pegarle candela a la goma de un lápiz ...
Y la papa para oriente, pa´cuando
La misma señora da con la clave de su situación: si protesta es que está colaborando con el "imperialismo" y ahí se resume todo el miedo de un pueblo, y de eso se aprovechan los sinvergüenzas de ese desgobierno. El día que ya la gente le preocupe un pimiento que los consideren enemigos de la revolución con todo lo que eso lleva consigo, palos y represión, la revolución tendrá sus días contados, mientras tanto los pocos que protestan asumen las consecuencias o hacen como esos dos oficialistas que publicaron en fb la situación de los hospitales donde estaban y finalmente retiraron el comentario, por miedo a perder las pocas prebendas que pudieran tener.
pim-pam-pum: las unicas prebendas que tienen los cubanos son escases de alimentos,trasporte,agua.Podemos sumarle las patadas por el trasero de laPNR y "boinas negras" ,incluyendo las multas....
La escasez de todo, con necesidades básicas apremiantes, sacan afuera lo peor del ser humano para tratar de "resolver ". La única vez en mi vida que tuve una bronca con una vecina fue en una cola para comprar aceite. Qué vergüenza. Y qué vergüenza de país.
En esta situación de crísis el gobierno politizará todo para controlar la situación. Todo aquel que proteste o critique entrará en la categoría de "enemigo" que es una manera de silenciar a través del terror, pero eso tiene un riesgo y es el cansancio. Llegará un momento, como está llegando, que la gente entra en la dinámica de grupo y ya no se deja enredar con lo de "enemigo" y por ahí empieza la candela.
Siempre ha sido así,no es un problema de Coronavirus ni de bloqueo ni la cabeza de un güanajo.Cuando el país tenía su luna de miel con el campo socialista,en especial con Rusia,y la ayuda venía por un tubo y siete llaves,era lo mismo,yo crecí en eso,los cubanos son la realidad de la novela Cien Años de Soledad,nacemos con una cola en el trasero y crecemos escuchando el discurso de que el futuro será luminoso.
Muy bueno su comentario,60 anios de cola que aguante.