En enero la revista Forbes publicó su lista de "Las 75 mujeres latinas a seguir en 2024". La artista visual cubana Glenda León estaba entre ellas. Un reconocimiento, que según la propia creadora, no ha supuesto un cambio en su trabajo.
"Ha sido un reconocimiento más. No es tan significativo como, por ejemplo, cuando El Pompidou adquirió mis obras, o una exposición personal en un museo como El Amparo, de México. Lo bueno es que Forbes tiene un alcance más allá del mundo pequeño del arte. Yo me sorprendí mucho con tanta gente felicitándome".
León nos recibe en su estudio personal, un espacio lleno de obras y planos e ideas. Allí nos dice que, en su opinión, "la carrera de un artista se define por una exposición o por la adquisición en un buen museo. Los curadores no van a comprarme ni van a invitarme a una exposición porque salí en la lista de Forbes. Espero que no sea así nunca".
La artista vive entre La Habana y Madrid. Salió de Cuba en el año 2000 y en 2005 comenzó a estudiar la Maestría en Nuevos Medios que ofrece la universidad alemana de Colonia. Esta etapa duró dos años. La experiencia de haber vivido en una ciudad europea marcó parte de su decisión de seguir conectada físicamente con Cuba.
"Nunca he dejado a Cuba. Cuando viví en Alemania, un lugar donde todo estaba tan calculado, donde no había espacio para una espontaneidad, todo tan cuadriculado, sentí que algo en mí se estaba muriendo. Cuando regresé a la Isla sentí que revivía. Allí todo el tiempo hay espontaneidad, improvisación, por razones que conocemos de una precariedad increíble, pero a veces también por las características culturales del cubano. Además, mi madre está allí, mis amigos estaban allí, tengo un estudio. Esas son realidades mías que no las voy a dejar por una situación política, por una situación ajena a mí. Yo lo tengo muy claro: ¿cuál es mi esencia? La política y todo lo demás para mí es periférico", confiesa.
¿No tendrías ningún reparo entonces en exponer en la Isla?
He decidido no exponer, aunque lo he considerado, por ejemplo, para la Bienal de La Habana. En el Museo de Bellas Artes tendré una exposición personal por primera vez. Es un mal momento, lo reconozco. ¿Por qué es mal momento? Bueno, por todo lo que sabemos políticamente. Pero, ¿para quién yo hago el arte? Yo hago arte para las personas que viven en un país. Entonces, considero que, además de todo lo que está pasando el pueblo, ¿lo vamos a privar de la poesía? ¿Lo vamos a privar precisamente de la cultura, que es lo único que puede elevarlo? Yo sé que lo que necesita ese pueblo es comida y otras cosas tal vez esenciales. Pero también el arte es esencial, porque nos eleva espiritualmente, porque si tú quitas el espíritu del ser humano, ¿qué nos queda? Un pueblo o una persona en una situación difícil necesita arte, necesita poesía. Por eso mi decisión. Me costó tiempo decidirme, pero creo que vale la pena. El arte es el sentido de mi existencia.
El arte "lo tengo en las venas"
Glenda León no se considera una emigrante. Se autodefine como una cubana-madrileña, aunque confiesa que también pudiera ser neoyorkina. Su estilo cosmopolita la ha acompañado en cada exposición. Dice que, aunque le encanta mirar el cielo, necesita la actividad cultural que tienen las grandes ciudades.
Léon, comenzó su bregar por el mundo de las artes estudiando ballet clásico. Primero fue la danza a los seis años; después, en la escuela secundaria, hizo un grado elemental de pintura.
"Llegas con 12 años y ves que tu profesor tiene el pelo largo, que tiene una argolla y unas botas clavadas en la pared, y las clases eran en el parque o en un teatro. Eso me amplió totalmente el universo de lo que podía ser arte, que no era simplemente sentarse a dibujar un modelo. Cuando hice mi tesis en la performance en Historia del Arte, reconecté con el grupo de artes plásticas DUPP. Fue superdifícil decidirme. Finalmente me decidí por las artes plásticas y no me arrepiento en lo absoluto, porque siento una libertad tremenda y lo disfruto mucho", cuenta.
La coreografía que hay en cada obra de Glenda León no solo le viene de su formación danzaria, sino también de su madre, que fue editora en el ICAIC. Mientras su mamá trabajaba, León, muy pequeñita, veía cómo funcionaba la moviola y la edición de películas.
"Lo tengo en las venas. Cuando una imagen dice que ya no da más y tienes que cortarla. En el mundo del vídeo-arte parece que todo es experimental, y que todo lo que es extraño cabe ahí. No realmente. También es un lenguaje audiovisual que tiene sus leyes, y si una imagen comienza a ser aburrida o a estar vacía, tienes que ver si eso es intencional y hasta qué punto".
¿Crees que España es un espacio amable para los artistas visuales cubanos?
Totalmente. Yo siempre me he sentido muy bien acogida en esta ciudad. Los madrileños sobre todo están acostumbrados a tener gente de todas partes, los acentos no les extrañan. Yo he tenido nada más que buenas experiencias aquí. Mi trabajo ha sido muy bien acogido.
Mientras conversa con DIARIO DE CUBA, León tiene a sus espaldas la producción de tres exposiciones personales. La primera es una retrospectiva de su carrera en un centro de arte en Austria, donde su obra ocupará dos pisos. La artista trabaja también en una exposición personal en la galería Cometa, de Miami, que se suma a su trabajo para el Museo Nacional de Bellas Artes.
"Estoy haciendo un vídeo nuevo que es justamente sobre tema político, no específico, sino para llegar al panorama de la situación universal".
Si le pregunta a Pánfilo qué necesita el pueblo cubano, le dirá: jama, mucha jama!!!!
Un pueblo en una situación difícil necesita arte'
...Nooo! Lo que necesita es cojoneeeessss!
Persistente: ¿A ti te mandaron eunuco del manicomio para acá?
El arte es importante como alimento espiritual y cultural, pero un pueblo con tantas necesidades como el cubano dudo mucho que eso sea una prioridad.
tremenda matazon en la bodega hoy porque llego el "arte"
El problema es que van a tener que comer “arte” sólo, pues no ha llegado ni el arroz ni el pan.
Creo que fue Carlitos (Marx) quien dijo que primero se come y despues se hacen otras cosas...
De las entrevistas a artistas cubanos jóvenes que residen fuera, en general el denominador común es la apatía ante la situación política en Cuba. Esta artista lo llama algo "periférico", que en buen criollo es "eso no es lo mío" y sigo aprovechándome de lo que cada país me brinda. En Cuba hay carencias, dificultades, pero "en eso no me meto", o lo que es lo mismo, no es "mi esencia", dice.
Un logro de los sesenta y tantos años de dictadura en estas generaciones de jóvenes es el rechazo al comprometimiento político; de tanto explotarlo se logra el hartazgo de lo que es el deber cívico.
Recuerdo a inicios del período especial de los 90 la política para la UNEAC de permitir la salida al extranjero de artistas, con las puertas abiertas para su regreso (siempre que no se metieran en honduras críticas al régimen). Parece que ese tipo especial de cooptación ya alcanzó a una segunda generación.
Como contraparte están los jóvenes del 11J, por suerte, u otros como Hamlet Lavastida.
Glenda León es una artista jóven con un reconocimiento en ascenso de la crítica internacional, pero rehén del régimen. Si tiene su madre en Cuba no le queda otra alternativa que la simulación si la quiere ver. Ese es el drama.
Amadeus, la simulación, como usted dice, forzada por sus circunstancias familiares ¿implica concederle una entrevista a DDC para tomar distancia de "la política", para hacer ver por lo claro esa distancia en un medio contestatario? Bien pudo negarse y seguir exponiendo su arte por dondequiera, concediéndole entrevistas a Visual Arts Journals como parte de ese reconocimiento internacional , que no dudo ha alcanzado. Al responder un par de preguntas directas de Náyare, asume una posición política ambigua ante la realidad cubana, haya sido simulación o no. Si no pensó en qué tipo de medio era éste, revela una enorme ingenuidad.
Acabo de entrar a su sitio web y su obra es muy rica en temáticas y sugerencias, algunas sutiles, abiertas a la imaginación de quien las visita y otras claras, sin ambages: Cada Sonido es una Forma de Tiempo, La Internacional, la Santa Biblia, Objeto de la Revolución Energética.... y muchas más. Esta artista tendría mucho que decir con su obra.
Doña Ana___No le falta razón, pero ya nos vamos acostumbrando a esa simulación de „jugar con la cadena, pero no con el mono“. En mi opinión no es tanta la apatía, sino el oportunismo y falta de coraje y civismo. La tragedia de Cuba es que ha perdido su futuro, los jóvenes se marchan y los artistas se van por las ramas. Mientras exista Miami, Madrid y Guaracabuya para huir, hay „continuidad“ hasta el 2100. No way out.
¿Por qué no ilustraron este artículo-entrevista con algunas fotos de sus obras? No me queda claro qué se entiende por "artista visual", noción demasiado amplia.