Los aranceles que cobra el castrismo por la importación de vehículos son tan enormes —de media entre 20.000 y 56.000 dólares— y las consecuencias de ello tan negativamente profundas, que deben ser analizados para entender por qué el Gobierno cubano no permite, ahora que es posible, la importación masiva de vehículos desde EEUU.
Tradicionalmente, los impuestos a la importación (aranceles) han tenido como función fundamental la protección de la industria nacional, pero ya que Cuba no tiene ninguna industria relacionada a la producción de vehículos (y realmente, ya casi ninguna industria) esta razón queda descartada.
Otra posible explicación sería que, estos absurdamente enormes aranceles que pueden más que duplicar el precio del auto de segunda mano importado (un Hiunday Santa Fe que cuesta menos de 20.000 dólares paga más de 30.000 en aranceles) tengan como objetivo captar divisas para el país. Sin embargo, cualquier economista sabe que los ingresos solo aumentan junto al precio hasta un punto relacionado con la elasticidad de la demanda, a partir del cual, las ventas caen tanto que, aun cobrando más por unidad los ingresos se reducen hasta afectar los beneficios.
El precio de importar vehículos a Cuba es tan alto que, el fisco cubano, ingresaría más si bajase los aranceles promoviendo una importación masiva. La evidencia de que el nivel de importaciones de vehículos es actualmente muy bajo, está en la invariabilidad del precio de los carros en el mercado interno.
Entonces ¿será que quieren evitar una "fuga de capitales" hacia bienes suntuarios? Esa mentalidad mercantilista está aún vigente en mucha fantasía tercermundista, incluido el socialismo y otros grandes responsables —Raúl Previch y la CEPAL mediante— del atraso de Hispanoamérica.
Pero si fuese este el caso, aranceles y demás normativas aduanales apuntarían a promover la importación de vehículos utilitarios como camiones que, sin embargo, son menos del 4% de las importaciones totales hoy día.
Otra posible justificación sería que se quiere controlar el número de vehículos en circulación para impedir que aumente el consumo de combustible, pero este argumento es inválido pues, como mismo para ahorrar electricidad incentivaron sustituir refrigeradores antiguos por nuevos, para ahorrar combustible incentivarían la sustitución de carros viejos por modernos que, a igualdad de consumo, transportarían más personas y mercancías.
Además, como el Estado tiene el monopolio de la distribución de combustibles, para controlar su cantidad le basta con regular centralmente la venta y distribución. Este mismo argumento, además, descarta cualquier supuesta preocupación ambientalista relacionada con carburantes fósiles.
Una explicación alternativa sería que, más que el volumen de divisas "fugadas", lo que intenten es priorizar la importación de alimentos antes de vehículos, dado que la alimentación, hoy casi toda importada, es más urgente. Pero este es otro argumento insostenible pues, en ese caso, la política arancelaria estimularía la importación de vehículos y maquinaria autopropulsada agraria para potenciar la producción nacional de alimentos, cosa que no hace.
Por otra parte, como mismo en el embrión el sistema nervioso que transporta información y el circulatorio que transporta mercancías, son de los primeros en desarrollarse, es imposible un desarrollo económico sistémico sin medios de transporte adecuados, con lo que el coste de no permitir la capitalización de la economía cubana mediante la importación masiva de vehículos no podría justificarse tampoco como un estímulo para impulsar otras inversiones en la economía interna, pues eso sería poner la carreta delante de los bueyes.
En definitiva, la actual política arancelaria no puede justificarse como protección de la industria nacional —¿qué industria?— ni como fuente para captar divisas; tampoco es un mecanismo para evitar fuga de capitales, para que no se desboque el consumo de combustibles o para proteger el medio ambiente, ni siquiera actúa para priorizar la alimentación ni, mucho menos, para estimular otras inversiones.
Lo que vemos, sencillamente, es un autobloqueo a la importación de vehículos que se traduce en que las compras de vehículos utilitarios (bienes de capital) sean marginales con respecto a las compras de vehículos para uso privado (bienes de consumo) lo que no ayuda a la economía nacional, pero sí visualiza la polarización de esta sociedad cada vez que un Jeep Wrangler y una guagua rebosada de "humanos" comparten la luz roja de un semáforo.
Descartadas las posibles razones económicas que pudiesen justificar tan excesivos aranceles, es difícil entender por qué el castrismo no permite e incluso impulsa en sectores específicos, como agricultura y transporte público, una mayor entrada de vehículos para recapitalizar una economía tan necesitada de inversión pues, a fin de cuentas, la importación de vehículos es una enorme inversión para la economía cubana que, sin embargo, está bloqueada… y no por Washington.
En definitiva, si no se acepta la criminalidad intrínseca de un régimen al cual solo le interesa mantener el poder para seguir saqueando, no se comprende las desgracias que sufre Cuba desde hace 65 años, y se cae en veleidades miopes como la de Biden y algunos interesados acercacionistas de Miami que defienden promover la inversión "privada" en un país que —¿alguien no lo sabe?— ya es la finca privada de una banda delincuencial y violenta.
Pero aun debemos responder por qué el castrismo, mediante descabellados aranceles y burocracia, bloquea la importación masiva de automóviles. Algunas razones podrían ser:
- Mantener el monopolio en manos de algunos privilegiados, a ambos lados del Estrecho de la Florida, que se enriquecen con el tráfico de autos.
- No les conviene que mejore la movilidad de los cubanos.
- No quieren que la gente se independice económicamente del Estado.
- Quiere el castrismo proteger a la empresa estatal pues, su poder político e influencia social están correlacionados con la importancia y relevancia de estas empresas.
- No quieren que desde Miami envíen carros para uso del pueblo, pues prefieren que envíen dólares para uso del Gobierno.
- Necesitan torpedear el desarrollo económico privado para poder mantener la actual estructura extractiva.
La realidad es que no sabemos exactamente por qué el castrismo impide la importación masiva de vehículos. Lo que sí está claro es que no lo hace por razones económicas, sino por un sicopático cálculo de poder donde, para el Gobierno de Cuba, el pueblo no es un ser a cuidar, sino uno del que tiene que cuidarse mientras lo exprime y explota… como un parásito.
Mucha razón en este artículo,cualquiera que viva en cuba sabe que es la pura realidad,banda de mafiosos es lo que son.
El socialismo es al capitalismo como el cianuro al agua.
Cuando el pueblo se dará cuenta de esto.
El problema es que los castrenses antillanos son capitalistas ultraliberales educados en la mafia americana.
Chancleta de Palo, tú eres lo que la autora le llama un acercacionista de Miami, en tu caso México. Así quiten el embargo o lo poco de embargo que tiene esa ley, siempre los mafiosos y sus seguidores como tú seguirán gritando que no pueden hacer las cosas bien hechas para el beneficio del llamado pueblo porque hay otro embargo. La idea del socialismo es siempre tener un embargo impuesto por alguien de afuera.
El carro es un activo de no poco valor que entrega independencia económica, y la posibilidad de recorrer largas distancias en la isla sin depender del Estado. El carro no pega con el totalitarismo.
Muy cierto
El cartel de Punto Cero no permite la importación a gran escala de autos porque uno de los pilares del control totalitario socialista es impedir la movilidad de los esclavos, desgastándolos en colas y listas de espera.
Y para la jinetera del Alpargatas que asegura que la justificación a la negativa es el petróleo, habría que recordarle a esta gata servil las décadas en que el campo de concentración recibía el regalo soviético de 12 millones de toneladas anuales, y aún así, sus amos nunca importaron ni un solo auto para venderlo sin restricciones ni necesidad de galardones revolucionarios..
Los gánsteres desde 1959 han usado la escasez para enfrentar al populacho en la horizontal.
Primero, en aquellas infames reuniones de méritos y deméritos en que los sometidos se ripiaban por un refrigerador o un radio. Ahora, el premio a la incondicionalidad es un racimo de plátanos o una regadera.
La naturaleza de estas lacras en el poder sigue siendo la misma.
¿alguien no lo sabe?— ya es la finca privada de una banda delincuencial y violenta. Siempre lo fue Rafaela, lo que pasa es que ya se les derrumbo el discurso político.
...excelente articulo...hay escasez de combustible en Cuba y la autora pide la importacion masiva de autos para resolver los problemas de transporte...excelente articulo...muy inteligente...
El que parece que no era inteligente (según tu razonamiento) era el Cagandante en Polvo: compró grupos electrógenos en una isla que no tenia electricidad, ¿te acuerdas, plasta de mierda comunista?
Cuando el estado deje de controlar todo y no tenga que elegir entre comprar gasolina o arroz, en otras palabras, cuando las distribución y venta de combustible este en manos de compañías privadas que solo se dedican a eso entonces no faltará ni la gasolina ni tampoco el arroz. Mientras haya que escoger van a faltar los dos.
Hp ,los carros antimotines,de turismo no tienen los aranceles de tus amos.Ah,unos son para mantenerse en poder a la fuerza.Los otros para negocios en divisa por transporte de turistas.Es decir "alpargata de baño" de hospital cubano,que no hay combustible para trabajar,pero si ,para reprimir y la nueva clase de " enchufados MIPYMES"...
Rafaela gracias por su esclarecedor articulo. Solo considero, tuvo que omitir profesionalmente una razon la cual es de mi cosecha: fueron, son y seran unos hdp desde antes de 1959. Son el desastre en que han convertido a Cuba y a su pueblo sin lugar a dudas en una combinacion de incapacidad sicopata, maldad ideologica y falta elemental del mejor sentido comun de como debe gobernarse una nacion, donde quepan todos y para bienestar de todos. El resultado; sera que en una nueva republica; ninguno de estos "dirigentes" desde nivel de comite callejero hasta la presidencia, ni del partido comunista o sus parasitas organizaciones puedan ocupar cargos publicos y proscribir el comunismo, su ideologia y sus partidos disfrazados bajo otros nombres etc. pues el dano infligido a al pais y sus habitantes por mas de 60 anos es incalculable material, economico, humano y socialmente. Y no hay forma capaz de reparacion de tanto dano. Por tanto esta es mi opinion. No mas castro-comunismo, ni socialismo.
Magnifico el comentario de Rafaela. Está explicado punto por punto todas las causas.