El Gobierno de Argentina advierte sobre actividades de Hezbollah en varios países de Sudamérica

Aunque la respuesta de otros gobiernos ha sido aireada, para negar lo sostenido por autoridades de seguridad de Argentina, la Administración de Javier Milei advirtió sobre la presencia de radicales chiitas de Hezbollah en Bolivia y Chile, en zonas fronterizas comunes, en momentos en que se mantiene la tensión entre Irán e Israel, cuyas repercusiones podrían alcanzar a otras naciones.

Las respuestas de Bolivia y Chile pasaron del tono aireado a la queja diplomática formal, en el caso del Gobierno de Gabriel Boric, ante lo señalado por Patricia Bullrich, la ministra de Seguridad de Argentina, ex candidata presidencial conservadora y en la actualidad estrecha colaboradora del presidente Milei.

Para funcionarios argentinos del área consultados por DIARIO DE CUBA resultó llamativo que no se activaran investigaciones específicas, sino que se apeló al discurso político para desechar lo planteado por la ministra, el 15 de abril, quien recientemente hizo una visita a Washington para intercambiar con órganos de seguridad e inteligencia de EEUU.

El giro de 180 grados que dio la política exterior de Argentina, al asumir Milei la Presidencia y alinearse de forma irrestricta con Israel, ha activado protocolos de protección y reactivado la cooperación entre la agencia de inteligencia israelí, el Mossad, y Buenos Aires.

El inicio de ataques directos desde Irán a Israel, como secuela de la actuación israelí en la franja de Gaza y las actuaciones contra objetivos iraníes en Siria y Líbano , hicieron —por ejemplo— que el presidente Milei abortara un viaje a Europa la semana pasada (según se conoció luego, por razones de seguridad), así como que el mandatario dejara de usar aerolíneas comerciales para sus desplazamientos aéreos.

Hezbollah, de origen libanés, actúa con un brazo político y otro armado. Por su identidad chiita ha devenido en una suerte de extensión de las actividades terroristas del régimen iraní, que cuenta asimismo con la Guardia Revolucionaria Islámica. Ambas instancias comparten información y se ha comprobado que Teherán le brinda armamento a Hezbollah.

Por su parte, el presidente chileno Gabriel Boric elevó una protesta formal ante el Gobierno de Milei por lo señalado por la ministra de Seguridad. Boric fue el único referente de izquierda que estuvo en la toma de posesión de Milei en diciembre pasado. En Bolivia, la Cancillería aclaró que "carece de evidencia" el comentario de Bullrich.

El diario La Nación, entretanto, ha recordado que el pasado 8 de noviembre, a poco más de un mes del asalto del grupo terrorista palestino Hamas contra Israel que derivó en la guerra en la Franja de Gaza, la Policía Federal de Brasil anunció que había desactivado junto a agentes del Mossad israelí un complot de presuntos agentes de la organización radical chiita Hezbollah para atacar objetivos judíos dentro de territorio brasileño.

Operaciones de este tipo, junto al temor de que países de la región como Venezuela y Bolivia, por su colaboración estrecha con Teherán, terminen siendo refugio para cédulas de Hezbollah, mantienen en alerta a las autoridades de Argentina.

A fines del siglo pasado, la población de Buenos Aires vivió de cerca los estragos del terrorismo iraní. Dos ataques, uno contra la Embajada de Israel, en 1992, y otro contra la mutual judía AMIA, en 1994, en total dejaron más de 100 muertos. Este mes, precisamente, la Cámara Federal de Casación Penal confirmó que Irán estuvo detrás de los atentados y que Hezbollah se encargó de la ejecución.

A mediados del año pasado, el Gobierno de Bolivia firmó un acuerdo con Irán. Esto ha alertado a expertos en seguridad y defensa del cono sur, dada la profundidad y el alcance potencial de este acuerdo en la geopolítica regional.

Consultado por el portal Infobae, el exjefe del Estado Mayor del Ejército de Chile, John Griffiths, sostuvo que el tratado no solo es un paso más en la creciente relación entre Bolivia e Irán, sino también un motivo de alarma debido a sus implicaciones en tecnología militar y capacidad de inteligencia. En términos prácticos, según el experto, se abre "la posibilidad de que Bolivia adquiera drones, sistemas avanzados de inteligencia, ciberseguridad y cohetería".

Los gobiernos de Bolivia, junto con Venezuela, Nicaragua y Cuba, han consolidado una alianza con Teherán que se basa, principalmente, en hacer frente a EEUU de manera conjunta. Los lazos de Irán con la región pasaron a ser fluidos desde 2006, gracias a la mediación del entonces presidente venezolano Hugo Chávez.

"Con el objetivo de acercarse a Latinoamérica, Irán elaboró una narrativa con la que pretende ensalzar los nexos entre ambas realidades. Hay permanentes alusiones a su posición contraria al imperialismo (estadounidense) y a la necesidad de establecer un nuevo orden mundial", sostiene el académico español Sergio Castaño.

"La diplomacia desplegada en América Latina al comienzo fue complementada con otras acciones para que la sociedad en la región observara a Irán como aliado. El Gobierno (de Irán) desarrolló un programa de poder blando en tres niveles de acción: la actividad llevada a cabo desde las embajadas, el uso de los medios de comunicación y una fuerte presencia en las redes sociales”, precisa el profesor de la Universidad Internacional de La Rioja.

Finalmente, Chris Dalby, director del think tank World of Crime, remarca que, a pesar de los antecedentes, no hay una confirmación de que "Hezbollah esté activamente involucrado en América Latina, que esté planificando activamente ataques o que tenga muchos miembros basados permanentemente en la región".

Sin embargo, advierte a La Nación que la ausencia en el terreno de agentes de origen libanés no minimiza el riesgo ya que esta agrupación ha establecido "proxys", al aliarse con bandas criminales o remanentes de grupos guerrilleros y, a partir de las recompensas económicas que garantiza Hezbollah, estos criminales podrían actuar con una agenda enfocada en sembrar el terror.