Ubicados en las antípodas ideológicas, Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri tienen varias cosas en común, además de haber ejercido la Presidencia. Pese a que tiene rechazo elevado en materia de opinión pública, ambos emergen en este 2023 como los tótems que definirán las candidaturas presidenciales en Argentina, cuando restan siete meses para las elecciones.
Hay fechas fijas, aunque no existe oficialmente un calendario electoral. Las elecciones primarias, de carácter obligatorio, deben celebrarse el segundo domingo de agosto, esto sería el 13, y las elecciones presidenciales el tercer domingo de octubre, el día 22. Lo que permanece aún tras bastidores es el listado de quienes aspirarán finalmente a la Presidencia del país sudamericano, que sigue atravesado por una prolongada e irresoluta crisis financiera.
Además de escoger presidente y vicepresidente, este año los argentinos elegirán a 21 gobernadores provinciales, así como a 130 diputados (casi la mitad de la Cámara) y 24 senadores (un tercio de este cuerpo). Más allá del desgaste que refleja el Gobierno del peronista Alberto Fernández, están las luchas intestinas en este sector de izquierdas, confrontación muy bien simbolizada en la ruptura pública del presidente con su vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Hace dos años, cuando se hizo público el divorcio político entre el presidente y la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner dejó en claro que Alberto Fernández había sido candidato unitario del peronismo gracias a que ella lo había apuntalado. El actual mandatario logró reunificar a varios sectores del peronismo, incluyendo al sector más beligerante y ahora crítico de su gestión, el kirchnerismo.
En diciembre pasado, cuando Cristina Fernández de Kirchner fue condenada en una causa por corrupción a seis años de cárcel e inhabilitación, ella de inmediato anunció que no buscaría ningún cargo de elección, descartando que se presentaría en la fórmula presidencial de 2023 del peronismo. Sin embargo, la aparición de la vicepresidenta en actos de calle, organizados por el kirchnerismo principalmente en Buenos Aires, deja en evidencia el apoyo de sus seguidores hacia una eventual candidatura suya.
Fernández de Kirchner gobernó entre 2007 y 2015, sucediendo a su esposo Néstor Kirchner (2003-2007). Entregó el poder al conservador Mauricio Macri (2015-2019), quien perdió las elecciones ante Alberto Fernández, cuando buscaba relegirse.
En el seno del peronismo pocos dudan de que Cristina Fernández de Kirchner determinará quién será el ungido para presentarse como favorito en las primarias. El actual presidente ha dejado entrever que buscará la relección, pero el alto rechazo que tiene en las encuestas y la falta de apoyo del aparato político del kirchnerismo parece dejarlo sin opción para proseguir como jefe de Estado. Según sondeo de Opinaia, dos de cada tres argentinos tienen una opinión desfavorable del actual mandatario.
El "superministro" de Economía Sergio Massa podría ser un candidato de consenso para Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, pero una eventual candidatura suya estaría atada al desempeño económico. Massa, según analistas, tendría que mantener a raya la crisis en los meses venideros y devolver algún nivel de bienestar a los sectores bajos y medios, para reconectarlos emocionalmente con el discurso peronista.
De acuerdo con un sondeo reciente de la firma Opinaia, de forma amplia la inflación es el principal problema para los argentinos, seguido de la inseguridad, pobreza y desempleo. Es decir tres de los cuatro problemas centrales, según este estudio de opinión pública, son de naturaleza económica, con lo cual la evaluación de Massa como eventual candidato dependerá de las respuestas que como ministro pueda darle a la población.
En el campo de la oposición, entretanto, se espera una definición de Macri para que se destapen todas las aspiraciones que parecen palpitar en la coalición, donde conviven centristas, conservadores y radicales (de los partidos tradicionales de Argentina). El expresidente ha jugado a una suerte de suspenso sin descartar del todo si volverá a competir por la Presidencia.
En la coalición opositora, hasta ahora, el único que ha manifestado abiertamente sus aspiraciones presidenciales es el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, quien mantiene posiciones centristas y está abierto al diálogo con el peronismo. Se especula que si Macri decide participar, se le dejaría correr en solitario, pero que en caso de no aspirar, podrían inscribirse hasta cinco contrincantes en las primarias de agosto.
Cristina Fernández de Kirchner y Macri, entonces, parecen tener la llave para las definiciones en lo que vienen siendo los dos principales bloques políticos de Argentina.
En el país, entretanto, hay una incógnita sobre el papel que podría jugar el liberal Javier Milei, un mediático y excéntrico economista, y desde 2021 diputado nacional, que podría ser el tercero en liza, en la carrera presidencial de este 2023.
Opinaia, en su estudio de febrero, detectó que Milei, con 23% de aceptación, es la figura que tiene mejor valoración por sí mismo, sin el respaldo de las coaliciones. Juntos por el Cambio, que encabeza Macri, tiene un 31% de apoyo, mientras que el Frente de Todos (peronismo unificado en 2019) un 24%.
La percepción favorable hacia Milei ha crecido entre argentinos de grandes ciudades y entre votantes jóvenes, que parecen comulgar con la tesis de "que se vayan todos" que parece encarnar este diputado, para cuestionar por igual tanto al peronismo como a la oposición tradicional.
Cristinita por siempre seguirá tanteando la política para poder tener a buen recaudo todo cuánto ha robado y mantenerse intocable a la inexistente “justicia” argentina.
Inseguridad, Pobreza y Desempleo, la Sagrada Trinidad de los gobiernos “progresistas” latinoamericanos.
Total, si Argentina no merece mejor que la Cretina o alguien por el estilo. Bah.
Mientras haya pobreza e injusticia social en América Latina los comunistas y la izquierda zurda siempre estarán presente vendiendo humo. A la masa hay que prometerle y decirles lo que quieren oir y es así como funciona con los gobiernos socialistas en Latinoamérica. Detrás no hay nada más que escenografía porque en la práctica nada es posible sin la economía de mercado y la deomocracia. Boric en Chile prometió villas y castillas y lleva un año empantanado entre los comunistas que le apoyaron y la izquierda de Marvel y por el otro la derecha.
Cierto
No entiendo la tozudez de los pueblos de volver una y otra vez a la misma m......., espero salga Milei para un cambio sustancial en Argentina.