Blonde, la producción de Netflix en la que la cubana Ana de Armas interpreta a Marilyn Monroe, recibió una ovación de 14 minutos tras su exhibición en el Festival de Cine de Venecia, su premier mundial.
La película, que la plataforma de streaming estrena el próximo 28 de septiembre, estaba desde que fuera anunciada en el concurso del certamen cinematográfico entre los títulos más esperados, después que su fecha de estreno se pospusiera más de una vez por desacuerdos entre los productores y Netflix, finalmente resueltos.
Antes del estreno de la película, el actor Brad Pitt, uno de los productores de Blonde, desfiló por la alfombra roja de acceso a la sala de cine junto a De Armas, el director Andrew Dominik, y los también intérpretes Adrien Brody y Julianne Nicholson.
Para protagonizar este drama biográfico, la actriz cubana más celebrada por Hollywood habría pasado un año perfeccionando su dicción, memorizando la cadencia de la pronunciación e imitando el característico tono entrecortado de Monroe, aseguró la producción.
El crítico español Manu Yáñez reseñó el filme desde Venecia para la revista Fotogramas. Según su parecer, "no es posible hablar de Blonde sin sacarse el sombrero ante el trabajo de Ana de Armas, quien aborda el firme/quebradizo personaje de Norma/Marilyn como si estuviese corriendo una maratón a ritmo de sprint. Es gracias a los múltiples matices que invoca su interpretación que el espectador llega a comprender la opresión social a la que vivió sometida la célebre actriz".
En entrevista con el diario español El Mundo, Ana de Armas aseguró que pese a su ascendencia latina y a ser trigueña, no dudó ni un segundo en aceptar interpretar al mito sexual de Hollywood.
"Nadie tiene derecho a dudar de un regalo así. Eres actriz y te pasas la vida deseando que una cosa así te ocurra a ti en vez de a los demás. Recuerdo perfectamente el momento en que la película salió finalmente adelante. Andrew me llamó y me dijo: 'Ana, tenemos el dinero'. Lo siguiente que pensé es cuándo y cómo se lo contaríamos al mundo, a la prensa. Y me contestó que no corriera tanto, que no estábamos hablando del corto plazo", contó.
"Y acto seguido, todo se vino abajo. Recuerdo más el dolor, el desgarro que sentí de que se me escapaba un sueño que la alegría de haberlo conseguido luego. Se diría que me he pasado años aterrada y al mismo tiempo eufórica. Contenta por lo que tenía y muerta de miedo por la responsabilidad. ¡Que yo, que no he nacido en Estados Unidos, sea el mayor icono de Norteamérica!"
Sobre la vigencia de la figura y cine de Marilyn, fue también tajante: "Yo diría que es relevante ahora y siempre. La historia de Marilyn no deja de ser la de un trauma infantil. La idea es mostrar el mundo a través de la lente que facilita ese dolor y ese personaje. Es una historia real no porque le sucediera a ella en concreto, sino porque de alguna manera utilizas a Marilyn para contar lo que nos pasa a todos".
"Ella tuvo todo lo que la sociedad considera como deseable entonces y considera ahora casi más. Era famosa, guapa, poseía un trabajo de ensueño, fue pareja de los auténticos héroes de su tiempo... y se suicidó. Algo estaba mal en la sociedad que permitió esto y creo que sigue exactamente en la misma situación. Te fuerzan a desear cosas que te destruyen. Definitivamente, hay que cuidarse mucho de lo que te dicen que tienes que desear y tener", subrayó.
Sobre la calificación de la película por Netflix como apta solo para mayores de 17 años, o NC17, reservada en general para filmes pornográficos, reconoció su alarma. "Por Dios. ¿Cree que es porno? Dudo que los que han decidido eso hayan visto alguna vez una película porno. Pero es lo que hay. No hay mucho que pueda hacer ni decir al respecto. Es muy frustrante cuando se monta una gran controversia sobre algo que muy pocos o directamente nadie ha visto. No la han visto pero ya tienen una idea perfectamente articulada al respecto. Es increíble. Por otro lado, eso mismo lo sufrió Marilyn. Quiero creer que hasta en eso es coherente Blonde".
Al respecto, consideró que el Hollywood de Marilyn y el actual han cambiado mucho, "pero no suficiente. Estamos aún muy lejos de la igualdad. Es curioso, porque siempre ponemos el acento donde quizá no deberíamos. Las cosas están mejor, sí, pero no están bien. La igualdad no se mide por grados. Se da o no se da. Y, todavía, no se da. Por otro lado, lo difícil que ha sido sacar adelante la película da una idea de lo poco que nos hemos movido. El movimiento MeToo fue una oportunidad para la película. Era como si obligara a la gente a escuchar, a prestar atención. ¿Cómo no apoyar una película sobre una mujer que pasa por esto?"
Para Ana de Armas, el Hollywood actual es "el lugar en el que me dan trabajo. Es eso y un lugar donde te ofrecen oportunidades. (...) En realidad, a lo que de verdad se parece Hollywood es a un instituto. Basta ver cómo funciona lo de los Oscar con el premio al mejor, al más guapo, al más listo..."
Ser una estrella es para la cubana, nacida en Santa Cruz del Norte, Mayabeque, en 1988, "no significa nada. Me relaciono con ello a medida que van viniendo las cosas. No es algo que esperaba que sucediera o que buscaba. Nunca ha sido un plan. Quiero creer que lo que ocurre ahora es el resultado de un buen trabajo. Como alguien dice en la película, siempre tienes un yo privado y un yo público. Si no te impones un límite y solo te ofreces y te ofreces, acabas por quedarte sin nada. Te vacías. Aprendamos de las lecciones de Marilyn".
Ana de Armas no tenía ninguna necesidad de colaborar con el régimen prestándose para hacer la película sobre los 5 Espías de la Red Avispa. Por qué lo hizo es algo que parece inexplicable y será algo que siempre le cuestionaran sus compatriotas. Qué le vaya bien en Hollywood y esperemos que no se le ocurra volver a traicionar su propio sueño.
Por supuesto que no debió hacer tal cosa, y le ha de haber pesado, ya que la película fue un fracaso. Supongo que se dejó llevar por trabajar con un director francés de cierto renombre que pensó le vendría bien a su carrera, y para mí que eso es lo de ella, la carrera antes que nada.
¡Enhorabuena para Ana de Armas!
Espero que siga cosechando más éxitos en su carrera profesional.
De Armas hace rato que está muy centrada en su carrera, por encima de todo. Algo tiene que tener, aparte de atractivo físico, para llegar adonde ha llegado. Ese papel de la Monroe se lo pudieron haber dado a muchas otras igualmente bellas y sin problema de acento, y no dudo que hubo otras aspirantes, inclusive actrices mejor conocidas que ella. No parece ser una estrellita cualquiera.
El éxito que tuvo la presentación de Blonde en el Festival de Venecia, según los críticos, recae principalmente en la actuación de Ana de Armas. Bien que merece felicitaciones. No recuerdo a una cubana con ese nivel de éxito en Hollywood. De Armas además ha sabido dar respuesta a las críticas por su acento que la enclaustrarían en roles para unos y otros roles para los demás. Son los mismos que, como me recordó alguien, no critican el acento y estereotipo de Al Pacino en Scarface. Muy bien por De Armas.
Para cualquiera que tenga verdadero talento para lo que sea y tiene su vida por delante sería una gran estupidez quedarse en Cuba, y debe irse tan pronto pueda. Es evidente que muchos lo han hecho y lo seguirán haciendo. Un cagadero tercermundista, donde todo es profundamente disfuncional y no se puede llegar a ninguna posición importante sin venderse a una dictadura totalitaria, no es lugar apto ni propicio para desarrollar una carrera. Aquella Mierda sencillamente no merece a nadie que valga.
Vale, nació en Cuba pero si no se hubiera mudado a España estaría luchando con la libreta. A cada uno su mérito.
en cuba iba a terminar haciendo la 2da parte de los papaloteros.