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Propaganda

Los defensores del régimen cubano reclaman el patrimonio de la 'coherencia'

Para los conductores del programa 'Con Filo', la coherencia es tajantemente patrimonio de los 'revolucionarios', mientras que 'la contrarrevolución' es toda incoherencia.

Holguín
El conductor del programa 'Con Filo' en la emisión dedicada a la coherencia.
El conductor del programa 'Con Filo' en la emisión dedicada a la coherencia.

El programa de la Televisión cubana Con Filo, dedicado a la propaganda político-ideológica del régimen y a intentar contrarrestar las críticas en internet, donde los gobernantes y sus voceros pierden cada vez más terreno y credibilidad, centró una reciente emisión en la coherencia política de "revolucionarios" y "contrarrevolucionarios". 

La coherencia, para los responsables del programa, es tajantemente patrimonio de los "revolucionarios", mientras que "la contrarrevolución" es toda incoherencia. En este grupo de "perdidos" entramos todos los cubanos que disentimos abiertamente.

Para ejemplificar la incoherencia de la "contrarrevolución" usaron elementos como una foto del humorista Andy Vázquez con el ex espía y ahora Coordinador Nacional de los CDR Gerardo Hernández, hecha en la etapa en la que el actor trabajaba en Cuba y solo hacía la crítica social sutil que se le permitía. 

¿Acaso es posible ser completamente sincero en Cuba trabajando en la televisión estatal? ¿Se puede mostrar rechazo a los cabecillas del Partido-Gobierno y trabajar en los medios oficiales de comunicación o tener una carrera artística? Es evidente que no. Sin embargo, la gran "prueba" de incoherencia de los artistas disidentes exhibida en el programa es que empiezan a actuar con libertad y sinceridad solo después de que se libran del control totalitario.

Otro ejemplo de la "incoherencia" de los disidentes cubanos es, según el conductor de Con filo, Michel Enrique Torres Corona, la recientemente divulgada controversia entre el director de cine Léster Hamlet y el ministro de Cultura, Alpidio Alonso, sobre si el exilio del primero fue voluntario o forzado.
 
Entre muecas que simulaban risa, el conductor pidió a Léster Hamlet pruebas de sus alegaciones, como si la Seguridad del Estado las entregase a alguien mientras lo presiona, coacciona, amenaza o le cierra los caminos. En ese tipo de acciones del órgano del Ministerio del Interior, en vez de abuso de poder y sicariato, los de Con Filo ven coherencia. 

Los jóvenes conductores de Con Filo, que no representan a la casi totalidad de su generación —que desea emigrar, pero no tiene recursos—, probablemente ignoran que lo que llaman Revolución apenas puede sostener un discurso coherente a mediano plazo y bastan solo algunos ejemplos: 

Desde que Fidel Castro proclamó el carácter socialista de la Revolución cubana en 1961, se difundió en los medios de comunicación y se enseñó en las escuelas, que "la inversión y exportación de capitales" era una nueva forma de internacionalizar la expoliación del capitalismo al Tercer Mundo, para robarles la plusvalía y controlar sus economías, en fin, una novedosa forma de recolonización. Sin embargo, desde hace años las autoridades cubanas dicen que la inversión de capital extranjero es buena, e incluso vital, para el desarrollo del país, y que necesitan como mínimo 2.500 millones anuales.

En Cuba, el Gobierno revolucionario instaurado por Fidel Castro nacionalizó los hoteles y empresas turísticas de EEUU, y las fábricas, refinerías y todos los negocios de los estadounidenses y extranjeros en general, porque saqueaban la Isla y era justo que el país tuviera esas ganancias, no el vecino "imperialista". Sin embargo, las autoridades cubanas terminaron destruyendo toda esa riqueza o volviéndola obsoleta, y desde hace tiempo lloriquean por el fin del embargo para que los empresarios estadounidenses, los "imperialistas", vuelvan a invertir en Cuba y construyan nuevos hoteles, hasta 100% extranjeros.

El mercado libre campesino, por ejemplo, Fidel Castro lo destruyó en 1986 por ser supuestamente enemigo del desarrollo agrícola que entonces se centraba en la colectivización, y tuvo un enorme costo de desabastecimiento ya a finales de los 80. Sin embargo, en 1994 la escasez era tan grande que el Gobierno que revivirlo, pero para no tener que dar la cara y contradecirse a sí mismo, encomendó a Raúl Castro (entonces invisible en su cargo como segundo en el Ejecutivo y el Estado), la misión de reestablecerlo con el nuevo nombre de Mercado Agropecuario.

Fidel Castro destruyó los centrales azucareros porque "eran un negocio irrentable", según dijo. Ahora, Cuba es incapaz de satisfacer siquiera las necesidades de azúcar de su mercado interno y quienes llevan adelante la "continuidad" de las ideas de Castro y continúan aplaudiéndolas, quieren salvar la industria azucarera cubana.

El fallecido gobernante no aceptó el uso de los biocombustibles, más por ser una iniciativa del Gobierno de EEUU que por la alegada cuestión ética de usar alimentos para producir alcohol, mientras millones de hectáreas de tierra permanecían sin producir o subutilizadas y el país vivía —y vive— carestía y crisis energética.

Los revolucionarios construyen una sociedad supuestamente socialista e hipotéticamente superior que el capitalismo. Sin embargo, los cubanos huyen en masa hacia el capitalismo, los que se quedan, y pueden, viven de las remesas del capitalismo, mientras otros soñamos con el regreso a la Isla de la economía de mercado, al que los gobernantes están volviendo poco a poco, obligados por sus propias contradicciones y fracasos.

El Gobierno elaboró una Constitución que menciona derechos fundamentales, como el de la libertad de expresión, elegir los dirigentes políticos o manifestarse públicamente. Sin embargo, nadie puede ejercerlos en contra de las políticas oficialistas, porque entonces se violarían las leyes, que según dicen los defensores del régimen, también están amparadas en la Constitución. 

La lista de incoherencias puede ser infinita, como incoherente es desde su esencia un sistema arcaico y antinatural como el estalinista cubano. Máxime en la fase mutante en que se halla, hacia un capitalismo estatal que pretende imbricar en un solo modelo al capitalismo extranjero con más libertad de acción que el nacional, y en sectores definidos en los que no compita ni amenace la hegemonía de las empresas estatales, y donde el pueblo termina soportando la cara más fea de ambos sistemas: el hambre y las carestías en contraste con vidrieras llenas e inalcanzables, bajo la bota de la represión más brutal. 

El engendro propagandístico de Con Filo no funciona precisamente con el filo de la verdad, ni de la ética, ni del periodismo objetivo. En esos aspectos su machete está mellado. Donde tienen muchísimo filo es con la manipulación y el artero manejo de los medios de comunicación hegemónicos al servicio del poder despótico. Bajo tales preceptos, es imposible usar coherentemente el concepto de "coherencia".

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5 comentarios

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Profile picture for user El Santo

Solo éste perrito faldero flagelador de mentes, que por cierto, está en estos momentos en el hit parede de los desinformantes del régimen, se cree la sarta de verborreas que habla en su asqueroso y manipulador programa.

Profile picture for user cubano libre

Ja,ja,ja……un nuevo cómico dictatorial.

Caballero, y los esbirros los hay desde el principio hasta el final. Bueno, como toda miseria humana.

Profile picture for user Ana J. Faya

¿Qué se puede esperar de un programa en la TV estatal del régimen?