La difusión pública del expediente contra el expresidente Jair Bolsonaro mantuvo en vilo a la clase política de Brasil durante este fin de semana. Las explosivas revelaciones, dadas a conocer por la decisión del magistrado a cargo este 21 de febrero, revelaron también diferencias en el seno de la familia Bolsonaro ante la estrategia de desconocer los resultados electorales de 2022.
El magistrado Alexandre de Moraes, responsable de la investigación desde el Supremo Federal de Justicia, y una suerte de némesis de Bolsonaro, decidió levantar el secreto de sumario del proceso, y en particular hizo públicas las revelaciones del teniente coronel Mauro Cesar Barbosa Cid, asistente directo del expresidente conservador durante su mandato (2019-2022).
Según este testimonio, que ha ocasionado un sismo político en Brasilia, la propia familia del exmandatario estuvo dividida en torno a cuál estrategia seguir tras la ajustada victoria de Luiz Inácio Lula da Silva (50,90%) sobre un Bolsonaro que buscaba la reelección y obtuvo 49,10% de los votos en la segunda vuelta, celebrada en octubre de 2022.
De acuerdo con Barbosa Cid, quien accedió a colaborar con la Justicia para conseguir una condena menor, el senador Flavio Bolsonaro, de 44 años, estuvo en contra de que se desconociera el triunfo de Lula da Silva, bajo el argumento de que su padre debía preservarse para seguir en la lucha política-electoral.
En cambio, Eduardo Bolsonaro, de 40 años, y actualmente diputado federal, sí estuvo de acuerdo con seguir la estrategia del golpe de Estado, bajo el argumento de que habría ocurrido un fraude electoral en las elecciones.
El alto mando militar y los más estrechos colaboradores de Bolsonaro en aquella etapa final de su Gobierno (noviembre y diciembre de 2022) se dividieron entre las posturas de los hijos, creándose el ala moderada y el ala exaltada en el entorno de Bolsonaro.
Bolsonaro, próximo a cumplir 70 años, durante la campaña arremetió en diversas ocasiones contra el sistema electoral, al que señaló de fraudulento, pero sin aportar pruebas. Asimismo, fustigó en diversas ocasiones al magistrado Alexandre de Moraes, quien en ese momento era presidente del Tribunal Electoral Federal.
Esta diatriba en la campaña de 2022 tuvo consecuencias posteriores para Bolsonaro, quien fue inhabilitado por ocho años por sus ataques contra el sistema electoral, y por tanto no podrá participar en las elecciones presidenciales de 2026, pese a que encabeza todas las encuestas, colocándose por encima de Lula de Silva.
Lula cumplirá 80 años en octubre próximo y no ha anunciado aún si buscará o no un cuarto período, tras haber gobernado entre 2003 y 2010, además del actual mandato, que inició en enero de 2023.
El testimonio de Barbosa Cid reveló, según analistas, una trama al más alto nivel que debería ser sancionada, más allá de que finalmente el estamento militar y los colaboradores más cercanos de Bolsonaro se hayan desmarcado de la estrategia de no reconocer las elecciones.
Bolsonaro y su círculo más cercano se han apartado también de la actuación de lo que calificaron "seguidores exaltados" que a inicios de 2023, a pocos días de la juramentación de Lula da Silva, y crearon el caos durante algunas horas en Brasilia y tomaron las sedes de algunos poderes públicos.
Para el Gobierno izquierdista, esta actuación desordenada contra edificios en Brasilia formaba parte de la estrategia de un golpe de Estado, mientras que Bolsonaro niega cualquier responsabilidad en haber organizado o alentado ese asalto, que fue controlado en cuestión de horas.
La semana pasada, pocos antes de que se hiciera público el documento del juicio, el expresidente Bolsonaro fue acusado por la Fiscalía General del Estado de intento de golpe de Estado, de abolición violenta del Estado democrático de derecho y de integrar una organización criminal. Juntos, estos tres delitos podrían costarle una condena de hasta 38 años de prisión, y podrían sumarse penas por otros crímenes que se le atribuyen en varias causas que están igualmente en marcha.
La seguidilla de acciones del magistrado de Moraes, a quien Bolsonaro califica de aliado de Lula da Silva, colocaron al expresidente contra las cuerdas. No solo se dio a conocer la acusación formal y se difundió un expediente que suele ser reservado, sino que el magistrado autorizó la difusión en video del testimonio de Barbosa Cid, quien decidió colaborar con la Justicia a cambio de beneficios procesales ya que también él estuvo involucrado en el caso.
La publicación de la delación de Barbosa Cid era lo más esperado por la prensa brasileña, deseosa de conocer todos los bastidores del supuesto golpe contra el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, y por la defensa de Bolsonaro, preocupada por preparar su estrategia. Así lo sintetiza el medio europeo France24.
Según el teniente coronel, siendo presidente, Bolsonaro ordenó seguir al magistrado de Moraes, entonces presidente del Tribunal Superior Electoral. El objetivo era averiguar si él y el vicepresidente Hamilton Mourão mantenían reuniones secretas.
Entretanto, el general Braga Netto, exministro de Defensa y candidato a vicepresidente por la fórmula de Jair Bolsonaro en 2022, tuvo para los investigadores un "verdadero papel de líder, organizador y financiador" del intento de golpe de Estado en Brasil. Braga Netto fue encarcelado hace dos meses, tras intentar obstruir la recopilación de pruebas, en lo que se consideró un estrechamiento del cerco en torno a Bolsonaro.
El testimonio de Barbosa Cid, por su cercanía con Bolsonaro mientras éste ocupó el poder, terminó por confirmar las acusaciones que pesan sobre Bolsonaro en otras causas judiciales. El teniente coronel aseveró que Bolsonaro recibió regalos lujosos mientras fue presidente sin declararlo al fisco, y que luego vendió algunas piezas, incluyendo relojes de lujo.
Además, Barbosa Cid acusó a Bolsonaro de haberle ordenado que introdujera datos falsos de vacunación contra el Covid-19 en los sistemas del Ministerio de Salud para él y para su hija. Según su relato, los certificados de vacunación fueron impresos y entregados en mano al expresidente.
Tras vivir durante varios días una suerte de bombardeo informativo, la defensa de Bolsonaro ha dicho que pedirá a la Corte Suprema la anulación de la delación Barbosa Cid. También solicitará más tiempo para impugnar la denuncia.
El abogado Celso Vilardi criticó al magistrado de Moraes, y afirmó que éste juez interfirió indebidamente en la delación de Cid, lo que, en su opinión, comprometería la validez del acuerdo.