Restan aún 30 largos meses para se realicen elecciones presidenciales en Argentina y un Javier Milei que claramente juega en pos de su relección en 2027 comenzó a mover piezas en el ajedrez político. Una que resulta clave, según observadores, es tratar de impedir que la dos veces presidenta y también exvicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner vuelva a postularse.
Milei, quien es minoría en ambas cámaras del Congreso argentino, ha tejido una red de alianzas con partidos conservadores y de centro en torno al proyecto de ley "Ficha Limpia", que defiende que una postulación a cargos públicos, incluida la Presidencia, debe hacerse con una ficha personal sin antecedentes penales.
La noche de este miércoles se apuntó el mandatario argentino una primera victoria al lograr que el proyecto, firmado por él mismo como propuesta al Legislativo, recibiera la aprobación en diputados. Resta el Senado.
En caso de convertirse en legislación oficial, este proyecto de ley va a impedir que personas condenadas en segunda instancia por delitos de corrupción puedan competir por cargos electivos. Sin mencionarla de manera expresa, la ley en verdad apunta a Cristina Fernández de Kirchner.
Si este proyecto se convierte en ley, Fernández de Kirchner no podría competir como candidata en 2027, cuando tendría 74 años. Pues ella recibió su segunda condena por la llamada causa Vialidad el pasado 13 de noviembre.
En esa causa, iniciada en 2016, se investigó si el empresario Lázaro Báez resultó beneficiado con la adjudicación de 51 obras públicas viales con fondos nacionales en la provincia de Santa Cruz, feudo del kirchnerismo, entre 2003 y 2015. Entre esos años gobernaron Argentina Néstor Kirchner y Cristina Fernández, bajo presidencias consecutivas. La Justicia investigó si hubo sobreprecios, demoras injustificadas o trabajos inconclusos.
La Cámara Federal de Casación Penal ratificó en noviembre pasado una condena a prisión dictada previamente por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal No. 2. Es decir, en segunda instancia se ratificó la responsabilidad de la expresidenta, para quien la Fiscalía ha pedido inhabilitación política de por vida.
Fernández de Kirchner espera una decisión de la Corte Suprema que sería la definitivamente firme, pero los procesos judiciales en Argentina pueden tomar años. Por esa razón, Milei intenta impedir el regreso de la expresidenta a la carrera presidencial, bajo el argumento de que dos instancias de Justicia la condenaron.
El fiscal federal Diego Luciani, que llevó adelante la acusación en el juicio oral, había pedido originalmente una condena de 12 años de prisión, por los delitos de asociación ilícita y administración fraudulenta en perjuicio del Estado. La Cámara Federal ratificó la culpabilidad de la líder peronista, pero redujo a la mitad la pena de prisión.
Este miércoles y luego de dos intentos fallidos, la Cámara de Diputados logró aprobar el proyecto de Milei con 144 votos de un variopinto espectro político: La Libertad Avanza (el partido de Milei), Pro (del expresidente Mauricio Macri), la histórica Unión Cívica Radical y otros grupos minoritarios como Democracia para Siempre, un sector de Encuentro Federal e Innovación Federal. Entretanto, se opusieron 98 diputados, en su mayoría pertenecientes a Unión por la Patria (frente electoral del peronismo) y una izquierda con minúscula representación parlamentaria.
En el Senado, donde el peronismo constituye la primera minoría, los fieles de Fernández tratarán de impedir que sea debatido el proyecto, bajo el argumento de que su objetivo es proscribir política y electoralmente a la figura central del kirchnerismo.
Cristina Fernández fue presidenta entre 2007 y 2015 y dio continuidad a las políticas de su esposo, quien ocupó la Presidencia entre 2003 y 2007.
Dado el alto rechazo que genera su figura en la sociedad, que se combina con alto nivel de fidelidad en las filas peronistas hacia su figura, Cristina Fernández decidió no ser candidata presidencial en 2019 y en su lugar designó a Alberto Fernández, quien había sido colaborador de su esposo pero que había tomado distancia del kirchnerismo.
Como lo confirmó luego, fueron decisiones tomadas directamente por ella y así se reservó el puesto de vicepresidenta en la fórmula presidencial, cargo que ocupó entre 2019 y 2023, en medio de una desastrosa gestión económica y social de Alberto Fernández y con severos problemas de coordinación política entre ambos.
Tras la llegada de Milei al poder, y ante la ausencia de referentes de peso en el peronismo, Cristina Fernández de Kirchner ha tomado de nuevo una posición de liderazgo, enfrenándose en la lucha interna al gobernador de la populosa provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, de 53 años, quien veladamente ha transmitido su intención de competir por la Presidencia.
La expresidenta ha enfatizado, según analistas, la narrativa de la victimización. A propósito de los varios juicios en su contra por corrupción y abuso de poder, Cristina Fernández de Kirchner denuncia una componenda política y judicial para dejarla fuera del juego político, con lo cual evade la discusión sobre la veracidad de las acusaciones que pesan sobre ella.
El legislador Miguel Ángel Pichetto, quien se separó del peronismo en 2019 para ser parte de la fórmula presidencial de Mauricio Macri, a pesar de condenar la corrupción la expresidenta votó en contra de la propuesta legislativa de Milei, ya que a su juicio se sienta un grave precedente que podría ser usado para que la Justicia saque de la carrera electoral a políticos sin que haya una decisión definitivamente firme.
"La experiencia brasileña es demoledora: en 2010 se votó allí la ficha limpia con el aval de Lula Da Silva y, pocos años después, el juez Sergio Moro, que no era juez competente, le impide al propio expresidente ser candidato con una segunda condena", sostuvo Pichetto.
"Estamos rascando el fondo de la olla de la corrupción y de la degradación institucional de la Argentina", enfatizó, por su parte, la diputada del radicalismo Karina Banfi, quien basada en encuestas, aseveró que "cuatro de cada cinco ciudadanos quieren Ficha Limpia".