Entre los mandatarios de América Latina reina más bien la incertidumbre y la expectativa de cómo serán las respectivas relaciones bilaterales con la Casa Blanca, tras la juramentación de Donald Trump como presidente de EEUU. El liberal Javier Milei, abierto simpatizante del magnate incluso en las horas bajas que ha vivido este recientemente, no tiene preocupación alguna.
El presidente de Argentina, no solo muestra su admiración sin ambages por Trump, sino que saca rédito político en las redes sociales de la cercanía que les envuelve. No en vano mucho antes de la juramentación en Washington, Milei fue invitado a Mar-a-Lago, el centro de operaciones de Trump, donde pudo establecer relación directa con quien luego sería designado embajador estadounidense en Buenos Aires, el médico de origen cubano Peter Lamelas.
Basado en esta afinidad, que tiene de parte de Trump palabras elogiosas para el presidente argentino, Milei parece dispuesto a pisar el acelerador a fondo. Busca ganar terreno con organismos multilaterales en los que EEUU tiene un peso determinante, como es el caso del Fondo Monetario Internacional (FMI). Asimismo, ha reiterado su decisión de impulsar una iniciativa inédita, un tratado de libre comercio entre ambos países, al margen del Mercado Común del Sur (Mercosur), del cual Argentina no solo es socio fundador, sino que el Gobierno de Milei ostenta la presidencia temporal de este mecanismo subregional.
Milei, quien tuvo una agenda intensa en EEUU mientras su aliado asumía la Presidencia de ese país, anunció que una prioridad central de su Gobierno en este 2025 será buscar un tratado de libre comercio con Washington.
Diplomáticos pronostican una nueva crisis en un ya languideciente Mercosur, ya que este mecanismo taxativamente prohíbe que un Estado miembro suscriba de forma bilateral acuerdos de este tipo. Los cuatro países de Mercosur (Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay) están obligados a actuar de manera conjunta ante otras naciones o bloques.
Ante un auditorio de potenciales inversores estadounidenses, y horas antes de asistir a la asunción de Donald Trump, el presidente Javier Milei dejó en claro que su prioridad será fortalecer, hasta los límites posibles, su alianza económica con EEUU. No lo dijo, pero se entiendo que esto se llevará adelante como prioridad, aunque signifique minimizar o limitar su participación en Mercosur.
"Estamos buscando impulsar durante este año un tratado de libre comercio con EEUU, un tratado que debería haber sucedido hace dos décadas", dijo el mandatario argentino en el Instituto Milken, invitado por el millonario Michael Milken, y que constituyó uno de los puntos más altos de su paso por EEUU.
Un tratado de libre comercio con EEUU sin el consenso de sus vecinos está prohibido por el Estatuto de Asunción, que rige Mercosur. Ya Uruguay intentó, sin éxito, que sus pares aprobaran la posibilidad de acuerdos bilaterales con países extra zona (en su caso con China) durante la gestión del presidente saliente Luis Lacalle Pou. En marzo asumirá la jefatura de Estado de ese país sudamericano el izquierdista moderado Yamandú Orsi.
El diario La Nación, en Buenos Aires, ha recordado que "en los últimos años se opusieron sobre todo Brasil, que sostiene la necesidad de mantener y fortalecer el bloque y negociar en conjunto, y la Argentina durante la gestión de Alberto Fernández (peronista), con Santiago Cafiero en la Cancillería".
Si el peronismo defendía la posición de todos o nada, el Gobierno actual percibe a Mercosur como "una prisión", según La Nación. El mes pasado, en una cumbre de Mercosur en Montevideo, Milei sostuvo que el mecanismo se ha convertido "en un escollo para el progreso de los argentinos".
Para avanzar en este reenfoque, que privilegia el libre comercio, Milei colocó al frente de la Cancillería a un empresario sin relaciones previas con el mundo diplomático. Se trata de Gerardo Werthein. Trump nombró embajador de EEUU en Buenos Aires a un médico, pero destacó su capacidad de emprender y generar riqueza, con lo cual se prevé una fluida relación entre Lamelas y Werthein.
Sin embargo, no hay garantías de que esta afinidad política entre Milei y Trump por sí sola pueda empujar un tratado de libre comercio que debe vencer una serie de dificultades e instancias.
Consultado por DIARIO DE CUBA, el analista internacional Ignacio Labaqui cree que podemos estar en presencia de lo que se suele denominar mucho ruido y pocas nueces. "Un tratado de libre comercio debe pasar por el Congreso de ambos países. Milei tiene minoría en el Congreso argentino y el Congreso de EEUU es bastante proteccionista", sostiene Labaqui.
"La base (política) del propio Trump es muy proteccionista. No veo margen para que haya un acuerdo de libre comercio (en el corto o mediano plazo)", matiza este profesor de Política Latinoamericana de la Universidad Católica Argentina.
Para Labaqui, la clase política suele hablar con ligereza de un tratado de libre comercio, pero para llegar a la firma de este hay que negociar largamente: "Este tipo de acuerdos, por la variedad de temas que incluyen, son complejísimos".
Por otro lado, como han sostenido diversos comentaristas, está el compromiso que tiene Argentina con Mercosur. Para Labaqui, "Milei podría renunciar a Mercosur sí, pero primero tendría que denunciar el tratado y para eso tendría que pasar por el Congreso y debe verse si un parlamento donde es minoría le respalda".
"Efectivamente Mercosur es un acuerdo comercial que está comatoso (moribundo) hace más de 20 años, pero todavía existe y tiene una legitimidad jurídica", precisa este analista, en cuya opinión el anuncio de Milei desde EEUU podría verse sin duda "como una declaración importante", pero sin que necesariamente logre ponerse en práctica.
Viva la Libertad, carajo!!!