El presidente de Colombia, Gustavo Petro, enfrascado en la enésima crisis de su legislatura, pidió este domingo, a través de su cuenta en X, la "renuncia protocolaria a ministras, ministros y directores de departamentos administrativos". Lo hizo antes de emprender un viaje oficial a Emiratos Árabes Unidos que lo mantendrá fuera del país durante cuatro días, por lo que es atinado afirmar que el Gobierno colombiano está en pausa y rodeado de incertidumbre.
Petro indicó que "habrá algunos cambios en el gabinete para lograr mayor cumplimiento en el programa ordenado por el pueblo", y que, en los 18 meses que le restan a su mandato, "el Gobierno se concentrará completamente en el cumplimiento del programa". La decisión del mandatario sucede luego de una convulsa reunión del gabinete el martes pasado, que fue trasmitida por la televisión y las redes sociales y en la que quedaran al descubierto las desavenencias en el seno del Ejecutivo.
Minutos después de que Petro publicara este mensaje, la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, una vieja aliada de Petro, presentó su "renuncia irrevocable" al cargo y afirmó: "Seguiremos trabajando por una Colombia más justa y cada día más democrática, entendiendo que la política debe transitar sin sectarismos, pero sin ambigüedades".
También dimitió de forma irrevocable el ministro de Interior, Juan Fernando Cristo, uno de los miembros más expertos del gabinete y un puente esencial en el Ejecutivo, toda vez que se ubica más al centro del espectro.
A estas dimisiones siguió la de la titular de Exteriores, Laura Sarabia, quien llevaba apenas 12 días en el cargo. Asimismo, el titular de Minas y Energía, Andrés Camacho, también presentó su renuncia, al igual que el ministro de Cultura, Juan David Correa, y el director del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República, Jorge Rojas, hasta ahora hombre de confianza de Petro.
Igualmente dejaron sus cargos la secretaria jurídica de la Presidencia, Paula Robledo, y la titular de Ambiente, Susana Muhamad, uno de los pesos pesados del Gobierno, una de las personas de más confianza de Petro y una de las más populares entre los colombianos.
El origen de esta cascada de dimisiones y la crisis del Gobierno está íntimamente relacionado con el nombramiento, por parte de Petro, del exembajador y exsenador Armando Benedetti, con varias causas abiertas por corrupción, con su nuevo su jefe de despacho, el equivalente a jefe de gabinete.
Benedetti protagonizó un escándalo de violencia machista en julio pasado, cuando siendo embajador ante la FAO, en Roma, su esposa, Adelina Guerrero, lo denunció por agresiones físicas durante un viaje a Madrid. En tal sentido, buena parte del gabinete, con una mayoría liderada por la vicepresidenta, Francia Márquez, se opuso al nombramiento del exembajador.
"Como feminista y como mujer yo no me puedo sentar en esta mesa de gabinete de nuestro proyecto progresista con Armando Benedetti", dijo Muhamad en la caótica reunión televisada del gabinete, y luego añadió que, "al no estar de acuerdo con esa decisión del presidente, hay que renunciar". Entre tanto, el ahora exministro de Cultura dijo, en referencia a Benedetti, que "no podía tener de jefe a un maltratador de mujeres".
Así, "con Petro fuera de Colombia, es difícil calibrar hacia dónde se dirigirá un Gobierno que, en la última semana, ha dado muchas señales de erosión a poco más de un año de las elecciones presidenciales", valoró desde Bogotá la versión colombiana de El País.