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Nicaragua

La Asamblea Nacional de Nicaragua termina de reformar la Constitución para dar poder total a Ortega y Murillo

Crea la figura de 'copresidenta', una 'policía voluntaria' y establece la vigilancia estatal sobre la prensa.

San José
Rosario Murillo y Daniel Ortega.
Rosario Murillo y Daniel Ortega. AP

La Asamblea Nacional de Nicaragua concluyó este jueves la aprobación en segunda y definitiva legislatura de una reforma a la Constitución Política que transforma el Estado, elimina el balance de poderes, y otorga un poder total al presidente Daniel Ortega, y a su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, informa la agencia EFE.

Los legisladores reformaron 148 de los 198 artículos de la Carta Magna y derogaron otros 37, incluido el que prohibía la práctica de la tortura.

La reforma constitucional, que ha sido duramente criticada por la ONU, la Organización de Estados Americanos (OEA), Estados Unidos y opositores nicaragüenses, amplía de cinco a seis años el período presidencial, establece la figura de "copresidenta", y que el Ejecutivo "coordine" los demás "órganos" del Estado, que dejan de llamarse poderes. Asimismo, legaliza la apatridia.

En sus redes sociales, Murillo ya aparecía como copresidenta este viernes.

Por otra parte, la Constitución crea las "fuerzas militares de reserva patriótica" y la "policía voluntaria" que, según los opositores, serían fuerzas parapoliciales y paramilitares.

Estas fuerzas ya habían sido avaladas por una enmienda aprobada este mismo mes.

Las "fuerzas militares de reserva patriótica" serán parte del Ejército de Nicaragua y "estarán integradas voluntariamente por oficiales, funcionarios, suboficiales, clase, soldados y marineros que han pasado a la honrosa condición de retiro o licenciamiento", indica lo aprobado por la Asamblea Nacional.

La "policía voluntaria" actuará como cuerpo auxiliar y de apoyo a la Policía Nacional, integrada por nicaragüenses "que prestan sus servicios de forma voluntaria".

Esta figura no existía en la Constitución, pero Ortega afirmó en septiembre de 2022 que el Ejército, la Policía y la "policía voluntaria" ayudaron a restaurar "la paz" en Nicaragua tras la revuelta popular que estalló en abril de 2018 por unas controvertidas reformas a la seguridad social. La represión del régimen a esas manifestaciones dejó cientos de muertos.

Según organismos humanitarios y opositores, esos civiles armados actuaron con la aquiescencia del Estado en la denominada "Operación Limpieza", con la que el Gobierno neutralizó las manifestaciones en su contra.

"Hemos concluido un trabajo de reformar nuestra Constitución Política plasmando nuestra realidad actual", dijo en el pleno de la Asamblea Nacional el jefe del grupo parlamentario sandinista, Edwin Castro.

"Toda Constitución Política se debe ir adecuando de acuerdo a la realidad social, y esta Constitución requería este análisis y deja claro que el soberano, el dueño del poder, es el pueblo", añadió.

La enmienda describe ahora Nicaragua como un Estado "revolucionario", libre, soberano, independiente, que reconoce a la persona, la familia y la comunidad como protagonistas de la "democracia directa".

Dice que el poder revolucionario lo ejerce el pueblo de forma directa, pero aclara que el pueblo ejerce el poder del Estado a través de la Presidencia de la República, que dirige al Gobierno y coordina a los órganos legislativo, judicial, electoral, fiscalía de cuentas y los entes autónomos.

La Presidencia es también la Jefatura Suprema del Ejército, de la Policía Nacional y del Ministerio del Interior, y podrá ordenar la intervención del Ejército de Nicaragua en apoyo a la Policía Nacional, cuando considere que lo requiere la estabilidad de la República.

Asimismo, copresidente y copresidenta podrán nombrar vicepresidentes sin que estos sean elegidos por el voto popular.

La Constitución incluye como símbolo patrio la bandera del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), partido en el Gobierno desde 2007. Señala que el Estado de Nicaragua también vigilará los medios de comunicación social, con el pretexto de que no se encuentren "sometidos" а intereses extranjeros ni divulguen noticias que el Gobierno de Ortega califique de falsas.

Ortega, de 79 años y en el poder desde 2007, gobierna Nicaragua desde 2017 junto con su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, en medio de denuncias de fraudes electorales o eliminando a la oposición para no tener competencia.

El gobernante ha pedido reformar la Constitución en 12 ocasiones desde 2007, incluida una que le permite reelegirse de forma indefinida.

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