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Haití

Kenia acelera envío de uniformados a Haití tras la peor masacre de últimos años

Las pandillas en Haití están reclutando a cientos o tal vez miles de niños, forzados por el hambre y la pobreza.

Brasilia
Pobladores de Pont-Sondé en un tap-tap, transporte público.
Pobladores de Pont-Sondé en un tap-tap, transporte público. AP

Teniendo como telón de fondo la peor matanza de civiles registrada en los últimos años en Haití, el Gobierno de Kenia anunció que ha acelerado los planes para enviar un lote de 600 uniformados al país caribeño, en el marco de una fuerza multinacional que encabeza la nación africana, por acuerdo votado hace un año en el Consejo de Seguridad de la ONU.

La presencia desde hace tres meses de algo más de 400 uniformados keniatas no parece haber sido una acción disuasiva para las bandas criminales, que según estudios especializados controlan amplias zonas del territorio haitiano, incluyendo gran parte de la capital, Puerto Príncipe.

La oficina local de la ONU confirmó que el 4 de octubre integrantes de la banda delictiva Gran Grif abrieron fuego indiscriminadamente en las calles de Pont-Sondé, una pequeña ciudad ubicada unos 70 kilómetros al noreste de Puerto Príncipe. Inicialmente se habló de 70 personas asesinadas, pero reportes posteriores a los que tuvo acceso France 24 hablan de más de 110 víctimas, siendo el ataque más letal de los grupos criminales desde el año 2018, en un contexto de violencia descontrolada.

Entre las víctimas estuvieron mujeres, hombres y menores, incluidos tres bebés. De acuerdo con la ONU, unas 3.000 personas, habitantes de Pont-Sondé, huyeron de sus casas en esta pequeña población.

El primer ministro haitiano, Garry Conille, de visita en Nairobi para pedir mayor presencia internacional en Haití, confirmó que la Policía local y "el contingente (keniata) pudieron desplegarse por carretera en cuestión de prácticamente horas para garantizar que la ciudad en cuestión estuviera rápidamente protegida", e impedir otros desmanes.

A inicios de este año, en un hecho que terminó por ponerle punto final al Gobierno interino de Ariel Henry, en un viaje de este a Kenia, una banda criminal tomó dos cárceles en Puerto Príncipe y dejó en libertad a miles de reclusos, sumiendo en un caos a la capital haitiana.

En ese contexto Henry renunció, desde el extranjero, y la Comunidad del Caribe (CARICOM) y EEUU ensayaron un modelo de gobierno de transición que condujo a la elección de Conille como primer ministro por parte de una junta provisional de gobierno, consensuada entre varios partidos políticos, gremios y líderes tribales.

Este 11 de octubre el presidente de Kenia, William Ruto, en compañía de Conille, confirmó en Nairobi que otros 600 uniformados de su país arribarán a Haití en las próximas semanas, para sumar algo más de 1.000 efectivos de un total de 2.900 que deberían estar desplegados en el país caribeño cuando la misión alcance su punto pleno.

Según el mandato del Consejo de Seguridad de la ONU, los uniformados keniatas tienen una doble función. Por un lado, prestan asesoramiento técnico a la Policía Nacional de Haití, totalmente sobrepasada por las numerosas y muy armadas bandas criminales, y por otro lado, los agentes extranjeros tienen potestad de actuar en el terreno para hacer frente a la criminalidad local.

El mandatario de Kenia aseguró que la misión estaba mejorando la seguridad en Haití, pese a la masacre ocurrida, al tiempo que definió la lucha de las fuerzas de seguridad contra las pandillas como "una batalla que podemos ganar". De acuerdo con la explicación de Ruto, los 600 oficiales que viajarán al país caribeño están actualmente en entrenamiento y estarán listos para su misión a inicios de noviembre.

La irrupción de las bandas delictivas en Haití, que tuvo diversas expresiones durante la década pasada en medio de gobiernos democráticos, paso a ser un problema de primer orden tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse, en julio de 2021. Henry asumió el poder interinamente pero la ausencia de otros poderes y su propia decisión de no convocar prontamente elecciones presidenciales, condujo al país a una carencia severa de institucionalidad.

De esa forma se ha expandido el poder criminal. Por ejemplo, un informe de Human Rights Watch (HRW) publicado este 9 de octubre advierte que las pandillas en Haití están reclutando a cientos o tal vez miles de niños, forzados por el hambre y la pobreza. Estos menores sufren abusos y son obligados a participar en actividades delictivas.

HRW dirigió una comunicación al primer ministro para que tome medidas específicas en favor de estos niños víctimas del hambre y la violencia, para protegerlos, brindarles acceso a servicios esenciales y ofrecerles vías de reintegración social.

Según información de Naciones Unidas (ONU), más de 700.000 personas han huido de sus hogares en Haití y se estima que la mitad de la población, unos cinco millones de personas, tienen hambre y dependen de programas de asistencia, nacionales e internacionales. Por otro lado, la ayuda humanitaria internacional ha sido objeto de represalias por parte de las bandas criminales.

Hace un mes en el seno de la ONU, el Consejo de Seguridad votó favorablemente para renovar el mandato de esta misión internacional dirigida a Haití. Sin embargo, se trata de una figura particular, con financiamiento directo de países y bajo la dirección de un país, en este caso Kenia. China y Rusia se opusieron a que se estableciera una misión de paz de la ONU y finalmente se respaldó esta figura, en la cual a la fecha EEUU tiene el rol de financista principal.

Además de la Policía de Kenia, los gobiernos de Jamaica, Bahamas, Barbados y Antigua ya se han ofrecido a aportar hombres. EEUU hizo una donación de 100 millones de dólares para la activación inicial de esta fuerza multinacional.

Dentro de Haití, entretanto, se tiene un mal recuerdo de la última misión internacional. Encabezada por los cascos azules de la ONU, concluyó después de algo más de una década en 2017. Dicho despliegue de efectivos militares y policiales se creó para hacer frente a la violencia y la inestabilidad del país. Luego del devastador terremoto del 2010, que dejó unos 220.000 muertos, se extendió el rol de esa misión. Sin embargo, en 2017 el Consejo de Seguridad la suspendió, debido a fuertes escándalos de corrupción, abusos sexuales y acusaciones a los soldados de la ONU de causar una epidemia de cólera.

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1 comentario

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Los escuadrones de la muerte de Kenia , combatiendo a los de Haití.Tipico racismo de la ONU y USA .Solo porque son negros,ah es que USA no tiene suficientes reservistas pues lo tiene entre Europa y el Medio Oriente pues la generación wake no quiere enlistarse.