El mapa político de Brasil, a dos años de la elección de Luiz Inácio Lula da Silva para un tercer periodo, mostró la consolidación de fuerzas políticas conservadoras y de centro, en unas estratégicas elecciones municipales, cuyos resultados evidenciaron una leve mejoría para el Partido de los Trabajadores (PT), la principal pero disminuida fuerza de izquierda.
A tono con lo que fue la elección presidencial celebrada hace dos años, en la que el septuagenario Lula da Silva debió hacer una amplia alianza con factores de centro y derecha moderada para poder regresar a la Presidencia, en las municipales de este domingo 6 de octubre, según los datos oficiales, Brasil es un país políticamente diverso con predominio de fuerzas conservadoras.
Los días de protagonismo del PT, que fundara Lula da Silva en los años 80 cuando Brasil recobraba la democracia tras dos décadas de dictadura militar, parecen ser parte de la historia política en el gigante sudamericano.
Por número de votos totales, el Partido Liberal (PL), que lidera el expresidente Jair Bolsonaro (2019-2022), fue el más votado para sumar 15,7 millones de votos, casi el doble que el histórico PT, que obtuvo 8,9 millones de votos.
El PT, atravesado por largos años por una crisis de credibilidad tras verse envuelta su plana mayor en diversos casos de corrupción, tuvo una ligera recuperación, un 28% más de votos que hace cuatro años, en las anteriores elecciones municipales.
Sin embargo, el partido izquierdista quedó relegado a un quinto lugar por el volumen de votos alcanzados este 6 de octubre. Después del PL de Bolsonaro, los siguientes partidos obtuvieron más votos que el PT: Partido Social Democrático (PSD), Movimiento Democrático Brasileño (MDB), União Brasil y Progresistas.
Por número de alcaldías, "el PSD ha emergido como el gran vencedor, controlando 867 alcaldías y consolidándose como la mayor fuerza en el escenario municipal. Esta expansión, resalta la habilidad del partido para atraer nuevos afiliados y posicionarse estratégicamente en áreas clave del país. A su vez, el Movimiento Democrático Brasileño (MDB) también mostró mejoras, alcanzando 811 ayuntamientos, una cifra superior a la de las elecciones de 2020", sintetiza el experto en temas electorales Daniel Zovatto, exdirector para América Latina del Instituto Idea Internacional, un think tank especializado en democracia.
Como bien apunta el propio Zovatto, el PT ha mostrado signos de recuperación al aumentar su número de alcaldías de 182 en 2020 a 238 en 2024, "sin embargo, este crecimiento queda eclipsado frente al PSD y el MDB".
Como ocurrió con la elección presidencial de 2022, en la cual Lula da Silva se impuso por estrecho margen a Bolsonaro, quien buscaba la reelección, la fuerza electoral del PT se ha concentrado geográficamente hacia el norte y el empobrecido nordeste brasileño, mientras que las zonas más ricas del país, hacia el sur y sureste, tienden a inclinarse más hacia las opciones conservadoras y liberales, políticamente hablando.
"Brasil se encuentra en un momento de reconfiguración política. La consolidación de partidos de centroderecha y la persistente influencia de figuras polarizadoras como Bolsonaro y Lula marcan un panorama electoral tenso y competitivo de cara a las elecciones presidenciales de 2026", proyecta el analista Zovatto, al ser consultado por DIARIO DE CUBA.
La relevancia de estas elecciones municipales, según analistas, es que se consideran un pistoletazo de salida para la carrera presidencial, en votaciones que tendrán lugar dentro de dos años, pero para las cuales ya Lula da Silva ha deslizado la posibilidad de presentarse nuevamente en 2026, pese a que para entonces tendrá 81 años.
Con dos periodos presidenciales consecutivos entre 2003 y 2010, existen diversas interpretaciones sobre si Lula da Silva debería estar impedido de buscar una nueva reelección. Su archirrival Bolsonaro, tendrá 71 años, pero el líder conservador está inhabilitado por una década y además tiene varios procesos judiciales en marcha en su contra, por lo que no debe descartarse que vaya a prisión.
La edad de Lula da Silva y la inhabilitación de Bolsonaro hacen que no pocos volteen a la segunda vuelta en la estratégica alcaldía de São Paulo, donde este domingo los votos quedaron prácticamente partidos en tres toletes.
El actual alcalde de São Paulo, Ricardo Nunes, respaldado más bien de forma tímida por el exmandatario Bolsonaro buscará la reelección en el balotaje contra el diputado Guilherme Boulos, candidato apoyado por el presidente Lula da Silva. El balotaje será el último domingo de este mes de octubre y el foco de atención estará puesto en la ciudad más poblada de Sudamérica.
Ambos sacaron 29% de votos y la diferencia fue mínima a favor de Nunes. Con un porcentaje casi similar en tercer lugar quedó el influencer Pablo Marçal, que dividió el campo de la extrema derecha con un estilo predominantemente belicoso y provocador, y finalmente se quedó, por muy poco, fuera de la segunda vuelta, al terminar en tercer lugar, con un 28,14%.
En Río de Janeiro, otra de las ciudades claves en Brasil, el actual alcalde Eduardo Paes, aliado de Lula da Silva pero que no es parte del PT, se reeligió este domingo con 60,5% de votos y sin necesidad de segunda vuelta. Paes se impuso sobre Alexandre Ramagem, apoyado de forma amplia por Bolsonaro y actualmente investigado por una supuesta trama de espionaje ilegal durante el Gobierno de Bolsonaro, cuando el aspirante a alcalde estaba al frente de una agencia estatal de inteligencia.
La derrota del bolsonarismo en Río de Janeiro fue sentida entre los seguidores del expresidente, ya que en esta ciudad el movimiento que le respalda al expresidente ha tenido fuerza y presencia.
Jajajja, los izquierdosos no quieren perder ni a las escupias. El titular debio decir el PT fue arraaaaazado en las elecciones municipales donde no obtuvo ni un solo elegido en primera vuelta y quedando en atepenulimo lugar en cuando a numero de municipios muy por deras del PSD y el partido de bolsonaro.
Jajajja, los izquierdosos no quieren perder ni a las escupias. El titular debio decir el PT fue arraaaaazado en las elecciones municipales donde no obtuvo ni un solo elegido en primera vuelta y quedando en atepenulimo lugar en cuando a numero de municipios muy por detras del PSD y el partido de bolsonaro.
El que lee esto puede imaginarse que el elector brasilero reconoce partidos, lo que no es cierto. El propio Bolsonaro ya cambió de partido varias veces. El único partido que si tiene una disciplina partidaria es el PT de Lula. Los otros, bueno, dudo mucho que el 1% de los ciudadanos que no son militantes del PT sepa decir a qué partido (o a qué alianzas de partidos) pertenece el candidato por el que votó, sea para alcalde o para concejal. Para el 99% de los electores el vínculo con el partido se reduce a averiguar en el último momento qué número corresponde a su candidato en la urna electrónica. Y conozco más de un caso de los acabaron anulando el voto pues cuando estuvieron frente al teclado no recordaban el número y es prohibido por ley que los integrantes de la mesa te den esa información.