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Bolivia

El Gobierno de Bolivia denuncia a Evo Morales ante la ONU y la CIDH por 'actos de desestabilización'

Por su parte, el expresidente boliviano asegura que el Gobierno que encabeza su antiguo aliado quiere matarlo.

La Paz
El presidente de Bolvia, Luis Arce.
El presidente de Bolvia, Luis Arce. APG

El Gobierno de Bolivia envió cartas a las Naciones Unidas (ONU) y a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en las que denunció como un acto de desestabilización la marcha que encabeza el exmandatario Evo Morales (2006-2019) hacia La Paz para exigir su habilitación como candidato a las elecciones presidenciales de 2025, que sería contraria a la ley del país.

Así lo dio a conocer este domingo el Ministerio de Relaciones Exteriores, en un comunicado citado por la agencia española EFE.

"Hemos expuesto ante la comunidad internacional los actos de desestabilización contra nuestro Gobierno", dice el comunicado.

"Nuestro Gobierno tiene un firme compromiso con la democracia, el respeto a los derechos humanos y tiene la convicción de que el diálogo es la mejor vía para afrontar las diferencias", sostiene el texto.

Las cartas fueron enviadas al secretario general de la ONU, António Guterres; al Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, y a la secretaria ejecutiva de la CIDH, Tania Reneaum Panszi.

Las movilizaciones comenzaron el martes 17 de septiembre en la localidad de Caracollo, en la región andina de Oruro, y llegaron un día más tarde al pueblo de Lahuachaca, a unos 125 kilómetros de La Paz, donde se encuentra la sede del Ejecutivo.

Este domingo, sexto día de la marcha, Morales y sus partidarios se aproximan a Achica Arriba, a unos 35 kilómetros de la capital boliviana.

Evo Morales ha declarado que marcha junto a miles de sus seguidores en "respuesta al descontento del pueblo hacia el Gobierno, que no hace nada para solucionar la crisis". A su vez, desde el oficialismo lo acusan de estar liderando un "intento de golpe de Estado", con el objetivo de que Andrónico Rodríguez, titular del Senado y afín al líder cocalero, asuma la conducción del país y habilite desde allí su candidatura para 2025.

El expresidente boliviano asegura que el Gobierno de Luis Arce quiere matarlo

Evo Morales acusó al Gobierno que encabeza su antiguo aliado, Luis Arce, de querer matarlo, en una entrevista con EFE. Según el exmandatario, ese sería uno de los cuatro planes del Ejecutivo contra él.

"Si al Evo no le meten a la cárcel, lo inhabilitan con procesos, por narcotráfico, (..) si no matarme", afirmó el líder cocalero, que sostiene que el Gobierno quiere bloquear su candidatura porque él es "un radical en la lucha contra la corrupción", y que si llega otra vez a la presidencia de Bolivia metería a la cárcel a muchos "corruptos" de esta gestión.

Sin embargo, en mayo, la Procuraduría boliviana determinó que la reelección indefinida, tal como la impuso Evo Morales en 2017, es contraria a la Constitución vigente y que no existe un derecho humano a la reelección sin límites.

El procurador general del Estado, César Siles, aseveró cuatro meses atrás que no es factible pensar en que Evo Morales pueda presentarse de nuevo a la Presidencia tras ejercer como jefe de Estado entre 2006 y 2019. Según Siles, su determinación tomó en cuenta la revisión e interpretación de la Carta Magna, así como la decisión del Tribunal Constitucional en 2017, que empujado por Morales abrió la puerta a un cuarto periodo consecutivo del ahora expresidente.

Siles recordó que el año pasado una sentencia del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) "dejó sin efecto" la posibilidad de una repostulación continua y establece que no existe la reelección indefinida, bajo el marco legal de Bolivia.

Tras lograr una decisión del Tribunal Constitucional en 2017, con presiones directas desde el poder, Evo Morales se presentó para un cuarto periodo en 2019. Una ola de protestas en el país andino, por el afán de perpetuarse en el poder del otrora dirigente cocalero, junto a informes sobre irregularidades en estos comicios de 2019, por parte de una misión de observación de la Organización de Estados Americanos (OEA), presionaron por la renuncia de Morales, quien abandonó el poder y estuvo acogido en México y luego en Argentina.

El líder cocalero regresó a Bolivia una vez que su antiguo ministro de Economía, Luis Arce, asumiese la Presidencia del país en 2020.

Tras años de estrecha colaboración, Arce y Morales, se han convertido en encarnizados rivales políticos en disputa por el control del partido oficialista Movimiento al Socialismo (MAS).

Bolivia lleva meses inmersa en una crisis multisectorial, que se vio agudizada en el último tiempo por la escasez de dólares, la falta de combustible, el aumento de los precios de productos de primera necesidad y las disputas al interior del partido gobernante.

Hasta el momento, tanto la facción arcista como la evista han celebrado sus propios congresos, en los que ambos líderes se adjudicaron el mando del MAS, aunque todos acabaron por ser anulados por el órgano electoral, que llamó a un único evento, consensuado y con la presencia de todos sus miembros.

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