Venezuela entra en la recta final para las elecciones presidenciales que están pautadas para el 28 de julio próximo. A dos meses de estos comicios, la noticia principal no está en Caracas sino en Bogotá, ya que el Gobierno de Gustavo Petro se ha empleado a fondo en elaborar una propuesta para garantizar un pacto que le ofrezca garantías al chavismo al dejar el poder.
Aunque Venezuela vive una suerte de "guerra de encuestas", muchas de ellas utilizadas para desinformar a la ciudadanía, las empresas más reconocidas de opinión pública —como Delphos y Consultores 21— otorgan una ventaja considerable al candidato opositor Edmundo González Urrutia sobre el gobernante Nicolás Maduro, quien apuesta a permanecer en el poder hasta 2030.
Apalancado por los enormes índices de popularidad de la líder opositora María Corina Machado, impedida de participar en las elecciones por una inhabilitación que expertos en Derecho consideran írrita, el septuagenario González Urrutia pasó de ser literalmente un desconocido para la población a encabezar hoy los sondeos, en apenas dos meses desde que su nombre terminó por ser aceptado por las autoridades electorales, bajo el control del chavismo.
"En el Gobierno no midieron bien el estado de opinión pública en Venezuela. Para una mayoría de venezolanos resulta mejor opción elegir a un desconocido, en este caso González Urrutia, que permitir que se prolongue el Gobierno de Maduro por otros seis años", sostiene un veterano diplomático sudamericano al ser consultado por DIARIO DE CUBA.
Las encuestas más consistentes, que muestran una ventaja sólida de más de 20 puntos, y en algunos casos en torno a los 30, del candidato opositor sobre Maduro no parecen ser leídas y analizadas solo en Caracas, sino también en Bogotá y Brasilia.
Los presidentes Gustavo Petro (Colombia) y Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil) han estado dando seguimiento cercano, con pronunciamientos oportunos, a esta campaña, además de pedir garantías de no persecución para "el candidato derrotado", hace cinco semanas. Sin ser mencionado explícitamente, se ha entendido que se trata de Maduro.
Hace tres semanas, el canciller colombiano Luis Gilberto Murillo habló directamente de la necesidad de "una transición tranquila" en Venezuela, con posterioridad a las elecciones del 28 de julio, y además confirmó el tándem entre Petro y Lula da Silva, ambos referentes de izquierda, para acompañar el proceso venezolano.
Con estos antecedentes, diversos medios de prensa, empezando por El País desde Bogotá, han sostenido que ya está en el despacho de Petro una propuesta de un pacto que podría firmarse entre Maduro y González Urrutia, con un grupo de países que servirían de garantes, entre los cuales no están incluidos ni EEUU ni Cuba.
Petro tiene en sus manos un documento elaborado por su embajador en Caracas, Milton Rengifo, en ayuda con otros diplomáticos y académicos, y en consultas con Brasil y también con Chile.
En abril, el presidente colombiano señaló que le comunicó a Lula "una propuesta hecha a la oposición, aún sin un desenlace completo, y es un plebiscito que garantice un pacto democrático que garantice certeza y seguridad sobre su vida, derechos y garantías políticas".
Aunque inicialmente se habló de un plebiscito, que implica consulta a la ciudadanía, esta opción parece haber perdido fuerza por el poco tiempo que existe hasta la realización de las elecciones, a fines de julio. Ahora sería un pacto suscrito por los dos principales candidatos.
Según señalado el diario colombiano El Tiempo, el documento básicamente plasma dos grandes compromisos. Por un lado, busca comprometer al chavismo a que entregue el poder sin represión ni violencia, en caso de una victoria de la oposición que tiene como figura destacada a María Corina Machado.
Mientras que los actores de oposición, si se aprueba este pacto, se comprometerían a no generar un clima de persecución política y judicial en contra del chavismo derrotado.
"Hay claramente factores del chavismo que quieren seguir en la lucha política democrática y están interesados, y presionan en ese sentido, por pensarse más allá del 28 de julio", apunta el politólogo Piero Trepiccione al responder a DIARIO DE CUBA.
Trepiccione, subdirector del Centro Gumilla de análisis sociopolítico, afirmó que "aguas abajo" dentro del chavismo se viene gestando un clima de rechazo a la reelección de Maduro en vista de la grave crisis económica y social en la que se encuentra sumida Venezuela.
Aunque según proyectan las encuestas Maduro podría perder la Presidencia, el chavismo como tal conservaría muchos espacios de poder institucional: Tribunal Supremo de Justicia, Asamblea Nacional, mayoría de gobernaciones (provinciales) y alcaldías (municipales), con lo cual cobra relevancia la preocupación de Colombia por un clima de convivencia democrática una vez que pasen las elecciones.
En Venezuela habría un periodo de casi medio año entre las elecciones y la toma de posesión del nuevo Gobierno. Empero, Trepiccione sostiene que la transición venezolana debe visualizarse —en caso de que se produzca— como un proceso de cinco años y no de cinco meses, dada la presencia del chavismo en las instancias institucionales ya mencionadas y a la connivencia que tiene con el alto mando militar.
González Urrutia, de forma tímida y sin elaborar una propuesta como tal, adelantó que su Gobierno se allanaría a una amnistía para facilitar la transición.
Finalmente, académicos como Víctor Álvarez, quien ha venido impulsando justamente un pacto de convivencia que incluya al chavismo, no creen factible que antes del 28 de julio el chavismo acepte firmar un pacto como el que propone Petro, ya que sería entendido como el reconocimiento de su inminente derrota en las urnas.
Sin embargo, para Álvarez, tal pacto debe estar preparado, y elaborado con la anuencia de países aliados del chavismo como Colombia y Brasil, para que sea parte de la negociación inmediatamente posterior a que las urnas reflejen el triunfo opositor.
Desconozco hasta que punto se pueden establecer comparaciones paralelas entre las parejas Lula-Dilma y Obrador-Claudia. Sin embargo, la importancia de México- como poder regional, y guía ideológica- está acompañada de enlaces vitales con los Estados Unidos. No solo que México exporta alrededor del 80% de sus productos y servicios a los Estados Unidos, sino que la influencia de los militares estadounidenses sobre los militares mexicanos no es poca. Bajo cualquier escenario, México tiene limitaciones en los subsidios que puede enviar a Cuba. Claro, no debemos subestimar la influencia ideológica de México, la más importante en la región. Por cuestiones político-culturales, a una mujer en la cima del poder mexicano se le hace más difícil dormir en la misma cama con Maduro, Daniel y Raúl, pero por detrás del telón los resultados son parecidos.
Quizás la CIA ya sepa que el totalitarismo cubano parece que anda buscando un cambio en la dirección de Pemex para flexibilizar los envíos de petróleo. Y esto es peligroso, por los encadenamientos que tiene Pemex con otras instituciones importantes.
https://www.14ymedio.com/bl…
Maduro gana en dos meses, ya todo eso esta bien cuadrado desde la Havana.
Maduro ya tiene sus planes para no ceder el poder. Colombia debe proyectarse como mediador para proteger su postura democrática, y en anticipación a la frontera que se calienta mientras, y después de las elecciones en Venezuela. Brazil es un poder regional que no logra insertarse efectivamente en el mundo de las influencias globales. Sin embargo, invitando a barcos de guerra de Iran a flotar en sus puertos, se distancia de los Estados Unidos en su política exterior. El gobierno de Brazil-con subrepticio-
apoya ideológicamente al sistema de gobierno en Venezuela y Cuba. ¿Aprovecha la CIA sus vínculos con los militares brasileños para frenar el baile de Brazil con Iran y la música cubana?
Si el helicóptero del presidente de Irán se cayó,porque no puede pasarle lo mismo a Maduro,Lula,Petro, Daniel Ortega .Le pasó a Omar Torrijos el de Panamá.No hay que ser " " mal pensados ",los accidentes pasan ....