Los ecuatorianos dan un espaldarazo a Noboa en medio de ola de violencia y crisis eléctrica

A solo cinco meses de asumir el poder y haciendo frente a varias crisis, desde la energética hasta diplomática con México, el Gobierno de Rafael Noboa ha recibido en Ecuador un espaldarazo, con una masiva presencia de ciudadanos que votaron a favor de su propuesta de referendo para generar un nuevo marco legal y hacer frente al crimen organizado que azota al país andino.

Un 72% de votantes acudieron a votar este domingo 21, de un total de 13,5% habilitados para hacerlo, para responder con sí o no a una batería de 11 preguntas que diseñó el Gobierno del joven empresario y outsider de la política, quien sorpresivamente se hizo de la Presidencia en las elecciones del año pasado.

En la jornada de este domingo, el Sí recibió en promedio 65% de votos en una batería de 11 preguntas. El No se impuso en dos preguntas, una referida a la utilización local del arbitraje internacional y al cambio en el régimen laboral. No se trata solamente de un claro espaldarazo para Noboa en materia de seguridad, quien tiene una reducida representación parlamentaria con lo cual busca el apoyo ciudadano para llevar adelante sus políticas, sino que también este resultado representa un nuevo revés para el expresidente Rafael Correa (2007-2017).

Desde Bélgica, donde reside, Correa arengó una campaña en contra del referendo. El expresidente es prófugo de la Justicia ecuatoriana que lo condenó penalmente e inhabilitó políticamente por corrupción.

Noboa triunfó el año pasado en unos comicios adelantados por la disolución del Gobierno de Guillermo Lasso y de la Asamblea Nacional, tras la amenaza de juicio y destitución de ese mandatario quien había sido electo en 2021 y debía gobernar hasta 2025.

Una encuesta reciente de la empresa Imasen, previa al asalto de fuerzas de ecuatorianas de seguridad a la Embajada de México en Quito, ubicaban una aprobación de Noboa en 57,4%, mientras que la aprobación del papel de las Fuerzas Armadas era superior al 80%.

Justamente el eje central planteado por el Gobierno en el referendo está en involucrar a los militares en la lucha contra el crimen organizado sin que haya un estado de excepción, como ha ocurrido hasta ahora en situaciones específicas.

A escasas semanas de haber asumido el poder, Noboa enfrentó una situación clímax cuyas imágenes le dieron la vuelta al mundo. Criminales tomaron un canal de televisión transmitiendo en vivo la toma de las instalaciones. El presidente, tras sofocar este hecho, dijo que Ecuador había entrado en una etapa de "conflicto armado interno", decretando un estado de excepción.

Poco después, el poder de las bandas criminales cobró como víctima al fiscal que llevaba el caso del asalto al canal de televisión, con lo cual lanzaron una suerte de desafío a las autoridades del país sudamericano. La respuesta oficial fue convocar el referendo.

El discurso de Noboa, desde entonces, se radicalizó al sostener que el país "está en guerra contra el narcotráfico", ha solicitado ayuda internacional a países como EEUU y España, así como la construcción de nuevas y modernas cárceles al estilo de la megaprisión inaugurada en El Salvador por Nayib Bukele el año pasado en El Salvador.

La respuesta contundente de Noboa contra el crimen organizado le ha ganado popularidad también fuera de su país. Una reciente encuesta realizada en los países de Sudamérica por la empresa consultora CB arrojó un respaldo del 62,5% hacia el joven jefe de Estado.

Entretanto, el referendo se ha celebrado en medio de varias crisis. La violencia sigue cobrando víctimas, al punto de que tres alcaldes ecuatorianos fueron asesinados en los días previos a la consulta. Asimismo, debido a una crisis eléctrica el Gobierno envió a la población a sus casas por dos días y decretó otro estado de excepción, bajo el argumento de que pudo ocurrir un sabotaje.

La misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA), en un pronunciamiento preliminar, antes de difundir su informe sobre el referendo en los próximos días, adelantó este domingo que la jornada en Ecuador había transcurrido con normalidad y sin incidentes que afectaran el resultado.

En materia diplomática, en tanto, el Gobierno de Noboa sigue en el ojo del huracán tras su decisión de tomar por la fuerza la sede diplomática de México en Quito y llevarse detenido al expresidente Jorge Glas, estrecho colaborador de Correa y señalado de casos de corrupción con condenas por parte del sistema judicial ecuatoriano.

México decidió elevar a la Corte Internacional de Justicia este caso y los regímenes autoritarios de Nicaragua y Venezuela decidieron romper relaciones con Ecuador para manifestar su solidaridad con el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Noboa, de 36 años, dijo tener "cero arrepentimientos" por ordenar la incursión en la embajada mexicana. El politólogo Santiago Basabe, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, sostiene que dentro de Ecuador "las percepciones de la crisis diplomática con México no le han generado efectos negativos" al presidente, ya que en general "la gente está avalando las decisiones que ha tomado en el tema de seguridad".

El exvicepresidente Glas entró en prisión preventiva en 2017 y durante varios años acumuló un total de tres condenas, aunque una de ellas terminó siendo anulada. Otros procesos judiciales aún no han concluido. La primera sentencia en firme con pena de prisión de seis años está relacionada con la trama de la brasileña Odebrecht, y luego el caso de financiamiento irregular del partido oficialista, donde Correa también fue sentenciado.

Aduciendo problemas de salud y justificando temor de ser violentado en las de por sí peligrosas cárceles de Ecuador, Glas recibió una medida de libertad condicional por el juez Emerson Curipallo, pese a que este no tenía jurisdicción sobre el caso. Esto fue a fines de 2022.

Curipallo luego apareció vinculado con medidas de libertad condicional a miembros de grupos criminales asociados al tráfico de drogas, con lo cual se puso en entredicho las medidas obtenidas por el exvicepresidente. Tras una serie de idas y vueltas en el sistema judicial de su país, finalmente se le negó la posibilidad de contar con beneficios y debía volver a prisión. En ese contexto recibió el asilo de México. Fue llevado de la embajada a la prisión.

Finalmente, en materia de seguridad, que es el núcleo central del referendo, la sociedad ecuatoriana ha presenciado cómo se expandió la violencia de manera significativa en muy pocos años. De acuerdo con el sitio de investigación Insight Crime, el tráfico de drogas se expandió por la privilegiada posición geográfica de Ecuador.

En 2023 la violencia criminal dejó una tasa récord de 43 homicidios por cada 100.000 habitantes, según datos oficiales. En 2018 esta cifra fue de 6 muertes violentas por cada 100.000 personas.

Entre los temas que fueron sometidos a votación, este domingo en Ecuador, está que las Fuerzas Armadas brinden apoyo a la Policía en la lucha contra el crimen organizado, la extradición de ecuatorianos y la creación de juzgados en materia constitucional.

En relación con el rol de los militares, el Gobierno de Noboa busca otorgar un papel permanente a las Fuerzas Armadas en el combate contra el crimen organizado, eliminando la necesidad de decretar estados de excepción para que esto ocurra.

En materia de extradición, se habilitará la extradición de ecuatorianos reclamados por la Justicia de otros países, excepto en casos donde se apliquen la pena de muerte o castigos crueles, así como para delitos políticos, salvo terrorismo y crímenes de lesa humanidad.

Habrá, asimismo, un incremento y endurecimiento de las penas para diversos delitos, incluyendo terrorismo, narcotráfico, asesinato y trata de personas, entre otros.

Se eliminarán los beneficios penitenciarios para determinados condenados por narcotráfico u homicidio y también se abre la puerta a que las Fuerzas Armadas controlen los accesos a las cárceles para evitar la introducción de armas y explosivos.