EEUU y Venezuela sumaron otro movimiento en la partida de ajedrez que parece envolver las relaciones entre ambos países. Pese a los reclamos de Caracas, Washington aprovechó el viento a favor con el cambio de gobierno de Argentina y este 12 de febrero, finalmente, ejecutó la incautación de un avión de carga sobre el cual hasta podría escribirse una telenovela.
Las autoridades aeronáuticas argentinas confirmaron que agentes de EEUU realizaron el decomiso del avión venezolano (y originalmente iraní), que estaba retenido desde el 8 de junio de 2022 en el Aeropuerto de Ezeiza, que sirve a la capital, Buenos Aires. Con este vuelo se puso punto final a una historia cuando menos confusa.
Durante un año y ocho meses esta aeronave tensionó las relaciones entre EEUU, Venezuela y Argentina, por la sospecha de que el avión de carga, en realidad, era utilizado para hacer tareas de inteligencia vinculadas al régimen de Teherán. Sin embargo, procesos judiciales e investigaciones policiales de Buenos Aires no pudieron comprobar nada.
Paulatinamente, a lo largo del último año, la Justicia argentina fue dejando en libertad plena a los investigados, una abultada nómina de pilotos y asistentes para un vuelo de carga, un asunto que de entrada resultó llamativo para las autoridades. Sin embargo, la Justicia cesó el caso por falta de pruebas.
El Boeing 747-300 matrícula YV3531 de la compañía venezolana Emtrasur (compañía de carga de Conviasa) partió en la madrugada de este 12 de febrero a EEUU, a una terminal aérea no identificada exprofeso por las autoridades.
La incautación del avión había sido decidida por el juez federal Federico Villena, a inicios de 2024, luego de un pedido de la Justicia y el Gobierno de Joe Biden. Según Washington, ocurrió una transferencia irregular entre la aerolínea iraní Mahan Air, la anterior propietaria, y Conviasa. De acuerdo con el régimen de sanciones de Washington en contra de Teherán, una transacción de este tipo no está autorizada.
En 2008, el Departamento de Comercio de EEUU emitió una orden que prohíbe a la iraní Mahan Air, que era la propietaria del avión, participar en transacciones con productos exportados desde EEUU.
"Como se alega en la orden de incautación (dada por EEUU), Mahan Air violó la orden de denegación temporal y las leyes de control de exportaciones de EEUU al transferir la custodia y el control de la aeronave Boeing a Emtrasur sin la autorización del Gobierno de EEUU", afirmó el Departamento de Justicia estadounidense a fines de 2022.
Los últimos involucrados en recuperar la libertad fueron el piloto Gholamreza Ghasemi, el capitán de vuelo Abdolbaset Mohammadi, al ingeniero de refuerzo Saeid Valizadeh y los ejecutivos de la empresa venezolana Víctor Manuel Pérez y Mario Arraga Urdaneta.
Venezuela no dio una explicación convincente sobre la presencia de tripulantes iraníes en una aeronave de carga venezolana que en teoría transportaba autopartes. Las empresas argentinas a las cuales teóricamente iba dirigida la carga se deslindaron del caso y dijeron, en su momento, no tener relación alguna con el avión.
Lo más llamativo del caso fue la presencia como piloto de la aeronave de Ghasemi, perteneciente al cuerpo conocido como Al Quds de la Guardia Revolucionaria Iraní y director de otra aerolínea iraní también con sanciones de EEUU, por presuntas vinculaciones a actividades terroristas.
¿Qué hacía Gholamreza Ghasemi en Buenos Aires, a bordo de un avión de carga venezolano? ¿Por qué una aeronave que necesita cinco tripulantes transportaba a 19? Preguntas de este tenor formuló públicamente la Dirección de las Asociaciones Israelitas Argentinas, que de forma insistente pidió investigar la aeronave, su carga y tripulación.
Estas interrogantes, empero, han quedado sin respuesta. Mientras que el cierre del caso, con la incautación del avión, no termina de acallar las sospechas sobre la aeronave.
La aeronave llegó originalmente a Buenos Aires el 6 de junio de 2022 con una carga de autopartes de SAS Automotriz, una firma que comercializa asientos y panel de instrumentos para Volkswagen. El 8 de junio, dos días después de su llegada, el avión intentó volar a Uruguay para cargar combustible, pero el Gobierno de ese país le impidió aterrizar. Y fue en ese momento en que las autoridades argentinas decidieron retener el avión.
La semana pasada, entretanto, el avión formó parte de otra situación irregular. El portal Infobae reveló que José Jesús Jatar Díaz, aparentemente un diplomático de la Embajada de Venezuela en Buenos Aires, llegó hasta la aeronave e intentó tomar fotografías de la misma con su teléfono celular.
Se abrió una investigación judicial para determinar cómo Jatar Díaz logró ingresar hasta una zona restringida en la que se encontraba el avión. Fue aprehendido por funcionarios de la Policía aeronáutica.
Un informe preliminar de la Policía reseña que Jatar Díaz, cuya identificación lo señala como funcionario de la Embajada venezolana, estuvo acompañado por un empleado de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), que le habría permitido el ingreso hasta el área restringida.
El rol iraní en la promoción del terrorismo es un asunto muy sensible en Argentina. El venidero mes de julio en Buenos Aires se recordarán los 30 años del atentado ocurrido en 1994 contra la sede de la mutual judía en Buenos Aires, AMIA.
En este atentado terrorista fallecieron 85 personas y sigue siendo una herida abierta para la sociedad argentina. La comunidad judía señala a Al Quds de responsabilidad en este hecho, mientras que EEUU le tiene en su listado de organizaciones terroristas.
Este es el tipo de noticias que deja en blanco al lector y enciende teorías conspiratorias.
En este caso el 90 % de la información es top secret.
Mientras USA necesite petróleo venezolano, y lo necesitará por mucho tiempo futuro, su política hacia Caracas será la hipocresía.