La aerolínea estatal venezolana Conviasa unirá a las capitales de Irán y Bielorrusia con La Habana, en una nueva frecuencia que se sumaría a la que ya cubren aviones de esa empresa entre Moscú y la capital cubana.
De acuerdo con Vyacheslav Horoneko, director general del Aeropuerto Internacional de Minsk, la negociación avanza para que Conviasa organice un vuelo a Cuba pasando por la capital de esa exrepública soviética, parte esencial de la nueva alianza de autocracias que apoyan al Kremlin en medio de su aislamiento internacional por la invasión de Ucrania.
Horonenko aseguró que "ya se ha trabajado mucho en esta dirección" y subrayó que el vuelo saldría desde Teherán y haría un aterrizaje de tránsito en Minsk antes de proseguir hacia la Isla, indicó el medio bielorruso Belnovosti.
El funcionario expresó su confianza en el potencial de los turistas de Bielorrusia y Rusia, quienes, según su opinión, podrían aprovechar la frecuencia aérea.
"Trabajamos principalmente con compañías rusas, pero también mantenemos correspondencia con otras empresas, algunas de las cuales ya han firmado contratos para el despegue y el aterrizaje, incluida Mahan Air, de Irán", afirmó Horonenko.
El funcionario no explicó qué frecuencia tendrían tales vuelos ni cuándo podrían comenzar a realizarse.
El anuncio se produce luego de que el domingo último Rusia y Cuba reanudaran con el trayecto Sheremetievo-Varadero sus vuelos directos en una etapa inicial de dos frecuencias a la semana, jueves y sábados, con vistas a su ampliación.
Moscú espera que, gracias a este paso, el tráfico total de pasajeros, tomando en cuenta los vuelos chárter y regulares, pueda llegar a unas 150.000 personas al cierre de 2023, lo que está en línea con los indicadores previos a la pandemia.
Conviasa ha sido relacionada por EEUU y otros gobiernos con operaciones opacas de Caracas, y presta aviones al régimen de Cuba para los viajes trasatlánticos de Miguel Díaz-Canel y sus funcionarios, como el recién realizado a Italia y Francia.
Conviasa, a través de su filial de carga Emtrasur, tenía al menos hasta mediados de 2022 como única aeronave un Boeing 747-300, matrícula YV353, comprado en febrero de 2022 a Mahan Air.
Esta aeronave aún se encuentra detenida en Buenos Aires, en un litigio. La tripulación iraní y venezolana de un vuelo detenido en la capital de Argentina, terminó siendo liberada por la Justicia local, al no poder comprobarse ningún delito, aunque fue un suceso que generó mucha suspicacia por una serie de incongruencias en su arribo a Buenos Aires.
Aunque no hubo delitos en territorio argentino, el año pasado la Justicia de Argentina probó que el Boeing pertenecía a Mahan Air, después fue comprado por Emtrasur, y tuvo una importante sucesión de viajes entre Caracas y Teherán.
Este incidente desató un escándalo internacional y dejó al descubierto, una vez más, los estrechos lazos entre los regímenes de Venezuela e Irán.
En aquel momento, el Buró Federal de Investigaciones de EEUU (FBI) y el servicio de inteligencia de Israel (Mosad) indicaron a la Justicia argentina que el piloto del avión venezolano-iraní, Gholamreza Ghasemi, estaba vinculado a la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria iraní y a los terroristas de Hezbollah.
La iraní Mahan Air, en teoría de capital privado pero estrechamente vinculada al Gobierno de Irán, está sancionada por la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro de EEUU (OFAC, por sus siglas en inglés), debido a que participa en los presuntos negocios entre el chavismo y el grupo terrorista libanés Hezbollah, de acuerdo con investigaciones de Israel.
La Habana y Minsk han estrechado sus relaciones políticas, comerciales y militares, al tiempo que lo hacen el régimen de la Isla y el Kremlin.
En régimen de Cuba es aliado de los países terroristas y tiene el descaro de implorar que lo saquen de la lista negra de regímenes terroristas.