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Venezuela

El caso Canserbero reactiva la gran pregunta de 2023 en redes sociales: ¿dónde está El Aissami?

La rápida resolución que ha dado la Fiscalía, tras reactivar la investigación a casi una década de la muerte del popular rapero, genera infinidad de preguntas.

Caracas
Canserbero.
Canserbero. Magazine LMC

La rápida resolución que le ha dado la Fiscalía en Venezuela al caso Canserbero, tras reactivar la investigación a casi una década de la muerte del popular rapero venezolano, genera entre periodistas y ciudadanos en redes sociales infinidad de preguntas sobre el trasfondo del proceso y su eventual vinculación con una suerte de guerra intestina dentro de los factores del chavismo.

Este 26 de diciembre el fiscal general Tarek William Saab se saltó los procedimientos judiciales y puso a circular en redes sociales sendos videos con las confesiones de los hermanos Natalia y Guillermo Améstica. Saab, a quien se le conoce por su cercanía con el número dos del régimen, Diosdado Cabello, los señaló de ser autores intelectuales del asesinato de Canserbero, cuya muerte en enero de 2015 fue presentada y procesada por las propias autoridades del chavismo como un suicidio.

Fallecido cuando apenas tenía 27 años, el rapero venezolano figura en el puesto número uno de la lista de los "50 grandes raperos en la historia del rap en español", publicada por la revista estadounidense Rolling Stone. Su nombre real era Tirone González. A mediados de noviembre último el fiscal Saab, designado por la extinta Asamblea Nacional Constituyente que encabezaba Cabello, anunció la reapertura del caso Canserbero.

En el video puesto a circular por la Fiscalía chavista, Natalia Améstica confesó que les dio un té con un fármaco ansiolítico a Carlos Molnar, quien era su esposo, y a Canserbero. De inmediato, la sustancia hizo efecto y ella apuñaló a su esposo por la espalda y el cuello. Luego atacó a Canserbero cuando estaba dormido: "Le causé dos puñaladas en su costado y llamé a mi hermano Guillermo. Él llegó acompañado de tres personas que nos ayudaron a arreglar la escena".

Esas tres personas que "arreglaron la escena" eran agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN), la policía política creada en 2010 por Hugo Chávez. De acuerdo con el medio colombiano NTN24, estos tres funcionarios policiales eran escoltas de Tareck El Aissami, entonces gobernador del estado (provincia) de Aragua, donde tuvieron lugar estos hechos en 2015. Los policías aprovecharon su influencia para cerrar rápidamente el caso.

Natalia Améstica dijo en su video-confesión que decidió asesinarlos porque un mes antes se enteró de que Carlos Molnar, su esposo, no le pagaría en ese momento los pasajes aéreos y un porcentaje de la gira que Canserbero haría por Chile y Argentina.

En enero de 2015, la versión oficial sostuvo que Canserbero cayó de un décimo piso y murió, poco después de que se encontrara dentro de un apartamento, en el que se alojaba, con el cadáver de Carlos Molnar, quien fue asesinado de varias puñaladas.

"Una duda genuina: ¿a Tareck El Aissami, gobernador de Aragua para la fecha, no lo van a investigar por el caso Canserbero?", se preguntó la periodista Ingrid Bravo en redes sociales. Esta interrogante tuvo miles de réplicas, junto a la que ha sido una pregunta mayúscula para el chavismo en este 2023: ¿y dónde está El Aissami?

El 20 de marzo de 2023 el hasta entonces hombre fuerte dentro del chavismo escribió en Twitter: "En virtud de las investigaciones que se han iniciado sobre graves hechos de corrupción en Petróleos de Venezuela (PDVSA), he tomado la decisión de presentar mi renuncia como ministro de Petróleo, con el propósito de apoyar, acompañar y respaldar totalmente este proceso".

Desde entonces nada más: ni mensajes, ni imágenes, ni apariciones públicas, pasando a ser una suerte de enigma del régimen de Nicolás Maduro. En Venezuela se desconoce el destino y situación de El Aissami. Con el paso del tiempo, en este 2023 se ha ido develando que efectivamente cayó en desgracia dentro de una pugna de poder en la cúpula chavista.

La investigación judicial contra la corrupción, que destronó a figuras allegadas al exministro parece ser más una coartada para moldear el clima de opinión pública. Tampoco se conoce a ciencia cierta la suma efectivamente desfalcada. Inicialmente se habló de montos tan dispares que iban de 3.000 a 20.000 millones de dólares. La Fiscalía controlada por Tarek William Saab, finalmente, ha sostenido que fueron 5.500 millones de dólares.

Durante largos años El Aissami, sin llegar a ser el canciller o el ministro de Comercio Exterior, fue el interlocutor de Venezuela con países aliados del chavismo, pero lejanos geográficamente, como Irán, Turquía o Siria. Este papel lo cumplió especialmente desde Nicolás Maduro llegó a la Presidencia en 2013.

Cuando Hugo Chávez estuvo en la Presidencia, tuvo en El Aissami un hombre de confianza para el manejo de los órganos de Seguridad, desde el Ministerio del Interior. Es difícil imaginar, según apuntan periodistas en sus comentarios en redes sociales, que una figura con esta trayectoria y estando en 2015 en pleno ejercicio del poder no hubiese estado al tanto del caso Canserbero.

La ausencia de noticias sobre El Aissami, después de nueve meses de su último mensaje público, junto a la falta de procesos judiciales en su contra, pese a que varios allegados suyos están procesados y detenidos por corrupción, todo esto alimenta un aura de misterio en torno a su figura y genera preguntas de cómo el chavismo enmarcará discursivamente su defenestración, tarde o temprano.

¿Será el caso Canserbero la coartada de sus adversarios dentro del chavismo para presentarlo ante un juez? Es esa la pregunta que flota en Venezuela tras la actuación exprés de la Fiscalía para resolver un caso de hace casi una década, en apenas cinco semanas.

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