Back to top
Opinión

Las guerras del infierno

'Si tomamos la tesis de Biden en serio, tendríamos que concluir que en estos momentos los diversos conflictos que asolan el planeta están sobredeterminados por la contradicción democracia-autocracia.'

Oldenburg
Un militar de Ucrania dispara en el frente de Bajmut.
Un militar de Ucrania dispara en el frente de Bajmut. AP

Creo que hay un mal entendido: la defensa de la democracia, sin duda un imperativo de nuestro tiempo, nos ha sido presentada por la gran mayoría de los políticos y politólogos, como defensa de la llamada democracia liberal. El problema es que el término liberal es ideológico y la democracia, al serlo, no se deja regir por un determinante ideológico.

Bajo el término democracia liberal entendemos un espacio en donde priman las libertades por sobre las restricciones. Pero estas libertades no servirían de nada si no estuvieran garantizadas por un orden constitucional e institucional a la vez. Referirse solamente a las libertades, conduce al libertarismo, es decir, a la libertad desinstitucionalizada. Para decirlo con ejemplos, Trump, Bolsonaro y Milei son de verdad personajes libertarios (sobre todo desde el punto de vista económico) pero no son ni constitucionalistas ni institucionalistas.

Desde esa mirada, podríamos distinguir un libertarismo de izquierda y uno de derecha. Lo que ambos tienen en común es la aversión a las instituciones. Para los primeros —pienso en los octubristas chilenos— las instituciones y las constituciones son simples herramientas de la clase dominante. Para los segundos —pienso en el asalto al Capitolio perpetrado por las hordas trumpistas— las instituciones son obstáculos que se oponen a la relación política "pura" que se daría de modo ideal entre un pueblo y un líder, es decir, la llamada democracia directa. Los libertarios entonces no deben ser criticados por su apego a la libertad sino por su relación negativa con las instituciones que las amparan, en otras palabras, con el Estado de derecho.

Hay instituciones internas que son las que reglan las relaciones entre los ciudadanos y los estados, pero también las hay externas y ellas son las que reglan las relaciones entre diversos estados, independientemente del orden político interno que prevalece en cada uno de ellos. Esas relaciones, cuando cristalizan en leyes y reglamentos, constituyen el orden político internacional. Ahora bien, ese orden ha comenzado a ser cuestionado por una serie de gobiernos que buscan imponer un llamado "nuevo orden político mundial".

Según los gobiernos antioccidentales (léase, antidemocráticos), el orden político mundial en vigor debe ser revisado, dado que allí prima un sobrepeso de EEUU y de todas las naciones en donde prevalecen relaciones democráticas avaladas por un Estado de derecho. De más está decir que quienes proclaman ese nuevo orden provienen de las "izquierdas huérfanas", las que perdieron a sus padres reales y adoptivos: el proletariado superado por la sociedad posindustrial y el socialismo, superado por la gran revolución anticomunista de 1989-90. Hoy esas izquierdas son islamistas, putinistas (sustantivo que comparten con las extremas derechas), antiglobalistas (sustantivo que comparten con los trumpistas) y partidarias de muchas dictaduras. La izquierda revolucionaria de ayer es la izquierda reaccionaria de hoy.

De acuerdo al máximo líder de los gobiernos propulsores del nuevo orden mundial, Xi Jinping, la democracia occidental es un producto de la historia de sus naciones, en cambio China y otras naciones provienen de otra historias y de otras tradiciones y por lo mismo, su concepto de democracia debe ser muy diferente al occidental. En las palabras de Xi Jinping: "Bajo la consigna de los derechos humanos universales, (los países occidentales) promueven por la fuerza los conceptos y sistemas democráticos universales, y utilizan estas cuestiones para interferir en los asuntos internos de otras naciones".

En otras palabras, el concepto de democracia proveniente de Occidente, es para Xi relativo y no universal y, además, expansionista e imperialista. Luego, los derechos humanos no deben regir para todos los humanos. Habría entonces que preguntar a Xi por qué rechaza a la democracia occidental y no rechaza (al contrario, venera) a la tecnología occidental, la que, entre otras cosas, ha permitido a China elevarse a la categoría de potencia económica mundial.

En cierto sentido, para Xi Jinping hay una contradicción entre la juridicción que regla a la ONU y otros organismos de representación internacional y el crecimiento económico de China, nación que aspira a ejercer, montada en ese crecimiento, un liderazgo político mundial, lo que en su versión supondría un cuestionamiento, no solo al orden internacional vigente, sino al de las democracias occidentales desde donde fue originado el actual orden, después de 1945.

En síntesis, el cuestionamiento de la democracia como forma de gobierno nacional pasa por cuestionar el orden jurídico internacional. Al revés también. Así entendida, la amistad sin límites que repetidamente se han jurado Xi y Putin, no proviene de similitudes o de unidades de criterios políticos, sino de la animadversión profunda que ambos dictadores profesan a la cultura política occidental cuyo rol dominante en el mundo debe ser erradicado en nombre de un orden multipolar y antidemocrático cuyos países hegemónicos deberían ser Rusia, Irán y China, e incluso, Corea del Norte ("La alianza del infierno", la hemos denominado en otros textos). Fue esa la razón por la que, ya en los comienzos de su mandato, Joe Biden advirtió que la principal contradicción del siglo XXl es la que se da entre democracias y autocracias.

Guerra global

Para autores como John Mearsheimer, geoestratega norteamericano que no se ha cansado de culpar a su país de la invasión rusa a Ucrania —razón por la que es consultado como teórico por el putinista Viktor Orban, de Hungría— la contradicción entre democracias y autocracias es una división maniquea. Naturalmente, lo sería si significara afirmar que esa es la única contradicción que cruza el globo. Hay, además, otras líneas divisorias entre las naciones. Sin embargo, si observamos la composición política de la mayoría de los países cooptados por Rusia, China e Irán, no vemos en el campo antioccidental ninguna democracia, hecho que habla a favor de la tesis de Joe Biden.

Si tomamos la tesis de Biden en serio, tendríamos que concluir que en estos momentos los diversos conflictos que asolan el planeta están sobredeterminados por la contradicción democracia-autocracia. Y como hemos señalado en otros textos, se trata de una contradicción que se da, en niveles paralelos pero también tangenciales. En efecto, no hay fuerza antidemocrática en Europa (principalmente de ultraderecha) que no reciba apoyo e incluso financiamiento de Putin. Conocidos son también los vínculos entre el putinismo y el trumpismo (no solo norteamericano). Igualmente notorios son los lazos que unen a Putin con las dictaduras y autocracias de América Latina (Cuba, Nicaragua, Venezuela) y con gobiernos "de izquierda" (Bolivia, Brasil, Colombia) a los que el aliado sin límites de Rusia, China, otorga jugosos préstamos financieros o lucrativos negocios (como con el litio de Chile) para, cuando llegue el momento, cobrarlo en réditos políticos. Como anotó la historiadora Ane Applebaum en un posteo: "¿Retiraron a sus embajadores y rompieron relaciones con Rusia los países sudamericanos cuando el Ejército ruso destruyó la ciudad de Mariupol, matando y desplazando a decenas de miles de civiles? No recuerdo que eso haya ocurrido!".

Entonces, no queda más sino decirlo: nunca la dependencia económica con EEUU fue tan intensa como la que mantienen diversos gobiernos latinoamericanos con China. Nunca el servilismo ideológico de gobiernos antidemocráticos latinoamericanos ha sido tan evidente como el que profesan los dictadores y autócratas de la región, a Putin. Hoy por ejemplo vemos a huestes de "izquierda" en las calles protestando en contra de la violencia de Israel en Palestina, pero siempre callando frente a las horrorosas matanzas que lleva a cabo la Rusia de Putin en las ciudades y campos de Ucrania.

Incluso el mismo Putin ya no habla de la invasión a Ucrania como una defensa frente a la OTAN, sino en contra de la "decadencia" de Occidente al que se oponen los gobiernos antioccidentales, sobre todo el de su aliado más estrecho, Irán. En palabras de Joschka Fischer: "La guerra de agresión no provocada del presidente ruso Vladimir Putin no fue más que la primera ficha de dominó. Ahora, Hamas ha lanzado un brutal ataque terrorista contra Israel desde Gaza, matando a 1.400 israelíes, la mayoría de ellos civiles, y secuestrando a más de 200. ¿Cómo se podría asestar un golpe tan mortal y de inteligencia más fuerte del Oriente Medio? ¿Puede una organización terrorista como Hamás haber logrado tal hazaña por sí sola?".

La respuesta es no.

Hay que dejar la hipocresía a un lado. Todos sabemos que detrás de Hamas está Irán, y que detrás de Irán está Rusia, y que detrás de Rusia, no pocas veces, está China. La invasión rusa a Ucrania y la invasión de Hamas a Israel, pertenecen al mismo contexto histórico: la guerra declarada por Putin al Occidente político, es decir, a las naciones democráticas, a sus libertades y a las instituciones que las resguardan.

Tuvieron razón los parlamentarios demócratas norteamericanos cuando rebatiendo la tesis de los republicanos relativa a que hay que apoyar más a Israel y menos a Ucrania, plantearon: "Al defender a Ucrania, también atacamos a Irán". No sabemos si los republicanos entendieron. La guerra de Putin a Ucrania y la guerra de Hamas a Israel —fue lo que intentaron decir los demócratas— no son dos guerras separadas. Ambas son dos frentes de batalla en una misma guerra. Hay, además, otros frentes en el Kosovo, en Armenia, en Yemen, en Taiwan.

La guerra que el mundo está experimentando, ya es global. Eso quiere decir: la globalidad de nuestro tiempo no solo es económica, política o cultural; es también militar. Así lo destacó el ministro de Defensa alemán, Boris Pictorius, cuando declaró, ante la molestia de su propio Gobierno: "Europa debe estar preparada para la guerra". Palabras disonantes para un público que todavía cree vivir en la era feliz del consumo, del turismo de masas, del buen pasar.

Vivimos tiempos de guerra, que nadie se engañe, es lo que intentó decirnos Pictorius. Llegará un momento, quizás ya ha llegado, en que todo estará sobredeterminado por esa guerra. La política, por ejemplo. Cada elección, parlamentaria o presidencial que tiene lugar en Europa, sea en Turquía, en Eslovaquia, en Polonia, ha sido seguida con una pasión que antes no existía. La principal preocupación de los observadores es si los resultados favorecerán o no a la estrategia expansiva que proviene de Rusia (o de Irán, o de China). Los políticos, quieran o no, se han convertido en destacamentos civiles de una guerra global.

Política de guerra

La guerra no suprime a la política, coexiste con, e influye sobre ella. Pero hay, además, una política de guerra. Así lo advirtió Joe Biden a su colega Benjamin Netanyahu en su visita a Israel (18 de octubre). Por más dolorosas que sean las pérdidas humanas, y por más criminales que sean las acciones de Hamas, y por más legítimo y legal que sea el derecho de Israel a defenderse, no hay que perder las perspectivas políticas guiadas por máximas como "no hacer nunca lo que el enemigo quiere que tú hagas". No basta con tener una fuerza militar superior. Hay que impedir que el enemigo logre, con su bien aceitada propaganda de guerra, aislar a Israel, intentó Biden decir a su empecinado colega israelí. Y no por último —puede que lo haya dicho— hay que saber emplear otros instrumentos además de las balas, entre otros, la diplomacia, la asistencia humanitaria, las relaciones económicas.

Biden, por experiencia, sabe lo que dice. Después del 11-S el Gobierno de Bush Jr. también se dejó llevar por la furia. Los resultados no pudieron ser peores, tanto para EEUU como para los países invadidos. EEUU invadió Afganistan sin lograr nada, los talibanes están de nuevo en el poder, y hoy son más fuertes que antes. EEUU desmanteló estados nacionales como los de Irak y Libia sin tener con qué sustituirlos para convertirlos finalmente en lo que hoy son: nidos de terroristas, donde campean a sus anchas Hamas, Hizbolah, Diyah islámica, IS. De tal modo que cuando llegó el momento de actuar en Siria, apoyando a los contingentes antidictatoriales, Obama, dado el descrédito norteamericano en la región, no tuvo otra alternativa que permitir que la Rusia de Putin, en nombre de la "guerra contra el terrorismo internacional", llevara a cabo una masacre muy similar a la que hoy realiza en Ucrania, apoderándose del país sirio para convertirlo en lo que ahora es: una colonia militar de Rusia, aliada de Irán. Todo eso complementado con hechos indignos para un país democrático, como fueron los abusos cometidos en las cárceles de Abu Ghraib o en Guantánamo.

Gracias a Bush, no a Trump, el prestigio de EEUU en la región islámica está por los suelos. Así y todo, Biden, gracias a su manejo diplomático, ha logrado recomponer relaciones con países adictos a la confesión suní (sobre todo Arabia Saudita) no dispuestos a aceptar el liderazgo de Irán en la región. Del mismo modo, el Gobierno estadounidense ha logrado entender que si bien Rusia y China son aliados, no son lo mismo. Con China, a diferencias de lo que ocurre con Rusia, todavía funciona la diplomacia.

Xi Jinping no está interesado en un escalamiento total de la guerra como lo está Putin, y en ningún caso se muestra partidario de una confrontación nuclear que llevaría a la ruina de la propia economía china. En estos mismos momentos ha mostrado incluso su disposición a participar en un encuentro que tendrá lugar con Biden en San Francisco. De ese encuentro, si es que tiene lugar, no saldrá ningún acuerdo de paz mundial, pero al menos se espera que de ahí surjan limitaciones a la expansión de la guerra global.

Los seres humanos formamos parte de la única especie en condiciones de declarar guerras, poniendo en riesgo nuestra conservación como especie. Las guerras con todas sus infinitas crueldades son parte de la condición humana y, como señalaba Kant, a veces no hay más alternativa que buscar la paz desde el fondo de la guerra, utilizando cada armisticio, cada pausa, cada conversación, en un medio para instituir condiciones de no-guerra. Para instituir la no-guerra (no confundir con la paz) necesitamos de instituciones, y esas son las que quiere destruir Putin en su locura antioccidental. Sin embargo, Xi, de alguna manera, necesita conservar algunas de esas instituciones, aunque no más sea para apoderarse de ellas.

De acuerdo a Michael Ignatieff, vivimos en "un mundo sin misericordia", y si la comunidad de naciones no está en condiciones de alcanzar la paz, todavía queda la posibilidad de limitar las guerras. Para reafirmar su posición, Ignatieff nos habla de "las leyes del infierno". Así distingue Ignatieff entre el jus ad bellum, o fundamentos jurídicos que justifican la guerra (es el caso de Ucrania e Israel) y el jus in bello, que es la ley que rige las formas de combatir.

Seguramente será imposible que EEUU y China se pongan de acuerdo en el primer punto (jus ad bellum), el de la legitimidad de las guerras. Pero al menos podrían ponerse de acuerdo en el segundo (jus in bello), el relativo a las formas de las guerras. En el caso de unas posibles conversaciones chino-norteamericanas, el acento deberá estar puesto en la aceptación o no de las resoluciones de Ginebra de 1949 sobre la reglamentación de las guerras. Precisamente son esas las resoluciones que Putin ha decidido violar.

Por cierto, sería mayúscula ingenuidad creer que las guerras se ajustarán alguna vez a un derecho establecido jurídicamente en un nivel mundial. Para Netanyahu los muertos civiles son un mal, pero un mal inevitable en una guerra que tiene lugar en zonas pobladas como Gaza. Para Putin, el ataque intencional a la población civil es su principal estrategia de guerra, y a ella ha apostado con minuciosa crueldad. Pero, y esto es lo importante, el solo hecho de que los representantes de las potencias mundiales hablen sobre el tema, es de por sí un acto político. Y mientras haya política, la guerra no será total.

O para decirlo otra vez con los términos de Ignatieff: "solo la política, no el Derecho, puede impedir que sigamos descendiendo a los infiernos".


Este texto apareció originalmente en el blog Polis. Se reproduce con autorización del autor.

Más información

24 comentarios

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.

seguir aliado a él. Por eso huyendo de las sanciones, está agazapado esperando el momento oportuno.
Eso lo sabe el Gobierno de EEUU, por eso, en su vocero Biden, separa a ambos países, para ir ganando tiempo.
Es una tergiversación macabra echarle la culpa a EEUU de la intervención rusa en Ucrania, porque esa intervención, como otras que ya se hicieron y otras que se harán; forman parte desde hace ya, mucho tiempo, de la estrategia de Putin y sus aliados, para dividir las democracias occidentales, que una vez debilitadas, serían más vulnerables, y con ello campear libremente.

Excelente artículo!!! Muy ajustado a la realidad geopolítica que hoy vive el mundo.
Cuando no puedas brillar igual que algunas estrellas; destrúyelas; y se verá tu luz.
Hay que entender una diferencia entre Rusia y China.
Putin quiere la guerra para lograr dar un viraje a la hegemonía mundial actual; aislando entre sí, las democracias occidentales; y poder con ello, caminar a su antojo. Mente comunista frustrada; hay que destruir el Capitalismo, para instaurar el Socialismo y después llegar al Comunismo. No olvidar que Putin se quedó allá, cuando la URSS, estaba con su guerra fría.
Xi Jiping quiere aprovecharse de los resultados de esa guerra; interviniendo en Taiwán y una vez aisladas y debilitadas, las actuales democracias occidentales, buscar su propia hegemonía mundial; pues a decir verdad, a él le importa un bledo Putin, pues a este nunca lo dejaría competir con China; y ahí, tranquilito, con la política de "mientras más cerca estés de tu enemigo, mejor lo vigilas";

Estimado pepegrillo:
Si sus recomendaciones sirvieran tanto, como sus desplantes de sabelotodo, se puede estimar muy bien que quien no sabe detrás de que palo se encuentra es UD. al recomendar como el non plus ultra de la información nada más y nada menos que
a José Antonio Vizner y su canal de conspiraciones internacionales fuera de todas las realidades, nombrado Negocios T.V.

Negocios T.V es como el nombre lo indica un canal sobre negocios en particular sobre la bolsa de valores el mas popular de habla hispana de acuerdo a las estadisticas. En cuanto a conspiraciones si claro todo aquello que no vaya con la narrativa de los globalistas es conspiración si prefiere seguir engañado y/o engañandose adelante. Por demás no refuta usted los argumentos que ahi se ponen solo intenta matar al mensajero.

Si señor lo mejor que Ud. Puede hacer en su vida es seguir los consejos economicos de Vizner y sus sugerencias de bolsa, y comercio de lo cual él Sr. Vizner, no tiene la menor idea e informarse por sus teorías de conspiración que son la verdad absoluta directamente de Dios.

Negocios TV, presenta entrevistas decenas de analisis economicos y políticos por diferentes especialistas todos reputados. Y ahora le pregunto donde estan sus argumentos en contra de los del video. Deja ver no los vio ni escucho. Por supuesto

Todos especialistas muy conocidos en su casa a la hora de la cena, Y José Antonio Vizner, un ex periodista que fue despedido de su trabajo por dar noticias falsas y exponer teorías de conspiraciónes

Si claro como a Tucker Carlson que despideron de la Fox y al que nadie ve.... ejem.....si claro. Los periodicos y programas confiables son la Sexta y El Pais a los que solo le creen los de sus respectivos partidos.. y que mas.

Los cubanos como siempre detras del palo. Si quieren entender de que va realmente estas guerras tanto la de Ucrania como la del medio oriente les sugieron este video:
https://www.youtube.com/wat…

El único que está fuera de la ley es Joe Biden.
El presidente norteamericano ha sido el mas corrupto y el más mafioso. Vive violando el marco constitucional y lo hace desde que era senador y vicepresidente.

Profile picture for user Plutarco Cuero

¿ Oeh cómo fue que mataste a Tafari Campbell, en Martha Vinyard ?

Pretendes una respuesta utilizando ese nick?
Pretendes una respuesta sin saber la diferencia que existe entre el poder legislativo y el poder ejecutivo?

En general pienso que las tesis del señor Mires caen por sí mismas, Porque,Venezuela, Brasil, con Lula o Bolsonaro, Cuba, Nicaragua y Bolivia, no son referentes de buen Gobierno mucho menos las teocracias árabes, persas o las tribus Musulmanas de Africania. La razón se impone y Vladolf Putler y Xin Ping junto con los sacerdotes no retrotraen la marcha de la Historia porque el mundo marcha hacia adelante a pesar de los hombres y sus intenciones.

Biden no ha escrito tesis políticas sobre la gobernabilidad, o entre la conveniencia de mantener una democracia mundial, lo que si ha hecho Biden, contra todas las banderas y tiene además por obligación hacerlo es gobernar dentro de las normas constitucionales de los Estados Unidos, que es el objetivo, de los 46 Presidentes que ha habido en nuestra historia, Trump, esta fuera de la definición de lo que es una persona honrada, más allá de su poder personal como millonario, es un tramposo que está pagando las consecuencias de sus trapacerías y conductas mafiosas al estafar al Fisco del Estado de Nueva York y ahora está intentando trasladar su culpa y sus inventos a los contadores de su grupo empresarial. Igual que no aceptó la derrota en las elecciones y alega que es persecución política, y cada día que pasa le aparecen más problemas que lo alejan sin prisa pero sin pausa de un Segundo mandato.

Bush empezó guerras donde murieron miles de personas porque le salio de sus c...., Biden y su hijo están metidos en la kk por recibir dinero de Ucrania, y Trump tiene una conducta mafiosa por estafar al Fisco? Esta mundo esta jodido.

El Sr. Mires no hace distinciones en el carácter de las Guerras donde están involucrados Israel y Ucrania, Israel no hace guerra inútiles, ha hecho guerras y las hace contra los que quiere la destrucción del estado Judío, o sea contra la élite de Jeques, Sultanes y Ayatollahs, que ven el peligro que representa este país y su democracia (gusteles o no a quien le guste Israel es la única democracia del Oriente) para ejercer su Gobierno medieval en nombre de Dios, o sea la absurda teocracia con la élite sacerdotal y nobles en el tope de la pirámide y mantener en la opresión económica, la ignorancia y el atraso, las grandes masas arabes. Para ello han recurrido a crear esas organizaciones terroristas como Hamas, tan degenerados que son capaces de utilizar, sus propios hermanos hombres mujeres y niños como escudos humanos, y gastando millones y millones de dólares en crear estructuras militares para matar y reprimir sus propios hermanos mientras los tiene en la miseria y el atraso.

"Si tomamos la tesis de Biden en serio........" y se puede?

Fernando Mires, tiene la visión de una Rusia, magnificada, por sus percepciones y antecedentes pro comunistas y basa sus conclusiones en que, Rusia es una potencia mundial, como fue la ex-URSS más la coalición del Pacto de Varsovia, y crea toda una trama de guerra global muy cercana a una teoría de conspiración mundial, que Iguala a los Sres. Milei, Bolsonaro y Donald Trump sin hacer distinciones entre lo obvio: Bolsonaro y Trump son dos estúpidos que tuvieron acceso al poder, y Milei es un Economista que sabe muy bien de lo que habla.
En su sentido lato Democracia es simplemente un sistema político que armoniza las relaciones entre los ciudadanos y no tiene nada que ver con las cuestiones ideológicas que el fascismo islamista, y los remanentes del comunismo de Izquierda Izquierdisima pretenden imponer al resto de la humanidad.

Trump también sabe de lo que habla. Estúpido?, no creo.

Sr. HG : lo que yo pienso sobre el Sr. Donald Trump no es, ni pretende ser una verdad absoluta pero de acuerdo a sus actividades, acciones y actuaciones lo veo de ese modo, quizás me excedí en el calificativo, este Fidel Castro nacido en los USA no acepta las derrotas y como no las acepta alega, persecución política, y trata de invertir los términos de esta, y hasta donde sé , defraudar al fisco está muy lejos de
de ser una persecución política así que cuando un juez lo dictamina para mí es ley. Cuando Trump culpa a sus contadores de sus decisiones, es algo bastante fuerte para muchos. Hasta que lo sentencien, opine y deje opinar piense si no es menos cierto, que al intentar cambiar una decisión de las urnas mediante una turba fascista este señor ha mostrado, no ser el norteamericano que dice ser. Ser estúpido también es una condición humana, pero, sucede que no se han creado los estupidómetros para medir con eficacia la estupidez incluso la mía .

A ver Robinson, que es mas grave el Watergate de Nixon, vender armas de forma ilícita (Iran-Contra), empezar una guerra con miles de muertos sin justificación (Irak), recibir millones de petroleras ucranianas (los Biden) o burlar el Fisco (Trump), cuantos presidentes o expresidentes fueron juzgados anteriormente, si la persecución de Trump no tiene una base política entonces hay que reconocer que violar el Fisco es el mayor crimen que un presidente americano puede cometer.

Profile picture for user Plutarco Cuero

A ‘safe space’ for Jew hate?

Plus: the absurdity of the Covid inquiry and the public revolt against woke capitalism.

spiked columnists Joanna Williams and Luke Gittos join Fraser Myers for the latest episode of the spiked podcast. They discuss the explosion of anti-Semitism in Western universities, the Covid inquiry’s whitewashing of lockdown, and the problem with corporate virtue-signalling.

https://www.spiked-online.c…

Otro ladrillo repleto de cuentos y mentiras.