La carrera presidencial en Argentina vuelve a su cauce habitual: un enfrentamiento electoral entre la coalición conservadora, a ratos apuntando al centro, de Juntos por el Cambio, y un peronismo unificado en la rebautizada coalición de Unión por la Patria. Lo que parecía una tercera opción, la del diputado ultraliberal Javier Milei, parece haber perdido empuje.
En tres semanas tendrán lugar las elecciones primarias, que en Argentina tienen carácter obligatorio, para escoger candidaturas presidenciales. Milei corre en solitario en el campo más liberal, con lo cual se da por descontado su candidatura, y cosa similar ocurre en el peronismo, dentro del cual el kirchnerismo más radical parece estar pasando un trago amargo para aceptar la candidatura del pragmático Sergio Massa, el articulador político que asumió hace un año las riendas de la economía y quien no tiene competidores de peso en su coalición.
Hace dos meses, Milei figuraba prácticamente con un tercio de las intenciones de voto. La fotografía actual que muestran las encuestas es una disputa entre Massa y quien resulte electo en el campo conservador tradicional, entre la exministra de Seguridad Patricia Bullrich y el actual jefe de Gobierno de la capital Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta.
Bullrich fue colaboradora del presidente Mauricio Macri (2015-2019) y tiene posiciones más tajantes en materia de seguridad ciudadana, un problema medular para los argentinos, así como la inflación y la pobreza. Es una triada que según analistas parece retroalimentarse. Rodríguez Larreta, entre tanto, sostiene posiciones más de centro y se ha caracterizado por tratar de tender puentes con los sectores de la izquierda, incluso con el peronismo.
Una encuesta de la empresa Opina, difundida este 20 de julio por el diario económico El Cronista, muestra un empate entre Bullrich y Rodríguez Larreta. El 13 de agosto uno de ellos saldrá elegido como candidato y deberá restañar las heridas internas para hacer frente a lo que será una disputa cerrada por la presidencia.
De acuerdo con Opina, el 30% de los votantes lo haría a favor de Juntos por el Cambio, un 26% a favor del peronismo y Milei ha retrocedido a un 20%. En cualquier escenario eventual de que el economista liberal esté en el balotaje, perdería tanto si su adversario es peronista o conservador tradicional.
Con diversas propuestas de una dolarización tajante, libertades individuales en todos los ámbitos, así como un combate frontal a la inseguridad, Milei no ha logrado crecer en las preferencias de voto y más bien cayó, tras conocerse el escándalo de que presuntamente su organización habría vendido los puestos de candidatos a gobernadores y diputados provinciales, en la serie de elecciones regionales que se han venido desarrollando en Argentina en este 2023, como antesala de la presidencial.
"El problema argentino es que la solución está en manos del problema: los políticos. Soy el único que habla de un programa económico pensado de 35 a 50 años. Si te quedás atrapado en el corto plazo, termina mal", dijo Milei este domingo en una entrevista con El País, a propósito de visión de que deben cambiarse los paradigmas políticos y económicos en este país con 46 millones de habitantes.
Junto al retroceso que vive Milei otra tendencia llamativa del sondeo está en el campo oficialista. Aunque el rechazo al actual presidente peronista Alberto Fernández es muy elevado, con lo cual se cerró su opción de relegirse, el candidato y súperministro de Economía Massa logra posicionarse con opción de triunfo, algo que no parecía probable apenas dos meses atrás para quien representara al peronismo.
El as bajo la manga de Massa, aunque parezca políticamente contradictorio, es lograr un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en plena campaña electoral, para el pago de una deuda contraída por Macri justamente en un escenario prelectoral por un préstamo del multilateral por 44.000 millones de dólares, el monto más elevado otorgado hasta ahora a un solo país.
Con una inflación anualizada de 115% e índice de pobreza del 40%, el Gobierno de Fernández no ha logrado cumplir con los compromisos que firmó con el FMI en 2022, antes de que Massa asumiera como súperministro, dado que este abogado de profesión colocó bajo su égida a varias carteras ministeriales.
La estrategia oficial, en plena campaña, en lograr un acuerdo que postergue algunos de los compromisos con el FMI y tener flexibilidad en el manejo del presupuesto público, en plena campaña electoral. Dado el volumen de la deuda contraída con el FMI y una deuda externa total de 225.000 millones de dólares, el ente multilateral mantiene una actitud de negociación con Buenos Aires, para evitar que un paso en falso coloque en default al país sudamericano.
Si los argentinos quieren seguir en la kk igual que los españoles es su problema.
Siempre tratando de crear un estado de opinión. Le tienen pánico a Milei.