La elección de una nueva Constituyente no despierta interés, pero podría reconfigurar el mapa político

En Chile este domingo 7 de mayo se elegirá, nuevamente, una Asamblea Constituyente tras el fracaso que se registró con el fallido intento de aprobar una nueva Constitución. La elección no parece despertar mayor interés entre los chilenos, pero más allá de cómo quede compuesto este cuerpo los resultados podrían dar señales de una reconfiguración política en el país sudamericano.

Pese a las sanciones que se prometen para quien no concurra a las urnas, dado que el voto es obligatorio para unos 15 millones de chilenos en edad de votar, analistas estiman que podría registrarse una abstención de entre 30 y 40%. Se elegirán a 25 mujeres y 25 hombres que integrarán una nueva Convención Constituyente; este cuerpo se sumará y decidirá sobre el trabajo previo que vienen realizando 24 expertos, designados tras acuerdos políticos en el Congreso.

Después del fracaso que representó para su gestión la abultada votación en contra de una nueva Constitución, que había sido elaborada por factores de izquierda, el presidente Gabriel Boric en septiembre pasado llamó a los partidos políticos, incluso a los conservadores, y junto a ellos construyó una hoja de ruta consensuada. El objetivo es lograr una nueva carta magna que deje sin efecto a la Constitución de 1980, uno de los últimos vestigios de la dictadura de Augusto Pinochet.

Roberto Izikson, gerente de la consultora Cadem y un experto en sondeos de opinión pública en Chile resume así el clima previo a las votaciones del próximo domingo: "Uno de cada dos chilenos no sabe que este domingo hay elecciones. El 70% no ha seguido con ningún tipo de interés las noticias relacionadas con estos comicios. Y el 86% de los jóvenes no tiene idea quiénes son sus candidatos".

Dado este clima de desinformación y apatía, Izikson dice que es imprevisible lo que termine ocurriendo. Lo que sí parece ser una realidad es que el peso de la balanza, en esta discusión de la nueva carta magna, ya no luce cooptado por la izquierda chilena, como ocurrió en el periodo 2021-2022.

En septiembre de 2022, un 62% de la ciudadanía rechazó la propuesta surgida de una Convención Constitucional que tenía 154 integrantes que provenían, en su mayoría, de movimientos sociales y de referentes izquierdistas.

En este 2023, en cambio, los partidos políticos han tenido un papel protagónico. Por un lado, la comisión de expertos, compuesta por mayoría de juristas, fue nombrada por el Congreso como fruto de una negociación entre los partidos con representación legislativa. Asimismo, los candidatos y candidatas para este 7 de mayo están reunidos en cinco listas, y estas representan a colectividades políticas formales.

A diferencia de lo que ocurrió con el fallido proceso anterior, en esta ocasión los partidos políticos acordaron 12 bases constitucionales que no se pueden romper, entre las cuales figuran las siguientes: Chile es un Estado unitario, el reconocimiento constitucional a los pueblos originarios y que Chile es un Estado democrático de derecho.

Sin embargo, varios analistas han puesto de relieve que esta consulta, más allá de elegir a los 50 convencionales que refrendarán la nueva carta magna, podría significar una importante recomposición política, especialmente en torno al papel que está jugando José Antonio Kast, conservador con nueva plataforma quien de forma sorpresiva pasó a segunda vuelta y disputó la Presidencia con Boric en diciembre de 2021.

Kast y su Partido Republicano, que no está asociado con los grupos conservadores tradicionales de Chile y que compite en solitario, sin ser parte de una coalición, podría ser la gran sorpresa.

El diario La Tercera ha recordado que este abogado de 57 años se dedicó a "recorrer el país de punta a punta, reuniéndose con los 72 candidatos que meses antes él mismo había buscado y convencido de postular".

Kast ha combinado el contacto cara a cara y visitas a medios de prensa locales fuera de la capital, Santiago, con una intensa campaña en redes sociales para rechazar tanto al Gobierno de Boric (izquierda) como la coalición Chile Vamos (conservadores tradicionales), dirigida fundamentalmente a jóvenes.

Para el analista Pepe Auth, "el hecho más relevante (de estos comicios) será la consolidación al alza del partido liderado por Kast", a quien este observador político pronostica que podría obtener entre diez y 11 convencionales (de un total de 50) y alcanzar más del 20% de la votación nacional.

Por su parte, Patricio Navia, profesor de las universidades de Nueva York y de la Diego Portales, sostiene que la coalición progobierno de Boric interpretará como un triunfo cualquier votación que sea superior al 38%, lo cual es puesto entredicho por otros analistas.

Ese número, 38%, fue el que obtuvo el apruebo en el plebiscito de salida de septiembre del 2022. En vista de que fue minoría, quedó sin aprobar la propuesta de Constitución que impulsaban los aliados de Boric.

"Al igual que el plebiscito de septiembre de 2022, la votación del próximo domingo será, sobre todo, un juicio sobre la dirección en la que avanza el país. Si la participación es menor que en septiembre de 2022, y la votación nula y blanca es sustancialmente superior, esto será un llamado de atención para toda la clase política", sostiene Navia al ser consultado por DIARIO DE CUBA.

La coalición actual de Boric la conforman sus socios originales: el Frente Amplio (FA), grupo fundado por el propio mandatario, y el Partido Comunista (PC). También hay referentes del Partido Socialista (PS) y el Partido Liberal (PL), así como del Partido por la Democracia (PPD) y el Partido Radical (PR), que hicieron parte de la llamada concertación, el espacio democrático que condujo la transición después de la dictadura de Pinochet.