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Argentina

Peronistas y opositores se enfrascan en luchas intestinas de cara a las elecciones presidenciales

'Las rencillas en Juntos por el Cambio han sido una novedad política, y se suman a las agrias diferencias que privan en el seno del peronismo'.

Brasilia
Patricia Bullrich, ministra de la Administración Macri.
Patricia Bullrich, ministra de la Administración Macri. El Día

Para las elecciones presidenciales en Argentina resta aún prácticamente un año. Sin embargo, las luchas internas en las coaliciones de Gobierno y oposición son cada vez más crudas y públicas, teniendo como trasfondo lo que debe ser la elección de candidatos presidenciales en elecciones primarias sin que aún pueda pronosticarse quiénes se disputarán, finalmente, la Presidencia.

Está Argentina, podría decirse, en un torneo de escarceos, sin que los dos grandes electores hayan manifestado su predilección o incluso su decisión de competir o no. Tanto la actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, al frente de un kirchnerismo que marca la agenda en el peronismo, como el expresidente Mauricio Macri (2015-2019), ni descartan del todo volver a presentarse en 2023 ni tampoco se han pronunciado sobre candidaturas con su respaldo.

Las elecciones presidenciales deberán celebrarse en octubre de 2023 y seguramente en agosto deberían tener lugar las primarias, que son obligatorias según las normas electorales de Argentina, con lo cual para muchos el tiempo apremia. El primer semestre del año próximo será intenso en lo político, sin que la crisis económica estructural del país termine de solventarse.

"Yo escucho que uno es una paloma, que el otro es un halcón...más que palomas y halcones, parecemos gansos que nos estamos haciendo daño a nosotros mismos", opinó con cansancio Diego Santilli, candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires por la coalición opositora Juntos por el Cambio.

Recientemente, la exministra en la gestión de Macri, Patricia Bullrich dijo que le "iba a romper la cara" al jefe de Gabinete de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, quien también forma parte de la coalición opositora. Las diferencias que venían transcurriendo sotto voce ya se han hecho públicas.

"Creo que lo de las últimas semanas ha sido muy malo. Y muy malo, además de que nos hacemos daño, porque nosotros pretendemos ser una alternativa a este Gobierno (peronista), y ser una alternativa es no ser un espejo de lo que hace este Gobierno", cuestionó Santilli este 10 de noviembre.

Las rencillas en Juntos por el Cambio han sido una novedad política, y se suman a las agrias diferencias que privan en el seno del peronismo. La más grave, con incidencia en la vida nacional, es la falta de comunicación entre el presidente Alberto Fernández y su vicepresidenta Fernández de Kirchner, quien fue mandataria por dos períodos consecutivos entre 2007 y 2015.

Con procesos abiertos en el sistema de justicia, por presunta corrupción mientras fue jefa de Estado, además del escandalo que rodea el caso de su fallido intento de asesinato, en septiembre pasado, Cristina Fernández de Kirchner sigue teniendo el poder de designar al candidato del peronismo, según analistas.

Tras hacerse públicas sus diferencias con el actual presidente, después de la derrota en las elecciones legislativas de 2021, Cristina Fernández de Kirchner corroboró lo que se suponía había ocurrido: fue ella quien ungió al entonces opacado Alberto Fernández para que fuese el candidato de consenso en las filas peronistas, como la única manera de derrotar electoralmente a Macri, que buscaba la relección en 2019.

La figura de Cristina Fernández de Kirchner si bien galvaniza las bases peronistas, tiene también un amplio rechazo. Similar tendencia registra Macri en las últimas encuestas. Con rechazo superior al 45%, es difícil que estas figuras puedan ser volver a aspirar a la Presidencia, pero en ambos casos podrían ser el factor decisivo que incline la balanza cuando oficialistas y opositores escojan sus candidatos de cara a las votaciones presidenciales, en octubre venidero.

Otro que parece fuera de la liza electoral es el presidente Fernández. Sin el respaldo de Cristina Fernández de Kirchner y tras una desastrosa gestión económica, difícilmente el mandatario pueda aspirar a la reelección.

La falta de consensos en los dos principales bloques político-electorales, por otro lado, hace prever meses de encarnizada lucha al interior de cada coalición y una eventual resolución del conflicto en las elecciones primarias, previas a la presidenciales.

Sin embargo, el tono altisonante que se ha tornado el debate en el campo opositor, con insultos e improperios, proyectan dificultades para rearticular el consenso que exhibió el campo opositor en las elecciones de 2015, cuando Macri se hizo de la Presidencia, o 2019 cuando este busco la relección y fue derrotado por Fernández.

La ola de escándalos que rodean a Cristina Fernández de Kirchner, por otro lado, proyecta un escenario en el cual la vicepresidenta podría estar debilitada como factor decisor dentro de las filas peronistas.

Toda esta confrontación política, con ribetes claramente electorales, tiene lugar mientras Argentina sigue arrastrando una crisis económica de carácter estructural, sin consenso para hacer reformas de fondo.

En medio de una crisis agudizada en julio pasado por la intempestiva renuncia de su ministro de Economía, Martín Guzmán, Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner terminaron pactando entregarle las riendas de las finanzas públicas a un político, Sergio Massa, quien no ha ocultado sus aspiraciones presidenciales. El hasta entonces presidente de la Cámara de Diputados y sin formación económica se constituyó en un superministro al unificar varias carteras bajo su dirección.

Para los analistas, Massa asumió un desafío arriesgado. Hace pocas semanas dijo: "Tengo más líos que el plomero del Titanic". Sin embargo, si logra mantener a flote la economía argentina en los próximos meses, cosa que no será fácil, tal hecho lo proyectaría como un seguro candidato presidencial.

La economista y profesora de Finanzas de la Universidad del CEMA (UCEMA), Diana Mondino, aseveró que en Argentina "la economía está implosionando, nos estamos derritiendo como país", y urgió a que la clase política genere consensos para la reforma económica estructural.

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1 comentario

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Total, si salga quien salga siempre vuelven a lo mismo. Partida de tarados.