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Argentina

El kirchnerismo deja solo al presidente Fernández en la lucha contra la inflación

Argentina vive su peor subida de precios en los últimos 30 años y el 66% de los argentinos cree que la situación empeorará.

Buenos Aires
Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner.
Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner. AFP

Anticipándose a lo que será el gran escollo económico de cara a las elecciones presidenciales del año próximo, la corriente del kirchnerismo optó por dejarle la papa caliente de la inflación al presidente peronista Alberto Fernández, con la renuncia del secretario de Comercio Interior, en momentos en que Argentina vive su peor subida de precios en los últimos 30 años.

El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) confirmó hace dos semanas que el índice de precios al consumidor tuvo un alza del 6% en abril pasado, para colocarse en 58% interanual, el peor registro desde 1992, cuando Argentina comenzaba a pasar el trago amargo después de dos años en hiperinflación, que tuvo los picos de 3.079%, en 1989, y 2.314%, en 1990.

El presidente Fernández, que suele tener un tono conciliador en aras de mantener la unidad dentro de un peronismo que vive una etapa de tensión, hizo saber el fin de semana pasado —según diversos medios de prensa bonaerenses— que quienes tuvieran discrepancias con el manejo de la economía debían abandonar su Gobierno.

Este lunes 23 se hizo pública la renuncia de Roberto Feletti al frente de la secretaría de Comercio Interior. Feletti era una figura muy vinculada a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y desde que asumió este cargo el año pasado se destacó por una política de confrontación con empresarios y fiscalización del comercio privado.

Feletti justamente asumió este estratégico cargo tras una carta pública de Cristina Fernández de Kirchner en la que cuestionaba el manejo económico del Gobierno de Fernández y exigía una reorientación, para ampliar el gasto público y contener la inflación. Según la vicepresidenta, estos factores incidieron negativamente en la derrota que sufrió el peronismo en las elecciones legislativas de medio término.

Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner viven una suerte de telenovela, con mensajes indirectos, a veces críticas sin ambages. Aunque están en una misma balsa, metafóricamente, no siempre están alineados para remar al mismo tiempo ni en la misma dirección. Fernández, por ejemplo, se empeñó en alcanzar un acuerdo con el FMI, cuyas condiciones la vicepresidenta ha cuestionado.

Su drama se resume de esta manera. La vicepresidenta (y dos veces presidenta entre 2007 y 2015) necesitó de Alberto Fernández para reunificar al peronismo dado que la corriente del kirchnerismo por sí sola no hubiese ganado la presidencia en 2019, evitando la reelección de Mauricio Macri. El mandatario no fuese ahora el jefe de Estado sin el decidido respaldo que recibió de Cristina Fernández de Kirchner.

Al hacer pública su renuncia, Feletti dijo que era por "discrepancias" con la política económica del Gobierno. Fernández ha ratificado su respaldo al ministro de Economía, Martín Guzmán, quien fue el artífice de un complejo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, para abordar la espinosa deuda que en su momento contrajo el presidente Mauricio Macri (2015-2019) por 44.000 millones de dólares.

El presidente Fernández, en lugar de Feletti designó a Guillermo Hang, directivo del Banco Central y amigo personal del ministro de Economía, Martín Guzmán, como nuevo secretario de Comercio Interior.

En el marco del poder que ha ido adquiriendo Guzmán, la vocera de la Casa Rosada (sede del Ejecutivo argentino), Gabriela Cerruti, anunció que la secretaría de Comercio Interior, actualmente adscrita al Ministerio de Desarrollo Productivo, pasará a estar ahora bajo la égida del Ministerio de Economía. Cerruti comentó este 26 de mayo que, tras una reunión del Gabinete, el presidente definió como prioridad central de su gestión detener la ola inflacionaria.

En la era de Feletti se congelaron los precios de unos 2.000 productos, pero aun así la inflación no fue abatida. Analistas estiman que tras alcanzarse el acuerdo con el FMI la permanencia de Guzmán al frente de la economía está estrechamente vinculada a la capacidad que tenga para derrotar el alza de precios, un asunto netamente impopular cuando ya en el panorama argentino comienza a dibujarse, cada vez de forma más abierta, el tema de las elecciones presidenciales de 2023.

La política de precios quedará ahora en manos de un hombre de Guzmán, Guillermo Hang. Hang ya trabajó en los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner entre 2008 y 2015. Sin embargo, se ha resaltado que es un economista con posiciones moderadas y conciliador.

El presidente Fernández, con la renuncia de Feletti, recupera el control pleno de las decisiones económicas, mientras que el kirchnerismo sigue teniendo poder en el sector sanitario y social, que incluye la distribución de ayudas sociales entre los más pobres, una arista claramente usada con fines políticos en periodos electorales.

Una encuesta de la consultora Berensztein, para medir la percepción de la ciudadanía sobre sus condiciones de vida, arrojó este 26 de mayo unas cifras que ratifican el descontento con la crisis económica. Un 75% de los consultados consideran que la situación económica del país está peor ahora, en comparación con el año pasado, y 66% cree que en 2023 la situación económica va a empeorar en Argentina.

Al comentar cifras de sus estudios de opinión, Sergio Berensztein pone de relieve la polarización que subyace no solo en la política argentina, sino que también se manifiesta en la percepción sobre el manejo de la economía.

Berensztein precisa que la mayor parte de los argentinos (48%) cree que para combatir a la inflación el Banco Central debe controlar la emisión monetaria. Esta cifra aumenta 20 puntos porcentuales entre los votantes de Juntos por el Cambio y libertarios /liberales (ambos son referentes opositores al kirchnerismo).

En el otro polo, entre los simpatizantes peronistas, 59% consideran que el Gobierno de Fernández debería adoptar un rígido control de precios, y apenas 18% de los votantes oficialistas cree que el Banco Central debe controlar la emisión monetaria para reducir la inflación.

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2 comentarios

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Las ratas huyen de los barcos antes que naufraguen....

La Cretina es un ejemplo clásico del mundo letrinamericano. Cierto, no llega al nivel de la Rosario Murillo, pero hay que levantarse muy temprano para llegar a tal extremo.