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Argentina

La subida del precio de los alimentos en Argentina es la más alta desde 1991 y enciende las alarmas

Argentina ha desplazado a Venezuela como la nación del continente con la mayor subida general de precios.

Caracas
Consumidores en supermercado en Argentina.
Consumidores en supermercado en Argentina. Salta TV

Argentina ha desplazado a Venezuela, país que venía con una hiperinflación crónica por cinco años, como la nación del continente con la mayor subida general de precios en este mes de febrero. Para los argentinos se encendieron las señales de alarma porque por primera vez el alza en los alimentos es tan elevada como hace tres décadas, en 1991, cuando el país estaba agobiado por la espiral inflacionaria.

En febrero, el Índice de Precios al Consumidor se ubicó en 4,7%, impulsado por la subida de los alimentos (7,5%) y el transporte (4,9%), según el dato difundido por el Instituto Nacional de Estadística y Censos. Esto fue en Argentina. En Venezuela, entretanto, el Banco Central reportó la inflación mensual más baja desde 2016, al ser de 2,9%.

Si el Gobierno de Alberto Fernández, en el marco de un programa de ajustes que está próximo a firmar con el Fondo Monetario Internacional (FMI), no logra frenar el gasto público, que está en la raíz de los desequilibrios macroeconómicos del país sudamericano, Argentina podría tener en este 2022 un aumento de precios por encima del 50%, lejos del 35% proyectado en el presupuesto nacional para este año, y más cerca de la ola inflacionaria de hace tres décadas.

"El año pasado cerró la inflación en 50,9% anual. Con lo cual quedó entre los cinco países con la mayor tasa de inflación del mundo, que tenía entonces a Venezuela a la cabeza. La inflación argentina de 2021 fue ocho veces más que la que reportó México y cinco veces más que la que se registró en Brasil. Es probable que este 2022 cierre por encima de 55% y para este mes de marzo se pronostica ya una tasa superior al 5% en el tercer mes del año”, explica a DIARIO DE CUBA la periodista Silvina Acosta, desde Buenos Aires.

La inflación en alimentos, entretanto, afecta a los más pobres, dado que estos acuden al comercio minorista en los barrios, principalmente, y en menor medida a las cadenas de supermercados, sobre las cuales el Estado tiene una mayor fiscalización.

En febrero, el Índice Barrial de Precios que elabora el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI), arrojó una subida en alimentos de 9,8%.

"El Gobierno de Alberto Fernández le ha declarado una guerra a la inflación. Esta política básicamente consiste en sancionar a aquellas cadenas de supermercados que no cumplan con los precios establecidos para algunos rubros", precisa la periodista Acosta.

Diversos medios críticos con el kirchnerismo sostienen que Alberto Fernández ya perdió la guerra contra la inflación.

"El contexto de la guerra impacta de forma directa en la canasta alimentaria de la Argentina. La guerra entre Rusia y Ucrania está presente en la Argentina y se ve en el impacto en las commodities que hoy están significando una subida en el precio de los huevos, la leche, el aceite. Esto está afectando fuertemente a la situación socio económica", adelantó la semana pasada el ministro de Economía, Martín Guzmán, el principal articulador del acuerdo de reestructuración de 45.000 millones de deuda con el FMI, contraída en la etapa final del Gobierno del liberal Mauricio Macri.

El acuerdo con el FMI, que ya fue aprobado por la Cámara de Diputados y se prevé que se someta a votación en el Senado esta semana, obliga a Argentina a reducir la emisión monetaria y el déficit fiscal, lo que a priori favorecería un freno al rápido aumento de precios. Sin embargo, exige también que el Estado retire los multimillonarios subsidios a la energía y aumente las facturas de gas y electricidad, una medida que seguramente incidirá en la inflación.

"La inflación es el gran problema que tienen los argentinos y las argentinas en este momento y sin ninguna duda es también la principal preocupación y el principal desafío que tiene el Gobierno", admitió el presidente Fernández el pasado 1 de marzo.

Por su parte el periodista Jairo Straccia, del diario El Cronista, ha recordado que el presidente Fernández debe hacer frente a las medidas de ajuste económico, sin tener el aval pleno del peronismo, dado que el ala más radical que controla la familia Kirchner, con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y su hijo Máximo Kirchner, ha cuestionado el acuerdo con el FMI y las cinco medidas principales.

Mientras esa ala radical del peronismo cuestiona medida tales como la baja del déficit, la reducción de la emisión, la devaluación del tipo de cambio acorde a la inflación, la acumulación de reservas y las tasas de interés positivas, que, con parte del acuerdo con el multilateral, otra voz del Gobierno, la de Miguel Pesce, presidente del Banco Central, sostiene que tales medidas deben tomarse en Argentina con o sin aval del FMI.

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