La estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) estaría presionando a varios países de la región para revivir Petrocaribe, el pacto energético creado por Hugo Chávez y hoy extinto, y en torno al cual existen diversas denuncias de corrupción y tráfico de influencias.
De acuerdo con el reporte del servicio de noticias de la empresa Bloomberg, Caracas buscaría que algunos Estados insulares del Caribe negocien los términos de los nuevos envíos en virtud de un acuerdo de Petrocaribe reavivado, según habría dicho un funcionario con conocimiento del asunto cuya identidad el reporte no menciona.
El pacto se abandonó hace cuatro años, cuando Venezuela cayó en lo más profundo de la crisis económica, la producción de crudo disminuyó y los miembros de Petrocaribe acumularon enormes deudas por los envíos. Hoy, Venezuela todavía lucha por proporcionar suficiente combustible a sus propios ciudadanos.
Un primer cargamento de hasta 23.000 barriles de diésel sería entregado a fines de octubre a San Vicente y las Granadinas, según Ralph Gonsalves, el primer ministro de la nación, antiguo aliado político de los líderes socialistas de Venezuela.
Los países estarían trabajando en logística de almacenamiento y en planes para futuros envíos, que pueden incluir desde fertilizantes de urea hasta asfalto, dijo Gonsalves esta semana en un discurso de alcance nacional.
Asimismo, según la fuente que habría hablado con Bloomberg, los acuerdos entre Venezuela y otros Gobiernos de la región aún se están negociando. Caracas estaría buscando que el combustible sea pagado en dólares.
Asimismo, varias naciones del Caribe han hecho un llamando público a Estados Unidos para que alivie las sanciones a Caracas y le permita reanudar su "diplomacia del petróleo barato" en un momento en que la región se ve afectada por los crecientes costos de la energía.
Hugo Chávez logró acuerdos energéticos en toda la región, incluido Petrocaribe, como parte de sus ambiciones de extender su influencia geopolítica utilizando petrodólares.
El país, que cuenta con las mayores reservas probadas del mundo, envió petróleo y productos refinados a 17 países, principalmente del Caribe y Centroamérica, en condiciones preferenciales. Estos pagaron un cierto porcentaje por adelantado y financiaron el resto a 25 años, a menudo pagando en especie, o con la exportación de profesionales, como en el caso de Cuba.
De hecho, La Habana todavía recibe una cuota mensual de combustible en virtud de otros acuerdos firmados por Chávez y Fidel Castro, a cambio de miles de sanitarios, asesores deportivos, de la cultura y militares.
Para 2019, los beneficiarios del petróleo venezolano en virtud de los acuerdos habían acumulado una deuda de casi 6.500 millones, según el economista Francisco Rodríguez, cifra que excluye a Cuba.
Si bien la industria petrolera de Venezuela experimentó un ligero repunte durante el último año, su producción de 670.000 barriles por día (bpd) es una fracción de los aproximadamente 2,5 millones de bpd que bombeaba cuando se lanzó Petrocaribe.
Nicolás Maduro ha prometido en repetidas ocasiones reiniciar el programa, que le dio a Venezuela influencia en organismos regionales e internacionales, como la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA). No obstante, el Gobierno no ha publicado detalles de los términos que buscará.
"Más temprano que tarde, recuperaremos la capacidad de inversión de Petrocaribe para que cumpla su papel histórico como factor de justicia social y estabilidad en América Latina y el Caribe", dijo Maduro este año.
En 2019, #Petrofraude, una investigación impulsada por la Plataforma Periodística para las Américas CONNECTAS, puso al descubierto cómo Petrocaribe se convirtió en la clave del apoyo internacional del régimen de Nicolás Maduro.
De acuerdo con el estudio, llevado a cabo por una alianza de medios de la región, el plan de cooperación regional había "inyectado más de 28.000 millones de dólares en 14 países", pero en la práctica sirvió "para la compra de respaldos diplomáticos".
DIARIO DE CUBA reveló en una investigación propia la existencia de actividades oscuras y nepotismo en el manejo de los envíos de petróleo de Venezuela a Cuba, con la participación del conglomerado empresarial de los militares de la Isla GAESA.