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Venezuela

Argentina restituye relaciones plenas con Maduro y estimula a otros países en esa dirección

El gobernante venezolano recibido con alfombra roja a Oscar Laborde, nuevo embajador argentino en Caracas, identificado con el kirchnerismo.

Caracas
Nicolás Maduro recibe al nuevo embajador argentino en Caracas, Oscar Laborde.
Nicolás Maduro recibe al nuevo embajador argentino en Caracas, Oscar Laborde. Presidencia de Venezuela

El Gobierno de Nicolás Maduro ha recibido con alfombra roja a Oscar Laborde, flamante embajador argentino en Caracas. Su propia llegada a Venezuela, el 22 de julio, fue noticia, lo cual es bastante inusual, y en tiempo récord fue recibido por el mandatario en la ceremonia de presentación de cartas credenciales. Argentina cambió, finalmente, el estatus quo, y optó por la restitución plena de relaciones.

En 2019, tras la irrupción de Juan Guaidó, entonces presidente de la Asamblea Nacional, y el amplio reconocimiento internacional que recibió como "presidente encargado" de Venezuela, las relaciones entre Caracas y Buenos Aires quedaron prácticamente congeladas. Las embajadas quedaron con encargados de negocios.

El presidente de entonces, Mauricio Macri se alineó con la política de "presión máxima" que emanaba en aquel momento desde la Casa Blanca. Eran los tiempos de Donald Trump y, en general, existía la percepción entre muchos países de Occidente de que los días de Maduro en la presidencia de Venezuela estaban contados.

En aquel contexto, Argentina, por ejemplo, le dio estatus de embajadora a una persona designada por Guaidó, aunque no llegó a tomar decisiones drásticas, como Washington, de entregarle la sede de la embajada venezolana a los opositores venezolanos. El peronista Alberto Fernández asumió la presidencia argentina a fines de aquel 2019, y sencillamente optó por dejar en un punto muerto el tema de las relaciones con Venezuela hasta ahora, que ha dado un giro con la tesis de que a Maduro no se le puede aislar.

En esta nueva etapa se inscribe la llegada de Laborde a Caracas y el acto del 25 de julio en el Palacio de Miraflores. Ese día se les dio la bienvenida a varios embajadores recién llegados a Venezuela, pero algunos debieron esperar semanas para ser recibidos por Maduro y estuvieron en actos no personalizados. Las fotos de Laborde y Maduro que difundió la cancillería venezolana denotan una conversación distendida y privada entre ambos.

Oscar Laborde, quien en el pasado militó en el Partido Comunista, desde hace años se identifica públicamente con el kirchnerismo. Su nombre, para lo que será esta delicada gestión diplomática, fue acordado entre Fernández y su vicepresidenta, la dos veces jefa de Estado Cristina Fernández de Kirchner.

Laborde se venía desempeñando como vicepresidente del PARLASUR. Tiene comunicación directa tanto con el presidente Fernández como con CFK, el acrónimo con el que es conocida la poderosa vicepresidenta argentina. La posibilidad de comunicarse con ambos le otorga un raro privilegio al nuevo embajador, dado el clima de tensión que ha venido prevaleciendo entre el mandatario argentino y la ex presidenta. Claramente, es un político en un cargo diplomático.

El presidente Fernández, quien también está al frente de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), ha hecho llamados públicos y contactos privados en aras de que otros países latinoamericanos sigan su ejemplo y restituyan las relaciones plenas con Caracas.

Para defender su decisión, el mandatario argentino incluso ha sostenido que la crisis de derechos humanos en Venezuela, ampliamente documentada incluso por la alta comisionada de la ONU, Michelle Bachelet, se había disipado.

"Para mí el tema derechos humanos no tiene ideología ni bandera. Cuando yo sentí que en Venezuela los derechos humanos estaban en riesgo, pedí que en Naciones Unidas se investigue lo que estaba pasando en derechos humanos. Y gracias a Dios que votamos de ese modo porque las cosas en Venezuela mejoraron muchísimo. Y esas denuncias ya no existen", aseveró Fernández este 30 de junio.

Este mensaje de Fernández, lamentablemente para él, coincidió con una presentación que ese mismo día realizaba en Ginebra la alta comisionada Bachelet, quien, entre otros aspectos que le preocupaban de Venezuela, denunció "las 166 restricciones indebidas del espacio democrático y cívico, incluida la estigmatización, la criminalización y las amenazas contra las voces disidentes", que documentó su equipo de trabajo en territorio venezolano en este 2022.

Según Bachelet, "sigue preocupando el uso de la legislación antiterrorista y contra la delincuencia organizada contra el trabajo de defensores de los derechos humanos y trabajadores de los medios de comunicación. Estas prácticas deben cesar".

La directora en funciones de Human Rights Watch (HRW) para las Américas, Tamara Taraciuk, criticó a Fernández y se preguntó si detrás de su tesis de que la crisis de derechos humanos en Venezuela ya no era tal, prevalecía la ignorancia o la selectividad.

"El presidente Fernández ha dado un giro que apunta a su idea de que debe haber diálogo directo con Maduro, y está haciendo gestiones con varios presidentes de la región para que sigan su ejemplo. La cancillería está enfocada en reactivar de forma plena la CELAC y en su seno es indispensable la presencia venezolana", comenta a DIARIO DE CUBA un diplomático argentino desde Buenos Aires.

Fernández parece tener viento a favor con su tarea de reconstituir una instancia que sea contrapeso a la OEA. Comulga con el interés manifiesto de presidentes como el de México, Andrés Manuel López Obrador, y el de Bolivia, Luis Arce.

Además, jefes de Estado que han optado por el aislamiento de Maduro como táctica para presionar por elecciones libres y democráticas en Venezuela, están ahora de salida. Iván Duque, en Colombia, le entregará la banda presidencial al izquierdista Gustavo Petro este 7 de agosto. El mandatario electo ha anunciado que tendrá relaciones plenas con Venezuela.

En tanto, en Brasil, a escasas semanas de las elecciones presidenciales, las encuestas muestran que difícilmente Jair Bolsonaro sea reelecto y, por el contrario, retratan una clara victoria del dos veces mandatario y referente de la izquierda latinoamericana, Luis Inácio Lula da Silva. Se da por descontado que un nuevo gobierno del fundador del Partido de los Trabajadores restituya los lazos diplomáticos y la cooperación con el régimen de Maduro.

Justamente, en la reunión entre Laborde y Maduro en Caracas se le dio un tono netamente político al acto diplomático, con referencias al fortalecimiento de la "Patria Grande" y a la espera de un triunfo de Lula da Silva en Brasil el 2 de octubre próximo. No se mencionó expresamente a la CELAC, pero esta instancia sin duda podría relanzarse si los tres países con más peso geopolítico de la región — México, Argentina y Brasil— se alinean en esa dirección.

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2 comentarios

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Profile picture for user Pedro Benitez

Ganó la diplomacia; y no a favor de los cubanos exiliados, activistas, etc…..

Pues claro. Si los argentinos idolatran un atorrante subnormal como Maradona, que nunca sirvió para otra cosa que patear una pelota, son capaces de cualquier cosa.