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Chile

La recta final para aprobar la nueva Constitución de Chile arranca en medio del rechazo y desaprobación

El ex presidente Ricardo Lagos considera que el texto va a profundizar la polarización izquierda-derecha en el país.

Brasilia
Manifestación pública en rechazo a la nueva Constitución de Chile, 2021.
Manifestación pública en rechazo a la nueva Constitución de Chile, 2021. Getty Images

Los próximos dos meses serán cruciales en la vida democrática de Chile. Tras definirse un nuevo texto constitucional este debe ser votado por la población el 4 de septiembre. En la recta final de este proceso se combinan el rechazo de los chilenos a la nueva Constitución, según sondeos, junto a la desaprobación que envuelve al recién estrenado Gobierno de Gabriel Boric.

Formalmente el presidente no tiene ningún rol en el proceso constituyente, que comenzó un año atrás como respuesta a la ola de protestas que se registraron a fines de 2019, pero en el caso de Boric ha manifestado abierta simpatía con la mayoría de izquierdas e independientes que le dieron forma a la propuesta de una nueva Constitución. Para que la Carta Magna rija en Chile necesita ser aprobada en plebiscito por una mayoría de la población.

Diversos analistas prevén un clima de crispación política en las próximas ocho semanas. Tras presentarse oficialmente el nuevo texto constitucional, el ex presidente Ricardo Lagos, del Partido Socialista, hizo un llamado a evitar que se lleve a votación un texto que va a profundizar la polarización izquierda-derecha en Chile y recomendó que los constituyentes retomen la discusión y sean incluyentes.

"Chile merece una Constitución que logre consenso. Como ninguno de los dos textos que puedan resultar del plebiscito lo tiene, el desafío político es continuar con el debate constitucional hasta alcanzar una Constitución que interprete a la mayoría", sostuvo Lagos, quien le dio su respaldo a Boric en la campaña electoral.

En caso de que no se apruebe la nueva Carta Magna, en Chile seguiría vigente la Constitución de 1980 aprobada en plena dictadura de Augusto Pinochet y hecha a la medida del poder autoritario de entonces.

El proceso de debate de la nueva Carta Magna, que ha durado prácticamente un año, se caracterizó en diversos momentos por discusiones caóticas y posiciones destempladas. 154 constituyentes debatieron en comisiones y en el pleno hasta conseguir dos tercios de votos para cada uno de los artículos.

Esta mayoría de votos se logró con la izquierda, los independientes y los representantes de pueblos indígenas. Las posiciones conservadoras o de centro quedaron invisibilizadas, por lo general.

Según la reconocida encuestadora Cadem, el rechazo entre los chilenos a la nueva Constitución es del 51%, a dos meses del plebiscito. La opción "Apruebo" se ubica en un 34%, mientras que un 15% se mantiene sin posición.

Analistas prevén que la nueva Constitución no solo debe tener la mayoría de votos para gozar de legitimidad, sino que también debe ser en una jornada electoral con asistencia mayoritaria de los votantes. Se proyecta para el 4 de septiembre una abstención significativa, por la apatía que se viene manifestando entre los ciudadanos hacia la discusión política.

El rechazo que se registra, de entrada, al nuevo texto constitucional, coincide con la desaprobación del 62% de la gestión Gabriel Boric frente a un 33% que lo aprueba. Se trata de un aumento de 15% de rechazo en el último mes, según los estudios propios de esta consultora.

Boric cumplirá cuatro meses en el poder este 11 de julio. La desaprobación es el signo característico de su corta gestión como ya lo reseñara DIARIO DE CUBA. La gran expectativa de cambios que generó la llegada al poder de este joven mandatario, de apenas 36 años, ha estado seguida de una reprobación por lo que se entiende ha sido su falta de resultados.

Para Cristóbal Bellolio, académico de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibañez, pese a que se estuvo ante un proceso constituyente turbulento, se cumplió en tiempo y forma. Sin embargo, más allá de eso se está ante un problema mayúsculo.

"Las izquierdas fueron las que acordaron los artículos y contenidos excluyendo a todas las derechas y de centro, y por lo tanto, es considerada como una Constitución revanchista y eso no contribuye al objetivo de lograr consenso político y social", apunta Bellolio.

Otro aspecto importante que pone de relieve este académico, en un artículo de La Política Online, es el nexo entre la adhesión a la propuesta constitucional y el Gobierno de Boric. El analista asegura que "la gente vincula la opción de Apruebo con el Gobierno y el declive en su adhesión se acopla al Rechazo a la nueva Carta Magna. El problema es que no sabemos qué va a pasar con el Gobierno en los próximos meses".

El académico chileno Patricio Navia, de la Universidad de Nueva York, confirma a DIARIO DE CUBA las aprehensiones que tuvo desde el inicio con este proceso constituyente. "El proceso estuvo siempre mal diseñado", ratifica.

"He dicho y repito que la nueva Constitución va a ser un arbolito de pascua (navidad), llena de derechos sociales impagables y contradicciones que se judicializarán después de 2022. Terminaremos con un déficit fiscal inmanejable y decepción popular", sostuvo Navia en un debate público hace exactamente un año.

Para Bellolio el nuevo texto constitucional "avanza en un Estado solidario y subsidiario que no sabemos cómo se va a pagar". A su juicio, es una Carta Magna "muy latinoamericana, se promete mucho, pero muchas de esas declaraciones son más líricas que prácticas”.

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1 comentario

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Si Chile se hunde, es solamente porque los chilenos se lo buscaron, y no hay excusa. Ya el perro socialista los había mordido, y si no aprendieron y escarmentaron es porque no quisieron.