Juan Guaidó ha cumplido tres años como "presidente interino" de Venezuela, una figura con un reconocimiento disminuido en la comunidad internacional, tras la recuperación del chavismo de la Asamblea Nacional, en 2021. Hasta ahora el joven dirigente opositor evitaba hacerse responsable de las sanciones de EEUU contra el régimen de Nicolás Maduro, pero eso ha cambiado.
Enero de 2019: apenas Guaidó se proclamó como mandatario interino, cuando ocupaba la presidencia del Parlamento y este era el único poder legítimo según un gran número de países occidentales, vinieron dos decisiones de Washington. Por un lado, el Gobierno de Donald Trump le dio un reconocimiento inmediato a Guaidó y acto seguido se dictaron sanciones para afectar las operaciones financieras y comerciales de Petróleos de Venezuela (PDVSA).
La Casa Blanca, en aquel enero de hace tres años, ejercía la política llamada de "presión máxima" para provocar un quiebre en el régimen y que esto abriera paso a una transición democrática. Esta medida contra PDVSA ha sido la excepción, ya que casi la totalidad de sanciones de EEUU, Canadá y la Unión Europea están dirigidas contra personeros del chavismo, señalados bien sea de corrupción o de violaciones a los derechos humanos.
En general, los actores de la oposición democrática no asumían tener un control sobre las sanciones, que aseguraban dependían de las decisiones exclusivamente de Washington. El pasado 27 de enero, en una entrevista con la agencia estadounidense Bloomberg, se manifestó el golpe de timón. Guaidó aseguró que la opción de aliviar sanciones está "sobre la mesa" y que esto incluso podría concretarse antes de retomar un diálogo entre Gobierno y oposición en México.
Guaidó y otros líderes opositores estarían pidiendo a Washington que flexibilice las sanciones contra el chavismo, en aras de descongelar el diálogo político en México, que se paralizó por más de tres meses, sin que el régimen de Maduro haya demostrado interés o urgencia en volver a la mesa.
Maduro y otros altos voceros desde Caracas han planteado que solo volverán a las conversaciones en México si se concreta la liberación del empresario Alex Saab, quien tras un largo proceso en Cabo Verde finalmente fue extraditado a EEUU. Sobre Saab pesan diversas acusaciones en Ecuador, Venezuela, Colombia y EEUU por presuntamente lavar dinero proveniente de la corrupción chavista.
"No hay ninguna posibilidad de que el Gobierno de Joe Biden intervenga ante un proceso que lleva el sistema judicial. El chavismo hace una exigencia imposible de cumplir para evitar sentarse a negociar sin dar un portazo del todo", comenta a DIARIO DE CUBA un veterano diplomático sudamericano.
Entre voceros opositores, públicamente, se reaccionó con cautela a lo planteado por Guaidó. Los políticos opositores no quieren hablar de "flexibilización" porque no les parece un término adecuado, sino de un "levantamiento progresivo" que sea fruto de la dinámica de las conversaciones en un marco compartido de garantías.
Sin embargo, "ha ocurrido un giro notable, meses atrás se planteaba que las sanciones deberían mantenerse hasta lograr una nueva elección presidencial, libre y justa; ahora hay un reconocimiento de factor de que Maduro seguirá en el poder, al menos hasta 2024, y que la tarea prioritaria es negociar las condiciones para ir a unas elecciones presidenciales dentro de dos años", explica el diplomático sobre el cambio en el discurso de Guaidó.
Los diálogos en México entre las delegaciones de Maduro y los factores de oposición se iniciaron formalmente el 13 de agosto pasado con la firma de un memorando de entendimiento. El Reino de Noruega facilitaba el proceso, que también contaba con el acompañamiento de Rusia y Países Bajos. Solamente se alcanzaron dos rondas, la tercera en octubre fue abortada por el chavismo tras la extradición de Saab.
"Es hora de que las sanciones petroleras contra Venezuela lleguen a su fin. Lejos de perjudicar a Maduro, no han hecho más que dañar a nuestra economía y hacernos más dependientes de China y Rusia. Fueron una mala idea que nunca debió haber sido considerada", opina el economista Francisco Rodríguez, quien ha estudiado el efecto económico y social de las medidas de Washington, que por otro lado no han logrado su objetivo central: desalojar al chavismo del poder.
"Las sanciones personales en casos donde hay evidencia de corrupción y violaciones de derechos humanos deben mantenerse hasta que en Venezuela exista un Poder Judicial imparcial y autónomo", comenta Rodríguez a DIARIO DE CUBA.
Aunque Rodríguez, como buena parte de los estudiosos venezolanos del petróleo, asevera que el desplome de PDVSA antecede a las sanciones por el mal manejo que hizo el chavismo de la estatal petrolera, recalca que según sus indagaciones casi 800.000 barriles diarios de merma actual en la producción de crudo se explican por las sanciones de EEUU.
Toda esta discusión, por otro lado, tiene lugar en un momento en el que por la vía de los hechos Venezuela con apoyo de Irán y la tácita aceptación de EEUU, ha logrado recuperar paulatinamente su producción petrolera, tal como lo ha reseñado DIARIO DE CUBA.
Un reporte independiente de la agencia Reuters, difundido este 31 de enero, señala que en el primer mes de este 2022 la producción promedio de gasolina estuvo en torno a los 160.000 barriles diarios, una cifra que parece suficiente para satisfacer la demanda interna y al mismo tiempo representa un aumento de casi 100% en comparación con los 82.000 barriles diarios que se produjeron en diciembre de 2021.
Un "flotante" en LetrinoAmérica ....
Guaidó fue un globo que se desinfló rápido. No quedó ni el cordelito.
Me entere de buena tinta que es primo de Yunior.
Guaidó fue un globo que se desinfló rápido. No quedó ni el cordelito.
Lo compraron.