Las cartas están echadas en Nicaragua. La actual pareja presidencial formada por el mandatario Daniel Ortega, junto a su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, difícilmente saldrán derrotados en las urnas el venidero 7 de noviembre, pero dado el conjunto de irregularidades y abusos que han acompañado a este proceso electoral el nuevo Gobierno no gozará de legitimidad.
Este miércoles 27 desde México un conjunto de cuatro organismos especializados en elecciones y política regional adelantaron que, de confirmarse el escenario previsto, Ortega y Murillo no tendrán contrincantes (todos los opositores están detenidos) pero su victoria no le garantizará gobernabilidad a Nicaragua. EEUU y la Unión Europea, por ejemplo, ya han adelantado que no le darán reconocimiento al Gobierno que emerja de las urnas.
El Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional), el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello, el Observatorio Ciudadano Urnas Abiertas y la sección de América Latina del Woodrow Wilson Center, documentaron en un informe el conjunto de irregularidades que le niegan a los nicaragüenses unas elecciones transparentes y equitativas.
El informe se ha titulado "Nicaragua Elecciones 2021: un plan doloso para acabar con la democracia". El documento enumera, entre otras irregularidades ocurridas en el último año, la manipulación por parte del Consejo Supremo Electoral, sumiso del Gobierno, de los registros de votación; la exclusión de candidatos opositores que fueron sencillamente encarcelados; el despojo de la personería jurídica a los únicos dos partidos de oposición; así como el uso ilegal de recursos estatales con fines proselitistas y la ausencia generalizada de derechos y libertades fundamentales.
"La comunidad internacional debe desconocer estas elecciones e ignorar sus resultados. El régimen autoritario ha manipulado la institucionalidad y las prácticas democráticas y ha violentado gravemente los derechos humanos del pueblo nicaragüense", comentó a DIARIO DE CUBA el director para América Latina de Idea Internacional, Daniel Zovatto.
Para las cuatro organizaciones que elaboraron el informe y que han llamado la atención de la comunidad internacional, el mejor escenario sería que el Gobierno de Ortega suspenda la realización de estas elecciones y, con asesoría internacional, reestablezca un conjunto de condiciones mínimas para darle legitimidad a la votación, que debería realizarse con posterioridad.
Sin embargo, varios periodistas residentes en Managua, sondeados por DIARIO DE CUBA, descartan que el régimen sandinista vaya a dejar sin efecto el escenario que justamente ha construido a lo largo de los últimos meses: concurrir a unas elecciones sin contrincantes y teniendo al árbitro electoral de su lado.
Así las cosas, el 7 de noviembre la votación favorecerá a Ortega y Murillo, quienes están en el poder desde 2007.
"El régimen autoritario de Ortega-Murillo en su ambición por perpetuarse indefinidamente en el poder ha despojado de toda integridad al sistema y al proceso electoral", sostuvo Zovatto.
Ortega, quien fue una emblemática figura de la Revolución Sandinista también estuvo al frente del Gobierno revolucionario entre 1985 y 1990. En la actualidad, sin el halo romántico de décadas atrás, se mantiene en el poder por la fuerza.
La más reciente encuesta de la firma Gallup dejó en evidencia que si las elecciones en Nicaragua fueran entre Daniel Ortega y alguno de los siete aspirantes que han sido apresados por el régimen, el mandatario sandinista solo obtendría un 19% de los votos frente a un 65% opositor, mientras otro 16% de los consultados se mostraron indecisos.
De acuerdo con el portal informativo Confidencial, dirigido por el laureado periodista Carlos Fernando Chamorro, en Nicaragua existen más de 150 presos políticos. 40 de ellos son líderes cívicos, políticos y empresarios apresados en los últimos cinco meses.
Un conjunto de líderes sociales y políticos consultados por Confidencial, a propósito del escenario pos-electoral, coincidieron en señalar que la democracia tendrá acta de defunción el 7 de noviembre con estas votaciones, y que el desafío que enfrentan es rearticular el movimiento cívico para un país en el que no habrá libertades y aumentará la represión, según sus pronósticos.
Ah, verdaderas joyas letrinamericanas. Ni mandadas a hacer pudieran superar tal nivel de atorrancia. Y todavía algunos se preguntan por qué los "latinos" nunca salen del hueco o siempren vuelven al mismo.