El magnate de los medios hongkoneses y fundador del diario crítico con Pekín Apple Daily, Jimmy Lai, fue detenido este lunes en su casa de Hong Kong por "conspiración extranjera" y "empleo de palabras sediciosas", informaron en las redes sociales sus más estrechos colaboradores.
Lai fue arrestado por agentes de la nueva unidad de Policía creada para aplicar la Ley de Seguridad Nacional aprobada por Pekín el pasado junio, informó la agencia de prensa EFE.
El diario hongkonés South China Morning Post señaló que el magnate fue arrestado por presuntamente violar esa ley de seguridad, aprobada por la Asamblea Nacional Popular (ANP) y criticada por el movimiento prodemocrático, que considera que podría acabar con las libertades en la excolonia británica.
Según esta fuente, se prevé que otras diez personas sean detenidas hoy, en lo que sería la tercera serie de arrestos desde la entrada en vigor de la ley el pasado 30 de junio. Otros medios locales indicaron que siete personas han sido detenidas ya durante este lunes por contravenir la referida legislación.
Lai, nacido en la ciudad meridional china de Cantón, inició su fortuna en la industria textil y más tarde se introdujo en el sector de los medios de comunicación y fundó el Apple Daily, conocido por sus posiciones críticas con Pekín y en apoyo del movimiento prodemocrático hongkonés.
Cuando a principios de este año fue acusado por su participación en las manifestaciones de protesta de 2019 en la ciudad, los medios oficiales chinos le calificaron de "la mente en la sombra de los disturbios".
El 30 de junio, cuando entró en vigor la ley de seguridad nacional, Lai consideró que la nueva normativa era "la sentencia de muerte para Hong Kong" y dijo estar "preparado para ir a la cárcel".
Hong Kong dispone de un alto grado de autonomía desde que volvió a la soberanía china de manos británicas en 1997 y sus ciudadanos gozan de derechos como la libertad de expresión y prensa, impensables en la China continental.
La ley de seguridad nacional establece penas de hasta cadena perpetua para los delitos de secesión, subversión, terrorismo o "confabulación con fuerzas extranjeras".
El movimiento prodemocrático hongkonés considera que la normativa posibilitará el castigo a la disidencia y reducirá la autonomía y las libertades del territorio, mientras que Pekín afirma que devolverá la estabilidad a la ciudad tras los disturbios de 2019.