Manifestantes opositores a Evo Morales en Bolivia derribaron en la noche de este lunes una estatua del fallecido exmandatario venezolano Hugo Chávez, en la localidad de Riberalta, pueblo de la Amazonía ubicado a 650 kilómetros al noreste de La Paz, informó el sitio Infobae.
El grupo, que acusó de fraude electoral al presidente boliviano tras los comicios del domingo pasado, ató una soga al cuello del monumento, le cortaron los pies con sierras eléctricas y machetazos, y luego tiraron de él hasta caer.
La figura fue inaugurada en 2013 por Morales. Algunos de los indignados se subieron sobre ella y entre cánticos de protesta alzaron la bandera de Bolivia.
Los manifestantes están enfurecidos luego de que el Tribunal Superior Electoral (TSE) de Bolivia reanudara en la noche del lunes la difusión de los datos del escrutinio, 24 horas después de su primer y único parte que anunciaba que habría balotaje.
Con el 95,33% de las actas verificadas, Morales amplió su ventaja llegando al 46,86% y Carlos Mesa se ubicó segundo con 36,72%. Así, al obtener una ventaja de más de diez puntos sobre su rival, el actual presidente obtendría su reelección en primera vuelta.
En la tarde del lunes frente al hotel Radisson Plaza de La Paz, donde se encuentra la sede de cómputo del Poder Electoral, se congregaron manifestantes opositores y partidarios de Morales, mientras se demoraba la difusión de los resultados de las elecciones presidenciales de este domingo.
Frente al centro de escrutinio regional de Santa Cruz de la Sierra se congregó otra multitud también para reclamar la celeridad en la información de los resultados finales de los comicios.
Tras la suspensión del conteo provisorio de datos, el líder opositor Carlos Mesa había llamado a sus simpatizantes a "una vigilia" en todas las ciudades del país para cuidar los votos que lo estaban colocando en un balotaje junto a Morales.
Tanto Mesa como la misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) solicitaron explicación al TSE por la suspensión temporal del escrutinio, pero no obtuvieron respuesta.
Mesa advirtió que podían alterarse los resultados y exigió que "no fuera burlado" el escrutinio.
Morales, en tanto, al hablar el domingo por la noche, se mostraba confiado en que con los votos que faltaban por contabilizar, superaría el 50% y ganaría en primera vuelta.