El presidente Evo Morales perdió hegemonía política tras casi 14 años en el poder a pesar de perfilarse como ganador en la primera vuelta de las elecciones más reñidas de los últimos tiempos en Bolivia.
Según reportó la agencia AP, el conteo preliminar oficial se paralizó poco antes de las ocho de la noche. Muchos anticipan un balotaje en diciembre, en una fecha aún sin definir, de acuerdo con los cómputos adelantados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) tras la votación del domingo, en la que también se eligió a los representantes del poder legislativo.
Los resultados publicados por el TSE colocaban a Morales —al frente del partido Movimiento al Socialismo (MAS)— a la cabeza del cómputo con 45,28% de los votos frente al 38.16% de su rival más cercano, el expresidente Carlos Mesa (2003-2005), de la alianza de centro Comunidad Ciudadana (CC).
Para ganar en primera vuelta, un candidato debe obtener el 50% más un voto o ganar con al menos 40% de los sufragios, pero con una diferencia de diez puntos porcentuales frente al segundo lugar.
La jornada se desarrolló con tranquilidad, pero la interrupción del conteo despertó algunas sospechas. La misión de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) solicitó explicaciones y que el "proceso de publicación de los datos del cómputo se desarrolle de manera fluida".
La presidenta del Tribunal Supremo Electoral, María Eugenia Choque, atribuyó el parón en el conteo preliminar a que se había iniciado "el cómputo oficial de los tribunales regionales" y tenían que "abocarse a ellos también, si no tuvieran dos cómputos”.
Además, calificó de positivo que el Tribunal hubiera llegado a un 83% de conteo rápido. El TSE tiene un plazo de siete días para anunciar los resultados finales.
Aunque al paso de las horas el escenario no era definitivo, Morales se declaró ganador. Desde la casa de Gobierno dijo: "el pueblo nuevamente se ha impuesto. No estamos solos, por eso hemos ganado otra vez".
Sin embargo, incluso si el mandatario venciera en segunda vuelta, la fuerza de su Gobierno se vería disminuida en el Congreso, pues no conservaría los dos tercios que mantiene ahora, lo que hasta la fecha le había permitido gobernar sin contratiempos.
Mesa, por su parte, anunció que una segunda vuelta es inevitable y llamó a sus bases a cerrar filas para un "triunfo definitivo" en diciembre.
Mesa es un periodista e historiador de 66 años que como vicepresidente ascendió al primer puesto de la nación cuando su predecesor renunció en 2003 en medio de protestas generalizadas.
En su largo gobierno, Morales garantizó estabilidad política y económica con tasas de crecimiento promedio anual por encima del 4% durante diez años y redujo la pobreza, pero los escándalos corrupción y su afán de reelegirse pasando por alto un referendo que en 2016 le negó esa posibilidad, deterioran su apoyo, según los analistas.
La del domingo fue la votación más baja del mandatario desde 2005 cuando llegó al Gobierno.