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Economía

¿Por qué el régimen de Cuba persiste en sus errores económicos?: dos expertos lo explican

Pedro Monreal y Mauricio de Miranda analizan los resultados de la economía de la Isla en 2024 presentados por las autoridades en las últimas horas.

Madrid
Un cubano muestra la suela rota de su zapato, otro ejemplo de la precariedad que se profundiza en la Isla.
Un cubano muestra la suela rota de su zapato, otro ejemplo de la precariedad que se profundiza en la Isla. DIARIO DE CUBA

El ministro de Economía y Planificación de Cuba, Joaquín Alonso Vázquez, anunció el miércoles 18 de diciembre que el Gobierno proyecta un crecimiento del 1% del Producto Interno Bruto (PIB) para 2025, pero la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) acaba de pronosticar que ese índice caerá un 0,1% en igual periodo, dejando a la Isla solo por delante de Haití (-0,5%) en la región.

Ante esta realidad, que pone en entredicho la reiteración de promesas de mejoría que cada diciembre hacen las autoridades, dos economistas cubanos ofrecieron sus análisis críticos.

Por un lado, Pedro Monreal dedica en X una amplia revisión al informe de Gobierno presentado por el primer ministro Manuel Marrero a la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) el lunes último. Para el experto, "con independencia de lo que se diga y de lo que se haya hecho, en 2024 no se avanzó en reimpulsar la economía ni en la estabilización macroeconómica de Cuba. Hay estanflación y continúa deteriorándose el nivel de vida de los hogares".

Monreal señala que, atendiendo a los números con los que se cuenta hasta ahora, la economía no puede haberse reimpulsado "si esta ha decrecido en cuatro de los últimos seis años y si el valor a precios constantes del PIB en 2024 fue inferior al de 2019 y se han experimentado los efectos de un sistema electroenergético disfuncional".

Otros síntomas de que el supuesto reimpulso es imposible son, según el economista, que "se reconoce que se estropeó la 'locomotora' turística debido a que 'perdió competitividad' y no parece que exista a la vista otra actividad líder que la reemplace", o a que el déficit presupuestario en 2024 "se mantuvo en el rango del diez al 12% del PIB que ha existido en los últimos cuatro años, un nivel que lo hace el segundo mayor déficit fiscal del mundo".

"No puede haber macroestabilización si el Banco Central de Cuba 'cubre' con emisión monetaria un déficit fiscal muy alto, a pesar de que esa liquidez monetaria no cuenta con respaldo de oferta de la economía real. No es posible hablar de estabilización macroeconómica con inflación oficial de dos dígitos. En octubre de 2024 el índice general de precios al consumidor había registrado un aumento interanual de 28% y el índice del precio de los alimentos había crecido 33,3%", añade.

Para Monreal, tampoco se "justifica decir que se avanza en la estabilización macroeconómica cuando las tasas oficiales de cambio (1x24 y 1x120) están sobrevaluadas". 

Advierte el economista que el que se haya "registrado una compresión rápida y brutal del porciento que representa la remuneración a trabajadores, pasando de 46,3% del PIB en 2020 al 18,8% en 2023" exhibe la falsedad expresada por Marrero de que el Gobierno sigue "la premisa de no hacer nada que pueda afectar más el nivel de vida de la población".

"Asumir que esencialmente la regulación de los precios agropecuarios no es una función del mercado, sino que es 'facultad' de burocracias locales, revela una propensión voluntarista de la gestión pública que no es validada por la propia experiencia del país", señala.

También advierte que "es una notoria incongruencia que se declare en un mismo discurso que funcionarán 'esquemas de dolarización parcial' en determinadas actividades, al mismo tiempo que se afirma que 'se ratifica la política del Gobierno de avanzar en la desdolarización de la economía'".

Sobre la anunciada para 2025 intervención del mercado informal de divisas, apunta Monreal que "roza la superchería económica pensar que puede pasarse a alguna variante de régimen cambiario flexible (todavía no aclarada) y que esta funcione adecuadamente sin haberse alcanzado primero la estabilización macroeconómica".

"Se desacredita el relato oficial de que la empresa estatal es 'el actor primordial de la economía cubana' cuando se pospone por enésima vez la aprobación de la Ley de Empresas, inicialmente prevista para julio de 2022, y ahora se anuncia que sería en diciembre de 2025".

Y, finalmente, apunta que "se menosprecia el sentido común de las personas cuando, en ausencia de una autocrítica gubernamental equilibrada y detallada, se suelta aquello de que 'si bien se muestran resultados, no se ha avanzado lo necesario'".

Por su parte el economista cubano Mauricio de Miranda Parrondo, en un texto titulado "Empecinamiento y modelo económico y político fallido", aparecido en el Laboratorio de Ideas CubaxCuba, enfatizó que "quienes gobiernan Cuba se empecinan en un modelo económico y político fallido en el que —a contrapelo de la filosofía marxista que supuestamente sustenta la ideología del partido único— se pretende acomodar las realidades a las ideas que ellos tienen sobre lo que es, o debe ser, la sociedad".

Para el experto, esta capacidad para ignorar la realidad no puede ocultar que "nuestra sociedad es cada vez más pobre, y eso es responsabilidad, en primer lugar, de quienes con sus políticas económicas han conducido a la profundización del subdesarrollo y la precarización de la vida de los cubanos". 

"Los que dirigen el partido único gobernante y el Gobierno, y los que tienen la responsabilidad de legislar, parecen empecinados en que las relaciones económicas y sociales se ajusten a una determinada visión ideológica, por demás fracasada. Continúan apegados a una serie de dogmas que, lejos de contribuir al desarrollo de las fuerzas productivas, las frenan".

Para De Miranda, aunque Díaz-Canel asegure que el régimen no lanzó en 2024 una ofensiva contra las formas no estatales de la economía, es palpable que "sí se trata de un nuevo episodio en la cruzada contra el naciente y ya muy restringido sector privado de la economía, que les obliga a pagar los peajes de una relación desigual con entidades estatales que, ante su incapacidad, parece que únicamente pueden subsistir si asumen las posiciones de 'captadores de rentas', típicas de instituciones extractivas que profundizan el subdesarrollo".

"En Cuba estamos asistiendo a un retroceso sistemático del nivel de bienestar de la población, que afronta una vida cada vez más precaria y empobrecida. En nuestro país no se han producido reformas profundas y sistémicas. Los gobernantes se empecinan en mantener, a toda costa, el modelo de economía centralizada, aderezado con espacios de economía privada en los que se privilegia el 'enchufe' con vínculos corruptos de diverso tipo, mientras la mayor parte de ellos se enfrenta a mecanismos de control asfixiante y ahora nuevamente a someterse a los peajes impuestos por el Estado rentista, convertido en intermediario obligatorio en los mercados mayoristas", señala.

"¿Puede hablarse de avances en la estabilización macroeconómica con incremento de 28,09% del índice interanual de precios al consumidor entre octubre de 2023 y el mismo mes de 2024, según cifras de la ONEI? (...) ¿Pueden reconocerse avances en la estabilización macroeconómica con un déficit fiscal que representa el 23,44% de los ingresos y un 18,98% de los gastos del presupuesto?", interroga.

"Sin embargo, lo que está detrás de los vaivenes pendulares que caracterizan a la política económica desde hace décadas, es la renuencia de la clase burocrática a ceder los más mínimos espacios de poder", enfatiza.

Como ha insistido en otras ocasiones el economista, el origen de la grave crisis cubana es la persistencia de las autoridades en un "modelo de administración centralizada de la economía. (...) Claro está, nada de eso podrá modificarse si no se asume, de una vez y por todas, que el modelo económico en cuestión es empobrecedor y profundiza el subdesarrollo del país". 

"Pero, si a pesar de toda la evidencia histórica el mismo no ha sido cambiado, es porque la dirigencia se empecina en dicho modelo, pues es precisamente el que le asegura a la clase burocrática el control sobre el poder", finaliza.

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