El suministro de petróleo de Venezuela a Cuba cayó en septiembre a unos 22.000 barriles diarios (bpd), en un periodo en que las exportaciones de la estatal PDVSA retrocedieron. Lo anterior explica en parte la grave escasez de combustible que está generando el agravamiento de la crisis eléctrica que vive la Isla, y que se ha profundizado durante la última semana.
Tales números contrastan con el promedio de junio, del orden de los 33.700 bpd, que estuvo por debajo de las cifras de mayo y fue similar a las de febrero y marzo de 2024. La cifra de septiembre podría ser la más baja del último año y supone una caída estrepitosa frente a los 55-57.000 bpd de promedio mensual que enviaba Venezuela durante 2023.
Jorge Piñón, director del Programa de Energía para Latinoamérica y el Caribe de la Universidad de Texas, indicó a DIARIO DE CUBA que en el periodo entre el 25 de agosto y el 19 de septiembre últimos la Isla apenas recibió cargamentos de combustible.
"Cuba no está recibiendo el suficiente petróleo para cubrir su déficit", aseguró.
Piñón especula que la situación de "cuellos de botella" para la descarga de buques con cargamentos destinados a la Isla puede deberse a dificultades con "líneas de crédito o efectivo para comprar spot en los mercados internacionales". Es decir, La Habana no tendría dinero para pagar por sus compras y las empresas estarían renuentes a descargar el combustible sin un depósito bancario.
Asimismo, podrían existir "problemas técnicos en las refinerías, lo que no les permite procesar petróleo crudo", así como menos envíos por parte de los tres principales socios políticos y tablas de salvación de los últimos años: México, Venezuela y Rusia. En el caso de Venezuela, La Habana no paga directamente por el suministro.
De acuerdo con datos de PDVSA y de monitoreo de buques citados por Reuters, las exportaciones venezolanas de crudo y combustible descendieron casi un 9% el mes pasado luego de los dos grandes apagones que afectaron a ese país y roturas en los equipamientos de los mejoradores de crudo de la empresa estatal.
La interrupción del servicio eléctrico obligó a suspender las operaciones de las refinerías, las terminales petroleras y los cuatro mejoradores de crudo que procesan el petróleo extrapesado de la Faja del Orinoco hasta inicios de septiembre.
Pero una segunda interrupción días después y el mal funcionamiento de los equipos inutilizaron tres actualizadores durante varios jornadas, mostraron los documentos de PDVSA.
Como resultado, 42 embarcaciones zarparon de aguas venezolanas en septiembre, transportando un promedio de 842.600 bpd de crudo y combustible y 267.000 toneladas métricas de subproductos petroleros y petroquímicos.
Esas cifras estuvieron por debajo de los niveles de agosto, pero por encima de lo exportado en el mismo período de 2023. PDVSA y sus empresas conjuntas embarcaron 925.000 bpd de crudo y combustible en agosto, la cifra mensual más alta desde principios de 2020.
Los envíos a Asia lideraron las exportaciones de septiembre, con 510.000 bpd, seguidos por cargamentos a Estados Unidos, que recibió unos 212.000 bpd de crudo enviados por Chevron. Las exportaciones a Europa para la española Repsol subieron a 97.000 bpd.
Las exportaciones a América del Norte y Europa han aumentado este año en virtud de autorizaciones individuales otorgadas por el Departamento del Tesoro de EEUU a empresas energéticas como Chevron, Repsol y Eni.
Caracas también ha tratado de mantener estables los envíos a China, con una gran parte de las exportaciones pasando por Malasia para transferencias de barco a barco, según mostraron los datos de seguimiento de buques.
Venezuela también importó 67.000 bpd de combustible y diluyentes en septiembre, por debajo de los 90.000 bpd de agosto.
Se necesitan 10 piñones más para entender el complicado engranaje que mantiene funcionando a este hiper ineficiente sistema económico cubano.