¿Se cansaron los benefactores petroleros de La Habana de fiar y regalar?

La enésima crisis de apagones que viven los cubanos en los últimos tres años se debe por estos días a la baja disponibilidad de combustible para la generación eléctrica, aseguró esta semana el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, reafirmando una explicación en la que han insistido los funcionarios oficiales.

El ministro trató de ofrecer una solución cuando aludió a los presuntos "sacrificios financieros" que hace el Gobierno para pagar por cargamentos que ya se encuentran en puerto a la espera de su descarga.

"El combustible está en puertos cubanos sobre los barcos y habrá una solución para su descarga. En un 'sacrificio financiero del país' se planifica su descarga entre este miércoles y el jueves. Se pagan semanalmente montos elevados de dinero", dijo.

El funcionario añadió que, en las actuales condiciones de lo que denominó "economía restringida en Cuba", se consumen diariamente 3.000 toneladas de hidrocarburos, por lo que un barco de 20.000 toneladas alcanza para una semana.

"Se precisan dos o tres barcos durante siete días para abastecer diésel, gasolina, gas licuado, fuel oil y turbocombustible", añadió. 

Después que la estatal Unión Eléctrica (UNE) reportara 1.514MW de déficit de generación durante la noche del jueves 19 de septiembre, la cifra más alta desde mayo pasado, Argelio Abad, viceministro primero de Energía y Minas, dijo a la televisión cubana que ya "se logró hacer efectivo el pago en la cuenta del proveedor" de un buque cisterna, cuyo combustible sería destinado a la generación distribuida, que apoya a las termoeléctricas.

Pero, ¿ha disminuido tanto el arribo regular de tanqueros desde México y Venezuela, los mayores proveedores de petróleo de la Isla, como para provocar una escasez tan aguda? ¿Algo ha cambiado en la relación entre La Habana y sus suministradores regulares de combustible?

De acuerdo con las páginas de seguimiento de tráfico marítimo, en este momento el tanquero Delsa, propiedad del conglomerado empresarial de los militares cubanos, GAESA, se encuentra en la bahía de Nipe, en Holguín, presuntamente descargando petróleo crudo, que habría cargado en México.

El Vilma, también de GAESA y que recién cargó en México, está en la bahía de Cienfuegos, mientras que el Prímula, que opera para La Habana con bandera de Belice, se encuentra en el puerto de Pastelillo, al norte de Camagüey. 

Otro buque petroquímico propiedad de los militares, el Alicia, estuvo en La Habana y viaja hacia Nuevitas con petróleo cargado en Venezuela. Este es el único cargamento en un mes procedente del principal suministrador de crudo de La Habana en los últimos años.

La disminución de los envíos de Caracas a su aliado político no es noticia. No obstante, esa caída parece haberse acentuado justo cuando las exportaciones petroleras de Venezuela alcanzaron en agosto su mayor nivel en más de cuatro años, impulsadas por una expansión de los envíos hacia China, Estados Unidos y Europa, que aportan ingresos que el chavismo necesita para enfrentar los oscuros tiempos que podrían sobrevenir tras el fraude electoral de Nicolás Maduro y la probable reimposición de sanciones internacionales a la industria petrolera local.

Aparte de lo anterior, en el puerto de Matanzas están el María Cristina, otro barco de GAESA, y el Marlin Azurite, un buque petroquímico que navega con bandera de Islas Marshall. Este último podría ser el cargamento que, según el viceministro Abad, fue pagado y comenzó a descargar.

Jorge Piñón, director del Programa de Energía para Latinoamérica y el Caribe de la Universidad de Texas, indicó a DIARIO DE CUBA que en el periodo entre el 25 de agosto y el 19 de septiembre últimos la Isla apenas recibió cargamentos de combustible.

"Cuba no está recibiendo el suficiente petróleo para cubrir su déficit", aseguró. Precisó el experto que, además de los anteriormente mencionados, un buque pequeño llevó gas licuado de petróleo a Moa en días pasados.

Según Piñón, el cargamento de diésel que lleva el Marlin Azurite "parece una compra spot que cargó en Amberes, Bélgica, y llegó a Cuba en agosto". O sea, el problema de pago de esa carga habría tomado casi un mes para resolverse.

Aparte de lo anterior, hay "un pequeño tanquero de Kaliningrado, en el mar Báltico, el PVT Clara, que va rumbo a La Habana", indicó. Estaría llegando el 2 de octubre.

Del panorama descrito se desprende que el alivio para los apagones que supondrá la descarga del diésel en Matanzas será breve.

Piñón especula que la situación de "cuellos de botella" para la descarga de buques con cargamentos destinados a la Isla puede deberse a dificultades con "líneas de crédito o efectivo para comprar spot en los mercados internacionales". Es decir, La Habana no tendría dinero para pagar por sus compras y las empresas estarían renuentes a descargar el combustible sin un depósito bancario.  

Asimismo, podrían existir "problemas técnicos en las refinerías, lo que no les permite procesar petróleo crudo", así como menos envíos por parte de los tres principales socios políticos y tablas de salvación de los últimos años: México, Venezuela y Rusia.

Para el viernes 20 de septiembre, la UNE estimó un déficit de generación máximo de 1.070, mucho menor que los 1.505MW del jueves, pero que implica que más del 30% de la Isla estará en apagón en el horario del pico eléctrico.