Con el mayor déficit presupuestario del mundo para 2024, el Gobierno de Cuba se centra en poner "orden y disciplina" a las MIPYMES en vez de centrarse en qué hizo mal al respecto.
Un cálculo preliminar indica que, medido como porciento del PIB, el déficit presupuestario planificado en Cuba para 2024 es el mayor del mundo, con un nivel de 15,4%, reveló el economista Pedro Monreal en un hilo en X, donde además alertó de que "incluso una eventual reducción moderada mantendría un desequilibro macroeconómico extremo".
De acuerdo con datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), Cuba aparece con cifras por encima de las reportadas para Ucrania (13,7% y sometida a la guerra de Rusia), Egipto (10,9) y Zimbabue (9,9).
"El déficit actualizado en la sesión del Parlamento cubano, inferior en aproximadamente 25 mil millones a la proyección para 2024 informada en diciembre de 2023, habría reducido el porciento que representa el déficit en el PIB respecto al estimado inicial (18,5%), pero sigue siendo colosal", señaló.
La dinámica de ingresos y gastos presupuestarios parece indicar el limitado impacto que han tenido los incrementos tributarios como porciento del PIB porque los gastos también aumentan y se mantiene alta la brecha, consideró.
"Es necesario un crecimiento mayor del PIB que no parece factible", resumió.
El Ministerio de Finanzas y Precios dijo en la Asamblea Nacional que la ejecución presupuestaria de 2023 estuvo caracterizada por la ralentización de la economía, los desequilibrios financieros, la elevada inflación y el incumplimiento de los ingresos planificados, que atribuyó al aplazamiento de medidas tributarias concebidas para aumentar los ingresos fiscales y al chivo expiatorio preferido del régimen, el embargo.
En la sesión plenaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el titular, Vladimir Regueiro Ale, culpó del desbocado déficit fiscal en Cuba a que el Gobierno no cobró lo que esperaba por los servicios médicos que exporta. Por este motivo dejó de ingresar alrededor de 63.939 millones de pesos, publicó el portal oficial Cubadebate.
En otro hilo en la X, Monreal opinó que la "nueva fase de 'orden y disciplina' para el funcionamiento de las MIPYMES en Cuba abre una serie de preguntas para la política estatal hacia la empresa privada nacional que todavía ni siquiera se han hecho públicamente".
"Si la nueva fase de 'orden y disciplina' aspirase realmente a 'perfeccionar' la política hacia las MIPYMES, el centro del análisis no debería ser solamente '¿qué hicieron mal las MIPYMES?', sino '¿qué hizo mal el Estado' para fomentar el desorden y la indisciplina?'", señaló.
"Por el momento, más allá de una referencia autocrítica de pasada (no se fue debidamente firme) está ausente una introspección razonada que debería incluir al menos cuatro preguntas, siendo la primera ¿Qué es, en esencia, una MIPYME en Cuba? Otras dos preguntas relevantes respecto a las MIPYMES deberían ser: ¿cómo diversificar mejor la economía?, y ¿qué tipo de empresa —por escala y nivel de desarrollo— tiene mayores incentivos en las reformas y en la transparencia gubernamental?", planteó.
Para el economista,"una cuarta pregunta que es importante sería ¿de dónde deberían provenir las empresas grandes en Cuba?, ¿solamente del sector estatal, el mixto, y la inversión extranjera?".
"La noción de que las MIPYMES 'complementan' a la empresa estatal, 'ancla' de la política respecto a la empresa privada en Cuba, es una gastada noción ('segunda economía') que nunca funcionó bien en las reformas de la planificación centralizada de la URSS y Europa del Este", opinó.
Luego de la entrada en vigor del tope de precios a productos que venden las MIPYMES, el Gobierno cubano ha impuesto multas por valor de más de 30 millones de pesos por violaciones de la medida promulgada. En los últimos cinco días se realizaron más de 19.300 acciones de control de precios en el país y el índice de detección de violaciones fue de un 60%, informó el medio digital oficialista Cubadebate, citando los datos expuestos en la más reciente reunión del primer ministro, Manuel Marrero, con los gobernadores de todas las provincias de la Isla.
Estas acciones, según Vladimir Regueiro Ale, ministro de Finanzas y Precios, "superan significativamente el promedio diario del primer semestre". Además de las multas, las autoridades aplicaron otras medidas de presión y control como las ventas forzosas, el retiro temporal de autorización del funcionamiento del establecimiento y el decomiso a quienes ejercían de forma ilegal.
En la misma Asamblea Nacional, intentando explicar los abusos del Gobierno, ahora con los topes de precios a productos de primera necesidad que las tiendas estatales en divisas venden más caros, el primer ministro Manuel Marrero Cruz puso en evidencia que el problema de Cuba no es el embargo estadounidense al sector estatal, sino el bloqueo castrista al sector privado.