El Gobierno cubano aprobó recientemente el "perfeccionamiento del sistema de ciencia, tecnología e innovación", un ambicioso plan en momentos de crisis económica y en un sector para el que dedica una ínfima parte de las inversiones estatales.
Los doctores en Ciencias Eduardo Martínez Díaz y Armando Rodríguez Batista, ministro y viceministro de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, respectivamente, explicaron en un artículo publicado en el portal oficial Cubadebate los elementos principales de las prioridades nacionales de ciencia, tecnología e innovación, aprobadas en la más reciente sesión del Consejo de Ministros.
Según los funcionarios, estas "prioridades" estarán centradas en lograr incrementar los ingresos en divisas a partir de las exportaciones de bienes y servicios, así como la producción de energía, con énfasis en las fuentes renovables, y el incremento en la producción de alimentos.
Buscarán también "mayor integralidad en la concepción y ejecución de los proyectos (dónde y cómo se van a introducir los resultados obtenidos, cerrar el ciclo y medir el impacto); creando encadenamientos efectivos para lograr el avance rápido de los proyectos y fortaleciendo el potencial científico-tecnológico".
Dijeron que se han introducido incentivos económicos y remuneración a todos los participantes en los proyectos, incluyendo a los estudiantes; y se diseñan nuevos incentivos morales y materiales para los investigadores que hagan aportes a la solución de problemas concretos.
"Las innovaciones llevarían a las empresas a tener nuevos productos para su comercialización y nuevos renglones exportables; introducir tecnologías que disminuyan los costos y mejorar la productividad y la eficiencia en general", dijeron.
Martínez Díaz y Rodríguez Batista dijeron que el porciento de inversión en investigación y desarrollo en Cuba que reporta la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) es un subregistro y que están "trabajando para solucionarlo".
No obstante, admitieron que "hay claridad en que la inversión no es suficiente y que la situación económica de los últimos años ha exacerbado el problema".
Para el economista Pedro Monreal, la "explicación oficial" acerca del perfeccionamiento del sistema de ciencia, tecnología e innovación en Cuba "arroja más sombras que luces".
"Demasiados supuestos voluntaristas y 'puntos ciegos', siendo la parte más floja la relativa a la inversión", consideró Monreal en un hilo en X.
"Con una inversión nacional de casi 97.000 millones de pesos en 2023 en todos los sectores (un nivel de por sí insuficiente para la recuperación económica), las cifras que se anuncian de 'apoyo a la ciencia y la innovación' sencillamente no son relevantes", dijo.
"En términos de su peso relativo en la inversión nacional total, la ciencia y la innovación tecnológica es uno de los sectores más insignificantes de Cuba, con un promedio de 0,81% en la inversión total en el período 2011-2023, muy distante de la inversión turística", añadió el analista.
Entre enero y diciembre de 2023 el Gobierno dedicó más de 23.744 millones de pesos al turismo mientras la ciencia e innovación tecnológica recibió poco más de 523 millones.
En opinión de Pedro Monreal, "la explicación oficial parte de reconocer el hecho verificable de que el peso relativo de la inversión en ciencia e innovación es insuficiente, pero luego el razonamiento se hace confuso al identificarlo como un problema de 'subregistro' estadístico".
"El problema con ese razonamiento oficial es que, si hipotéticamente la solución del 'subregistro' estadístico lograse duplicar el peso actual, llevándolo de 0,55 a 1,1%, la ciencia-innovación seguiría siendo uno de los cinco sectores menos relevantes en inversión innovadora", apuntó Monreal.
Para el analista, "parece existir alguna dificultad oficial para entender la escala del déficit de inversión innovadora, la parte del tejido institucional donde esta debería concentrarse, el alto riesgo de ese tipo de inversión y la viabilidad de posibles fuentes de financiamiento".
"Asumir que en Cuba se fomentaría la innovación sin un salto importante de la inversión en innovación a nivel de empresa (no solamente en centros de investigación) es un supuesto incorrecto. En un sistema económico, la empresa es el 'locus' de la innovación", dijo.
Monreal ve como "un serio problema de la visión oficial" que "el financiamiento de la inversión innovadora se plantea principalmente en clave de anhelo abstracto".
"Un punto clave como las fuentes de financiamiento empresarial no queda claro. Las utilidades serían insuficientes. A nivel del sistema económico, una inversión innovadora amplia, no limitada a firmas de base científica y de alta tecnología, es un proceso de largo plazo, de alto riesgo, y por tanto de muy difícil previsión en cuanto a resultados y retorno de la inversión", advirtió.
Al economista no le resulta convincente "la noción de que un entramado de entidades, expertos y burócratas serían capaces de navegar con éxito decisiones de elevados desembolsos en condiciones de 'irreversibilidad de inversión' e incertidumbre 'externa'".
"En su conjunto, el sistema empresarial cubano no tiene ni cálculo económico efectivo, ni diversidad de propiedad en firmas con escala, ni acceso a mecanismos de financiamiento descentralizados, ni el entorno competitivo necesario para que funcionen como locus de innovación", concluyó.