Los ministerios cubanos de Finanzas y Precios y de Comercio Exterior e Inversión Extranjera anunciaron recientemente el incremento de las tarifas arancelarias a la importación de cervezas de malta. Según la Resolución Conjunta 2 de 2024, publicada en la Gaceta Oficial Extraordinaria No. 25, el impuesto será ahora de un 20%, o de un 10% cuando la mercancía venga de "naciones más favorecidas".
Esta medida, que entra en vigor de forma inmediata, afecta principalmente a las MIPYMES que se dedican a importar este producto, y tendrá un impacto en la presencia y los precios de la cerveza en los comercios privados de la Isla.
Según una nota de prensa publicada por el Ministerio de Finanzas y Precios, "la actualización del arancel de las cervezas de maltas no se trata de una medida aislada, sino que forma parte de las proyecciones para corregir distorsiones y reimpulsar la economía, y complementa otras como la reducción del 50% de los aranceles de aduanas a la importación de materias primas, con el objetivo de estimular la importación para favorecer las producciones nacionales, especialmente las agropecuarias y de alimentos en general".
La nota ministerial subrayó que "esta proyección debe tributar a estimular y proteger la producción nacional y el incremento de la capacidad productiva instalada en el país, conforme la práctica internacional".
Actualmente, la producción nacional de cerveza es muy baja y marcas como Cristal o Bucanero se comercializan de forma escasa y a precios más altos que las importadas, situación que pudiera cambiar ahora, con el previsible aumento del costo de las marcas extranjeras.
Otro elemento dentro del panorama cubano de la producción de cerveza es la marca Parranda, lanzada en 2022. La marca es propiedad de Cervecería Cubana S.A., una empresa mixta entre la corporación Cuba Ron S.A. y la Swinkels Family Brewers Spain S.L., filial española del grupo homónimo radicado en Holanda. Su planta está ubicada en la Zona Especial de Desarrollo Mariel.
Se trata de una bebida de composición clara con un 4,8% de alcohol que, a diferencia de la mayoría de las similares extranjeras que se venden en Cuba, está envasada en botellas de polietileno.
Recientemente, la marca fue puesta en duda por los consumidores cubanos luego de que varios lotes del producto se "echaron a perder" y fueron retirados del mercado. En sus redes sociales, la empresa declaró que el deterioro de la bebida se produjo "debido a la no adecuada condición de almacenamiento", a pesar de que esta cerveza tiene una vida útil de medio año en condiciones favorables.
En enero de este año, los ministerios de Finanzas y Precios y de Comercio Exterior e Inversión Extranjera acordaron incrementar hasta el 30% los aranceles de importación de tabacos, cigarros, rones y otras bebidas alcohólicas que entran a Cuba del extranjero.
El objetivo de esta medida fue, según las autoridades, el mismo que el esgrimido para justificar el aumento a los aranceles de la cerveza: "la protección de la producción nacional en esos rubros", que desde hace años no satisfacen la demanda, sobre todo en el caso de los cigarros.
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