La inflación interanual en el mercado formal de Cuba se situó en noviembre en el 31,78% frente al 34,05% del mismo mes de 2022, informó este martes la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), cuyos datos fueron extraídos y publicados por el ministro de Economía, Alejandro Gil, en su red social X.
"La inflación minorista en noviembre fue 2,29%. En noviembre de 2022 había sido 4,11%. Con este resultado, se acumula en 2023 (enero-noviembre) un índice de inflación minorista de 27,03% y un índice interanual (noviembre 2023-noviembre 2022) de 31,78%", dijo Gil.
"Aunque se ralentiza la inflación, la brecha entre precios-salarios-pensiones e ingresos en general, provenientes del trabajo, continúa como uno de los principales problemas no resueltos", admitió el ministro, que pidió "enfrentar" la situación "con más producción, eficiencia y control".
El activista Moisés Leonardo Rodríguez, líder de la organización Corriente Martiana, contestó al ministro: "Incapaces de controlar inflación por negarse a liberar las fuerzas productivas y cesar las violaciones de derechos humanos. ¡Mejor, cállate! Ya cansan con su muela y sus mentiras. Se ve que las consecuencias no las sufren ustedes y los suyos".
El economista Pedro Monreal precisó en la propia red social que "la estadística oficial indica aceleración mensual de la inflación en Cuba en noviembre y desaceleración en términos interanuales" y que esto "no es una contradicción, sino la expresión de dos marcos temporales distintos de medición". Alertó de que "en cualquier caso, la inflación sigue siendo muy alta".
"El aumento mensual de la inflación en noviembre no fue un hecho puntual. Es parte de una trayectoria de aceleración mensual que se inició en septiembre de 2023, que indica que las tensiones de desequilibrio macroeconómico se mantienen. Sería imprudente cantar victoria", advirtió.
"La desaceleración interanual es una tendencia observada desde junio de 2023 que indica que la inflación acumulada al final de 2023 sería menor que la de 2022, con un nivel probablemente cercano a 30%", añadió.
Recordó, sin embargo, que la inflación real en Cuba es mayor que la oficial, que no incluye el crecimiento de precios en el mercado informal: "Una inflación oficial anual de aproximadamente un 30% es una inflación muy alta que continúa reduciendo sistemáticamente el ya muy deprimido poder de compra".
"Es una inflación con múltiples causas, incluyendo circunstanciales y geopolíticas, pero los factores internos son fundamentales: modificación de precios relativos del 'reordenamiento', escasa respuesta de oferta y un elevado déficit fiscal que alimenta el exceso de liquidez", señaló Monreal.
El analista precisó que "la inflación general continúa siendo una inflación 'halada' por el efecto de los precios de los alimentos, tanto de la división 'Alimentos y bebidas no alcohólicas' como los precios de la gastronomía registrados en la división 'Restaurantes y hoteles'".
Los mayores precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas "explican" el 56,27% de la inflación general de noviembre, cuando alimentos como los frijoles, el azúcar y el tomate registraron notables incrementos mensuales en sus precios.
También el aumento de precios de noviembre de 2023 estuvo encabezado por los "Restaurantes y Hoteles", principalmente por el incremento de precios de la gastronomía.
"Cualquier declaración triunfalista respecto al efecto de políticas económicas en la reducción de la tasa oficial de inflación debe ser contrastada con dos cuestiones: una inflación de dos dígitos sigue siendo un desastre y la cuestión de dónde se concentra el costo del ajuste", dijo Monreal.
En opinión del experto, "el instrumento de estabilización macroeconómica que parece ofrecer un mayor margen antinflacionario al Gobierno cubano es el hundimiento de salarios y pensiones como porciento del PIB" y reiteró que "el 'ordenamiento' ha representado una 'compresión' brutal de la remuneración de trabajadores".
Un nuevo informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) publicado en noviembre puso en evidencia lo lejos que permanece Cuba de la senda de desarrollo, con una estimación de crecimiento inferior a 2% en 2023 y 2024 y con calificaciones de inflación crónica y acelerada y alto riesgo crediticio.
La inflación y, por consiguiente, el costo de la vida, vuelven más frágil el bolsillo de los cubanos, enfrentados también a una escasez de toda clase de productos, en especial alimentos, medicinas y bienes de primera necesidad.
De acuerdo con el economista Steve Hanke, de la Universidad Johns Hopkins, a la altura del 26 de noviembre el peso cubano (CUP) mostraba una caída del 34,22%, cuando se cotizaba a 263 por dólares, una cifra que ahora empeoró. De acuerdo con el índice de inflación mundial que mide Hanke cada semana, la cubana es la décima moneda con mayor caída en el planeta.