Un nuevo informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) publicado este mes de noviembre evidencia lo lejos que permanece Cuba de la senda de desarrollo, con una estimación de crecimiento inferior a 2% en 2023 y 2024 y con calificaciones de inflación crónica y acelerada y alto riesgo crediticio.
El economista Pedro Monreal desmenuzó en un hilo en su cuenta en la red social X los aspectos más importantes que atañen a Cuba en el Estudio Económico 2023 divulgado por la CEPAL, que coloca a la Isla "en dos grupos problemáticos: el de los cinco países de la región con inflación crónica y el de los ocho países con mayor riesgo crediticio".
"Los estimados de CEPAL indican la trayectoria descendiente a largo plazo del crecimiento económico de Cuba, confirman una endeble recuperación postpandemia, y evidencian que el país se ha mantenido muy distante del 5% compatible con una senda de desarrollo", señaló Monreal.
Cuba no solamente comparte la condición de país con inflación crónica con otros cuatro países (Argentina, Haití, Suriname y Venezuela), sino que además fue uno de los países de ese grupo con aceleración de la inflación entre 2022 y 2023. En este punto, Cuba sufrió una aceleración de la inflación crónica de 16,5 puntos porcentuales.
"En un contexto internacional en el que se ha elevado el costo del endeudamiento, este se habría hecho más oneroso para Cuba por estar ubicada en la categoría de países de la región con alto riesgo crediticio", consideró el analista.
En este grupo con tal condición Cuba aparece junto con Argentina, Barbados, Bolivia, Belice, Ecuador y El Salvador. La CEPAL estima que en estos países el aumento de las tasas de inflación también incrementa el servicio de la deuda en moneda local.
Según los datos de la CEPAL, en términos de crecimiento económico, 2023 fue para Cuba un año peor que 2022, y 2024 será un año peor que 2023.
"De materializarse los estimados de CEPAL, Cuba registraría una tasa promedio anual negativa de crecimiento de -0,72 entre 2019 y 2024", estimó Monreal.
La inflación y, por consiguiente, el costo de la vida, vuelven más frágil el bolsillo de los cubanos, enfrentados también a una escasez de toda clase de productos, en especial alimentos, medicinas y bienes de primera necesidad.
De acuerdo con el economista Steve Hanke, de la Universidad Johns Hopkins, a la altura del 26 de noviembre el peso cubano (CUP) mostraba una caída del 34,22%, cuando se cotizaba a 263 por dólares, una cifra que ahora empeoró. De acuerdo con el índice de inflación mundial que mide Hanke cada semana, la cubana es la décima moneda con mayor caída en el planeta.
Lo anterior contrasta con las cifras de agosto pasado. En ese entonces, el dólar estadounidense marcó un récord histórico frente al peso cubano y subió a los 250CUP, mientras que el euro llegaba a los 255 pesos cubanos y el MLC a 215.
"La caída de la moneda cubana refleja el colapso a cámara lenta de la economía productiva de la Isla", había dicho a inicios de ese mismo mes a Reuters Bert Hoffman, experto en América Latina del Instituto Alemán de Estudios Globales y de Área en Hamburgo.
Monreal señaló esta semana que la creciente pobreza en Cuba está conectada al salario estatal y no parece tener solución inmediata.
"Cuba es un caso de pauperismo sin solución a la vista. Con salario medio inferior al valor de la Canasta de Bienes y Servicios de Referencia (CBSR) y con pensiones de miseria, el Gobierno tendría que aclarar qué debería entenderse por soluciones 'en la medida de las posibilidades'", escribió Monreal en la red social X.
En enero de 2021 las autoridades cubanas anunciaron una reforma monetaria y salarial de enorme alcance que sacaba de circulación al CUC (peso convertible) y supuso una reforma de precios, parte esencial del paquetazo económico denominado Tarea Ordenamiento.
La reforma, de acuerdo con las disposiciones publicadas en La Gaceta Oficial de la República de Cuba, quintuplicó el salario mínimo hasta los 2.100 pesos cubanos (en ese momento, 87 dólares al cambio oficial de 1x24) y un salario máximo de 9.510 (396 dólares a 1x24), aunque la mayoría de los precios se han multiplicado hasta en varias decenas de veces desde entonces. Así, el salario que ganan los cubanos tiene hoy casi la mitad del valor que tenía hace dos años.
La alimentación es lo que más golpea en estos momentos al cubano trabajador. Por ejemplo, en una MIPYME en el Vedado, La Habana, un kilogramo de leche en polvo de República Checa cuesta 2.000 pesos; una botella de aceite español, 730 pesos; una bolsa de frijoles mexicanos, 1.300 pesos, y una caja de dos kilogramos y medio de pollo estadounidense, 1.950 pesos. A estos productos no pueden acceder los obreros, sino aquellos que reciben remesas del exterior.