La pobreza en Cuba está conectada al salario estatal y no parece tener solución inmediata, consideró el economista Pedro Monreal en un análisis realizado en su cuenta en la red social X.
"Cuba es un caso de pauperismo sin solución a la vista. Con salario medio inferior al valor de la Canasta de Bienes y Servicios de Referencia (CBSR) y con pensiones de miseria, el Gobierno debería aclarar qué debería entenderse por soluciones 'en la medida de las posibilidades'", escribió Monreal.
En opinión del analista, "el salario no debería ser entendido en Cuba —como parece considerarse ahora— como una remuneración vinculada con indicadores de 'cumplimiento' empresarial, pero que se encuentra desconectada del costo de las necesidades básicas de consumo familiar".
"Quizás deberían incluirse en el debate actual las diferencias entre salario 'justo', salario 'mínimo' y salario 'digno'", propuso Monreal, quien señaló que ese debate se realiza en otras partes y "tiene sentido hacerlo en Cuba".
"Para empezar, un salario 'justo' —por criterios de empresa— pudiera no reflejar el costo de vida. Incluso utilizando el dato oficial de CBSR que muchos especialistas consideran subvalorado, la 'élite' obrera cubana tiene un salario medio (6.281 CUP) que apenas supera en 3% el costo del consumo básico", apuntó.
El especialista consideró que, "en alto grado, es pobre en Cuba quien depende de un salario estatal".
Por último, Monreal dijo que "la denominación de las pensiones en Cuba como pensiones de 'miseria' no es 'hipercriticismo', pues "se corresponde con la definición de miseria en el sentido de no poder satisfacer de manera estable necesidades materiales elementales".
En enero de 2021 las autoridades cubanas anunciaron una reforma monetaria y salarial de enorme alcance que sacaba de circulación al CUC (peso convertible) y supuso una reforma de precios, parte esencial de la llamada Tarea Ordenamiento.
La reforma, de acuerdo con las disposiciones publicadas en La Gaceta Oficial de la República de Cuba, quintuplicó el salario mínimo hasta los 2.100 pesos cubanos (87 dólares al cambio oficial de 1x24) y un salario máximo de 9.510 (396 dólares a 1x24), aunque la mayoría de los precios se han multiplicado hasta en varias decenas de veces. Así, el salario que ganan los cubanos tiene hoy casi la mitad del valor que tenía hace dos años.
La alimentación es lo que más duele en estos momentos al cubano trabajador. Por ejemplo, en una MIPYME en el Vedado, La Habana, un kilogramo de leche en polvo de República Checa cuesta 2.000 pesos, una botella de aceite español 730 pesos, un frasco de mayonesa (también español) 1.000 pesos, una bolsa de frijoles mexicanos 1.300 pesos, y una caja de dos kilogramos y medio de pollo estadounidense cuesta 1.950 pesos. A estos productos no pueden acceder los obreros, sino aquellos que reciben remesas del exterior.
Razón lleva Monreal. En Cuba el único desarrollo que que se aprecia es el de la miseria. Y lo único que funciona bien es la represión contra opositores, disidentes e inconformes. El sistema electro-enérgetico está acabado; el transporte urbano e interprovincial es el desastre; los cubanos no encuentran viviendas en su adultez y las que existen --hayan sido construidas después o antes del 59-- están en pésimo estado; en la agricultura no se produce lo suficiente, mientras esos productos se le compran "al enemigo"; el BIB está en menos cero; la educación y la salud pública están en franco deterioro, más la higiene pública hace estragos. Hace rato que la revolución fue un fracaso y solo existe en los discursos oficiales, y con ella el socialismo real, más el inventado. Pónganlo como lo pongan los expertos, aquello es un país en ruinas y el Estado ha fallado en todo excepto para reprimir, luego, ¿es un Estado fallido?, sí, así creo, para los cubanos lo es.
No hay un país dispuesto o disponible para cargar con el desastre, que significa el Castrismo y su crisis sistémica. El sistema político y de administración del país está agotado, nada de lo hagan funciona, ni funcionará nunca, en los términos en que fue concebido.
Pero se empeñan en mantenerlo, porque no tienen alternativas viables, y la frase de Canel " Somos continuidad" se convierte en
" Estamos esperando un milagro " la cosa está en que suceda, como se ha visto la prosperidad de los países que tienen una buena economía que sustenta el Desarrollo, el crecimiento y el bienestar social no ocurre por milagros, sino por algo que se llama libre empresa, mejor administración y distribución de oportunidades,( no de riquezas )para todos, algo ausente en la realidad cubana por más de 60 años. Así hacer lo mismo en el experimento cubano, y esperar resultados diferentes es repetir el fracaso una y otra vez, lo demás es palabrería y tiempo de espera.
Entiendo que Cuba, todavía no es un estado fallido, puesto que las estructuras burocráticas del tope de la pirámide, que lo definen como Estado aún funcionan a pesar de los baches, pero lo que si es una realidad que está dando pasos bien definidos en esa dirección. Sucede que Castro I de Biran, en su afán de amo absoluto creó una enorme maquinaria estatal, para un pequeño país desproporcionada a la racionalidad gubernativa, , dicha maquinaria es proporcional, a la que existe en un gran país Europeo, y está inserta en todo el entramado de la vida social, para mantener todo bajo control desde lo más alto de la red Partido - Estado. Ese aparato en este instante de su historia, tiene una ideología inexistente, cuyos propósitos definidos es conservar el poder de la Familia Real y su nobleza a cualquier precio. De bandazo en bandazo, seguirán cavando hoyos para para tapar los huecos, de la irracionalidad creada, pero naturalmente sólo hasta la explosión final.
Cuba ya es un estado fallido y lo que queda es el caos. Tarjetas rusas, MYPIMES, pollos importados de Estados Unidos, festivales internacionales de comida en medio del hambre y hoteles vacíos mientras escasea la vivienda. Continuidad y más gordura para los de GAESA.
Antes de las revoluciones burguesas que dieron inicio al mundo contemporáneo los reyes decidían el destino de sus pueblos aplicando la monarquía absoluta.
El monarca Luis XIV lo resumió brillantemente con una frase:
"El Estado soy yo".
La idea de que una isla caribeña del siglo XXI haya regresado a ese punto oscuro de la historia no parece ya un absurdo.
La idea de que el mundo entero no lo haya notado y le haya dado la espalda al pueblo cubano es,.....deprimente.
¿ Qué diferencias puede existir entre un rey abiertamente opresor y un gobierno "popular " si ambos concentran en sus manos todos los poderes del Estado para impedir ser removidos del trono cuando una masa crítica del pueblo así lo desee?
"El Estado es el pueblo ", dice hoy el feudalismo cubano.
Mientras tanto el pueblo, amordazado por la maquinaria estatal, calla, sufre y migra sin NINGUNA posibilidad de cambiar el statuo quo.
Triste..¿ o no?